Esta tarde, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) difundirá el índice sobre pobreza e indigencia para el segundo semestre de 2016 y se espera que muestre una mejora con respecto al presentado por el organismo en septiembre pasado.

En esta ocasión, además, la publicación de los datos oficiales tiene un condimento extra: los alarmantes números anunciados en el informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA).

Por eso, el macrismo se juega una carta importante con miras a las elecciones legislativas de octubre, que funcionarán al estilo de un “plesbicito” sobre la aprobación de su gestión, golpeada en las últimas semanas por los conflictos gremiales, los despidos en algunos sectores y un consumo que sigue adormecido.

En este último punto, el Indec también comunicará este martes otros índices, como el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de enero. Y se harán públicos los informes sobre el Intercambio Comercial Argentino (ICA) de febrero y la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) del primer mes de 2017.

Estas estimaciones son apenas superiores a los que mostró el Indec en septiembre, los primeros números oficiales de pobreza tras la “emergencia estadística”.

En esa oportunidad, el propio Mauricio Macri había encabezado la conferencia de prensa para difundir el primer índice de pobreza de su gestión.

Luego, Jorge Todesca, titular del organismo, fue el encargado de exponer que el 32,2% de los argentinos era pobre.

La estrategia comunicacional de ese entonces se basó en apuntar que fue parte de la "herencia" que dejó el kirchnerismo.

Pero ahora, el Gobierno confía en que las cifras que difunda el Indec sean más positivas, aunque sea mínimamente.

Tampoco estarán rotundamente alejadas de las cifras de la UCA: la estrategia del Gobierno fue confirmarlas antes que negarlas.

Es más, Macri las tomó como fuente fiable en dos oportunidades: primero, en el programa de Mirtha Legrand; y en las últimas horas, durante un panel en los Países Bajos en una reunión ante empresarios.

Esta vez, la excusa de la “herencia” no será una opción. A pesar de que Guillermo Moreno, secretario de Comercio y principal autoridad en el Indec durante el kirchnerismo, reconociera en un programa de TV: "Dejamos una cantidad importante de pobres".

Ocurre que, durante el kirchnerismo, los "números oficiales" eran más benévolos, aunque menos creíbles: 4,7% de pobres y 1,4% de indigentes,

En este sentido, el polémico funcionario relativizó su afirmación: "Todo lo que sea un dígito en la Argentina de pobreza que está por encima del, 4, 5, 6% representa muchos pobres".

Con todo, el Gobierno espera que –aún sin Macri presente para dar la buena noticia– se muestre una pequeña mejora en la variación del indicador que pueda sustentar la consigna de campaña "Pobreza Cero".

"La pobreza cero es un objetivo. Nosotros dijimos que íbamos a reconstituir el Indec para tener cifras fiables, las tuvimos y a partir de cifras reales íbamos a empezar a trabajar", había ensayado el primer mandatario en la "Mesaza".

Hoy, el macrismo espera que el Indec "ayude" a dar otro paso en esa dirección.