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Brasil suspendió los envíos desde las 21 plantas procesadoras de alimentos que están sospechadas de corrupción. Qué países ya le cerraron sus mercados
21/03/2017 - 14:14hs

El gobierno de Brasil suspendió provisoriamente las licencias de exportación a las 21 plantas industriales investigadas por supuestamente adulterar carne en ese país, pero les permitió seguir vendiendo sus productos en el mercado interno, según informó el ministro de Agricultura, Blairo Maggi.

El viernes la Policía Federal de Brasil realizó el operativo "Carne Débil", la mayor investigación relacionada al mercado de alimentos en la historia del país vecino.

Así descubrió un escandaloso episodio de corrupción que involucraba el pago de sobornos para que inspectores oficiales por parte de empresas de primera línea como JBS y BRF, para que permitieran la venta de productos adulterados, tanto en el mercado doméstico como hacia el exterior. 

Las irregularidades detectadas abarcaban desde el cambio de la fecha de vencimiento hasta la inyección de agua para alterar el peso y la utilización de ácido ascórbico para disimular el deterioro de las carnes.

La decisión de prohibir las importaciones desde los 21 establecimientos sospechados llegó luego de que gobiernos de Corea del Sur, la Unión Europea, Chile y Estados Unidos intensificaran sus controles sobre las importaciones brasileñas en las últimas horas. 

El funcionario consideró "natural" que los importadores pidan información a Brasil sobre lo ocurrido pero advirtió que si todos los países interrumpieran la importación de carne brasileña, esto sería un "desastre" para el país.

También el presidente Michel Temer intentó desde el fin de semana moderar el impacto de la noticia. Tras pronunciar un discurso en el que consideró que las irregularidades detectadas fueron hechos aislados, invitó a una "churrascaría" (parrilla) a 40 embajadores el domingo.

"Para nosotros el agronegocio es importantísimo y no puede ser devaluado por un asunto menor, que debe ser sancionado, claro, pero que no puede comprometer a todo el sistema que creamos en los últimos años, con exportaciones a 150 países de la carne brasileña", dijo Temer.

El mandatario aseguró que Brasil tiene un sistema "rigurosísimo" de inspección sanitaria y afirmó que en el operativo fueron afectadas 21 unidades de producción de alimentos, ante 4.850 plantas de frigoríficos existentes en el país.

"Es un número diminuto", subrayó el mandatario al intentar llevar confianza a la platea de empresarios de la cámara binacional.

Brasil es el líder mundial en ventas de carne procesada y de pollo, con exportaciones a 150 países, y la industria de la carne aporta 7,2% al producto bruto interno brasileño. Es el tercer producto de exportación del país. 

ReaccionesPese a los intentos de atemperar las repercusiones de este escándalo, no faltaron gobiernos importadores que cerraran rápido la puerta al ingreso de carne brasileña, al menos con medidas temporarias

Corea del Sur, a través de un vocero de su Ministerio de Agricultura en Seúl, que informó sobre la suspensión de la importación de pollo brasileño. Del pollo que importa Corea del Sur, 80% proviene de Brasil y la mitad de esta cantidad la produce BRF.

Por su parte, el vocero de la UE para asuntos sanitarios, Enrico Brivio, dijo a la agencia brasileña Estado que el bloque le pidió al gobierno de Brasil "garantizar que todos los involucrados en el fraude no puedan exportar hacia Europa".

"Les recomendamos a los 28 gobiernos europeos que sean extravigilantes con los embarques desde Brasil y que aumenten los controles en las aduanas", dijo, aunque aclaró que no había sido encontrada ninguna irregularidad hasta ese momento.

En tanto, Chile suspendió las importaciones hasta tener aclarado el origen de la carne que compra.

Debido a todo esto, economistas consultados por BBC Brasil, el impacto en la economía doméstica puede ser "más grande de lo imaginado", y que dependerá de cuánto duren las restricciones y si más países se adhieren.

Sin embargo, existe un consenso: la operación de la Policía Federal llegó en un "mal momento" para la agroindustria, uno de los pilares de la economía brasileña, que estaba mostrando signos de recuperación.

"A Brasil le costó abrir nuevos mercados y ahora la imagen del país se ve sacudida afuera", dijo José Carlos Hausknecht, de Agro MB. 

Según estimaciones de LCA Consultores, en el peor de los casos -si todos los países suspenden las importaciones de carne brasileña- el impacto sobre el Producto Interno Bruto (PIB) puede ser de hasta 1 punto porcentual en 2017.

La previsión oficial del gobierno, que debe ser revisada a la baja en los próximos días, era de una expansión de 1 por ciento. "Es decir, si se confirma la hipótesis más pesimista, la recuperación se daría recién en 2018", dijo a BBC Bruno Campos, economista de LCA.

Desempleo e inflaciónActualmente, de toda la carne producida en Brasil, el 80% es consumido por el mercado interno

En 2016, las exportaciones brasileñas del producto ascendieron a más de u$s14.000 millones, o el 7,5% de las exportaciones totales, sólo superadas por el hierro y la soja.

Además, la industria tiene una cadena de producción "muy extensa" con "efectos indirectos", dijo Gesner Oliveira, miembro de GO Asociados.

Oliveira estima que una reducción del 10% en las exportaciones de carne brasileña podría costar 420.000 puestos de trabajo y u$s1.100 millones menos en recaudación de impuestos.

También podría aumentar la inflación si se emite "algún tipo de orden para retirar del mercado las carnes ya distribuidas", agregó André Perfeito, economista de Gradual Inversiones.

Sin embargo, Perfeito admite que el impacto inflacionario sería residual, ya que el peso total de la carne en el índice oficial de precios es solamente del 3,69 por ciento.

"En este sentido, un aumento del 2% en el valor de este producto podría tener un impacto de 0,07% en el nivel general de inflación. Si la inflación fuera de 4,50%, quedaría en 4,57 %", explicó.

Los expertos también señalan que, debido a las irregularidades recién descubiertas, Brasil podría perder terreno frente a otros competidores en el mercado mundial de la carne.

En este sentido, dijeron, sería un "gran revés" para una industria que se había convertido en una prioridad para los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016).

Durante estos mandatos se destinaron recursos públicos (a través del BNDES, el banco nacional de desarrollo) para la creación de los llamados "campeones nacionales". Con pleno apoyo del gobierno, empresas como JBS y BRF formaron monopolios y se proyectaron internacionalmente.

"Hoy en día, el mercado es muy competitivo. Cualquier descuido puede ser fatal", opinó Oliveira, de GO Asociados.

Hausknecht, de MB Agro, está de acuerdo con que el escándalo termina creando una oportunidad para los competidores potenciales, pero considera que, en la actualidad, no hay países a la altura de Brasil. "Australia, por ejemplo, que podría ser una alternativa a Brasil en el suministro de carne a China, aún está recuperando su ganado", opinó.

"Estados Unidos, el segundo mayor productor mundial de carne vacuna, tampoco tiene mucha entrada en el mercado chino debido a la escalada de tensión entre Washington y Pekín", agrega.

"Por último, India es también otro importante exportador de carne de res, pero es de mala calidad", sostuvo.

Para Campos, de LCA Consultores, la mayor consecuencia del escándalo es que da motivos a los gobiernos para imponer más aranceles a Brasil, en un contexto de aumento del proteccionismo en el mundo.