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La economí­a, en fase de "crecimiento desparejo": el Gobierno prevé escenario con ganadores y perdedores
27/03/2017 - 10:57hs

"Imagínese dos baldes. Uno con agua caliente y otro con agua fría. Una persona pone un pie en uno de esos baldes y su otro pie en el otro", inicia el diálogo con iProfesional un funcionario con despacho en el primer piso de la Casa Rosada.

"`¿Qué se siente?', le pregunta un amigo. ‘Que en promedio está bien', responde el protagonista del experimento. Bueno, así está ahora la economía: en promedio está bien", completa.

Utiliza este ejemplo para mostrar que ya hay indicios de que la economía se está recuperando aunque, por ahora, existe una gran dispersión entre los distintos sectores.

"El problema -reconoce la fuente- es que aún son muy pocos los que están convencidos de que la situación está mejorando".

Luego de transitar un 2016 carente de buenas noticias -con casi todos los indicadores dando evidencias de la ausencia de "brotes verdes" arraigados-, ahora la obsesión del equipo económico que conduce el ministro Nicolás Dujovne -así como los temidos integrantes de la "mesa chica"- pasa por mostrar signos concretos de que el nivel de actividad retomó finalmente la senda del crecimiento.

Los funcionarios buscan denodadamente en los últimos datos del INDEC cifras que les permitan justificar que ya se está transitando ese camino de recuperación.

La leve expansión del PBI registrada en el último trimestre del año pasado -de apenas 0,5%- le acercan un argumento para poder sostener que lo peor quedó atrás.

El desafío ahora, revela la fuente oficial que acepta el diálogo con iProfesional, es convencer a los argentinos de que se ha comenzado a recorrer un nuevo ciclo, que estará caracterizado por un repunte, no a tasas chinas, pero que sí perdurará en el tiempo.

Según datos oficiales, la medición punta-punta entre 2012 y 2016 marca una caída del Producto Bruto del 1,5%.

El desglose, en tanto, deja en evidencia que los años impares (en los que hay elecciones) han sido de expansión, mientras que los pares estuvieron marcados por el ajuste.

"El objetivo es llegar a tener una economía que dependa menos de los ciclos políticos y que muestre un crecimiento sustentable, tanto para el mediano como para el largo plazo", afirma el funcionario.

Por ahora, el mercado financiero y las consultoras privadas que monitorean la actividad económica no están del todo convencidos de que esa meta pueda lograrse. Optimismo en el "monitoreo fino"

Pero la visión oficial es otra. En este marco, el interlocutor añade: "Dujovne sigue de cerca un indicador que replica al PBI y que le permite hacer un monitoreo fino. Esa guía indica que la economía sigue en recuperación en este primer trimestre".

En la Casa Rosada admiten que los números positivos que comenzaron a verse hacia fines del año pasado -divulgados días atrás por el INDEC- disimulan la existencia de una marcada dispersión entre las distintas áreas clave de actividad.

En otras palabras, y siguiendo la caracterización del funcionario, creen que algunas ramas siguen con los pies en el balde de agua fría mientras que otras ya sienten una temperatura al menos "tibia".

Los datos que recopilaron en Casa Rosada muestran al campo como el sector mejor posicionado, pese a que algunos rubros -como el lácteo- se han visto perjudicados por las condiciones climáticas adversas.

Del otro lado, es decir de los que más sufren la situación, aparecen dos actores:

-Aquellos que dependen de Brasil, con el sector  automotor en primer lugar

- Y, paradójicamente, los que han estado más protegidos, como textiles y calzados.

"Con ellos se da una situación especial: como los empresarios suponen que en algún momento pueden verse obligados a resignar beneficios, entonces no invierten ni toman personal", sintetiza el funcionario.

Los últimos datos oficiales dieron cuenta de que, en efecto, las Pymes industriales son las más perjudicadas por la caída del consumo y por la crisis que atraviesa el principal socio comercial de la Argentina.

En estos casos, la actividad fabril se deterioró aun más, marcando un claro contraste con las afirmaciones vertidas tanto por funcionarios como por economistas especializados.

Así lo demuestran las últimas mediciones de FIEL:

- El Índice de Producción Industrial (IPI) registró en febrero un desplome del 9,5% respecto del mismo mes del año anterior.

- La producción de bienes de consumo continúa liderando la contracción.

Ladrillo sobre ladrillo

En este marco, el Gobierno apuesta fuerte a que una rama de actividad sea la que lidere el crecimiento: la construcción.

A diferencia del campo, que tiene un efecto circunscripto a las localidades cercanas, el mercado del "ladrillo" posee un alcance más horizontal.

Es decir, cuando se expande genera un efecto derrame y se convierte en un gran generador de empleo.

Así, la gran apuesta oficial es darle impulso a los créditos para la vivienda, algo que quedó explicitado en el énfasis puesto por el propio Mauricio Macri sobre las bondades que traen las nuevas líneas de hipotecarios.

También, en la coordinación que han mostrado los principales bancos públicos para ofrecer líneas a 30 años.

La meta cuantificable es que el peso de este tipo de préstamos a largo plazo sea similar al que tenía en la década del ‘90, cuando equivalía al 4% del PBI. Ahora es de tan sólo el 0,7%.

Para tener una idea del actual escenario, en el equipo económico sostienen que para alcanzar los mismos niveles de hace 25 años, los bancos deberían otorgar (a valores de hoy) casi $300.000 millones.

En términos de "ladrillos", ese monto equivale a unas 180.000 viviendas de u$s100.000 promedio cada una.

La notable repercusión suscitada por el relanzamiento del Plan Procrear es una muestra del invariable deseo de los argentinos de alcanzar la vivienda propia y despierta la ilusión de funcionarios y banqueros, que también quieren crecer en la entrega de líneas de financiamiento a largo plazo.

La otra "pata" de la construcción es la obra pública que, luego de los vaivenes del año pasado, marca en este arranque de 2017 una expansión al menos en lo que hace a proyectos viales.

Es por eso que la demanda de asfalto se duplicó en febrero en relación con el mismo mes de 2016. En cambio, las obras de infraestructura resultan más costosas y mucho más lentas de concreción.

La presencia del Estado compensa en parte la falta de iniciativas del sector privado.

Las principales empresas siguen marcando una retracción de las inversiones que, de acuerdo con el Índice Construya, ya lleva trece meses consecutivos con números en rojo.

Por lo pronto, en la mesa chica del equipo económico creen que si el Banco Central bajara las tasas, ayudaría a apuntalar el mercado crediticio.

La fuente consultada por iProfesional se califica como una persona muy respetuosa de la independencia del BCRA. Sin embargo, marca algunas disidencias con el plan de acción llevado a cabo por Federico Sturzenegger.

"Perdió la oportunidad de bajar las tasas de interés cuando la inflación se ralentizó. Ahora pasó ese momento y no queda otra que esperar", afirma.

En la mesa chica económica, en la que se debaten los temas centrales de la gestión, observan que una baja en el costo del dinero también serviría para frenar la "bicicleta financiera".

Esto es, el ingreso de dólares "calientes" por parte de inversores que, en pos de obtener una alta rentabilidad financiera, convierten ese dinero a pesos, constituyen un plazo fijo y luego, con lo obtenido, recompran más divisas estadounidenses.

"Esto nos perjudica, porque influye sobre el tipo de cambio y eso atenta contra la competitividad", afirma la fuente.

Ante la pregunta sobre si al Gobierno le preocupa la alta demanda de moneda extranjera por parte de los inversores, responde: "Por ahora, está más expectante a que se confirme la desaceleración de la inflación que preocupado por el nivel de compras de dólares".

"Sabemos que, por la colocación de deuda del Estado y de las empresas, se puede hacer frente a ese requerimiento. Lo importante es converger las expectativas hacia una baja de la inflación", expresa.

En su visión, una vez que se gane la batalla contra el alza de los precios habrá tiempo para conseguir un instrumento financiero que sea tan atractivo como el billete verde.

Se muestra convencido de que la base para generar crecimiento y más empleo es que los argentinos crean que la inflación ya está bajo control y en descenso continuo.

"Es la hoja de ruta a seguir. Debemos tener bien claro cuáles son los objetivos por cumplir. Es un proceso lento pero sustentable. No nos puede desbordar la ansiedad", señala.

Para hacer creíble su testimonio, el funcionario argumenta que el Ejecutivo postergó, aún sin fecha, el ajuste en las tarifas del transporte público a costa de sostener el esfuerzo fiscal por los subsidios.

"Preferimos revisar las cuentas y, llegado el caso, ajustar alguna partida presupuestaria antes que ser procíclicos en un momento en el que la inflación se resiste a disminuir", alega.

Nicolás Dujovne ya tomó el compromiso de cumplir con pautas fiscales trimestrales y en el Gobierno desmienten cualquier tensión al respecto. Asegura que la correspondiente a enero-marzo se cumplirá sin mayores sobresaltos.

Más que por la discusión fiscal, en la Casa Rosada quieren dejar bien en claro que el objetivo central es apuntalar el crecimiento de la economía.

"Lo demás viene solo, por añadidura", aclaran. El dato de la salida de la recesión brindado por el INDEC, aseguran, es el primer paso para recorre ese camino. Ver para creer.

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