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Otro intento, ahora de los K: presentaron proyecto para ampliar licencias por maternidad y paternidad

Esta vez es el turno del kirchnerismo. Además de subir los mínimos busca incluir los casos de adopción y otorgar días para tratamientos de fertilización
04/04/2017 - 13:51hs
Otro intento, ahora de los K: presentaron proyecto para ampliar licencias por maternidad y paternidad

Uno de los grandes temas que quedó históricamente como una deuda del Congreso nacional fue el de la ampliación de licencias por maternidad y paternidad. Hace unos años, el Senado aprobó un proyecto consensuado sobre este tema, que luego fue “freezado” en Diputados.

Ahora, el kirchenismo presentó un proyecto de ley denominado “Protección de la Primera Infancia” para ampliar esas licencias e incorporar los casos de adopción y los tratamientos de reproducción asistida.

En el caso de la licencia materna, se propone que se extienda de 90 a 180 días. A su vez, la paterna pasa a denominarse “del otro progenitor”, para incorporar a las parejas del mismo sexo, y se establece una extensión de 2 a 30 días.

La nueva licencia por adopción se fija en 180 días y prevé que sea la propia pareja la que decida quién de los dos miembros la usufructúa. En tanto, para la trabajadora que se someta a técnicas de reproducción médicamente asistida se proponen 30 días de licencia.

Entre otros puntos, el proyecto indica que “para el cuidado de persona a cargo, cónyuge o conviviente enfermo o sometido a técnicas de reproducción médicamente asistidas, dos días corridos con un máximo de 20 días por año”.

También establece que en el caso que el recién nacido sea prematuro, las respectivas licencias para sus padres “empezarán a correr a partir del alta médica del bebé”.

Durante la conferencia de prensa, el diputado Eduardo 'Wado' de Pedro resaltó la importancia que tiene para este proyecto "la lactancia materna exclusiva, por lo beneficios que trae para que los recién nacidos puedan desarrollar un sistema inmunológico fuerte y crecer de manera sana".

La propuesta, continuó De Pedro, permite "extender a 180 días la licencia de las mamás como recomienda Unicef, para que las madres puedan tener ese vinculo sin ningún tipo de interrupción".

Por su parte, la diputada nacional Gabriela Estévez destacó "la inclusión, perspectiva de género y diversidad del proyecto", puntualizando "lo que tiene que ver con la adopción: que los papás y mamás adoptantes puedan tener la misma licencia que los papás y mamás que tienen la posibilidad de procrear, es un paso fundamental en la construcción del vínculo y la familia".

Si bien existen múltiples proyectos de ley en el Congreso y varios legisladores de diversas fuerzas políticas se manifestaron a favor de la ampliación de las licencias, no se logró el tratamiento ni la sanción completa de ninguno de estos proyectos.

Desde el Gobierno nacional ya adelantaron que no tienen intenciones de ampliar la cantidad de días vigente.

"Para Argentina, hoy la prioridad es enfocarse más en la productividad. Es absolutamente necesario centrarnos en la producción, y más días de licencia producirían menos días de trabajo", dijo el viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor.

De todos modos, si coinciden en la incorporación al régimen de licencias a los padres que adopten y a las mujeres que tengan que someterse a un tratamiento de fertilización. Ambos casos no están contemplados por la ley 20.744.

Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social del Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) opinó que la barrera para que ningún proyecto haya prosperado hasta ahora es económica: "Es cierto que aumentar las licencias genera una mayor gasto, pero no hace falta hacerlo de golpe. En Uruguay, por ejemplo, trazaron un plan de diez años".

Para el CIPECC, el desafío central en la universalidad radica en la inclusión de los grupos actualmente no cubiertos: los trabajadores formales independientes (monotributistas no sociales y autónomos) y los trabajadores informales.

En primer término se debería incorporar a los trabajadores informales y desocupados ya que se pretende cubrir a todos los empleados a partir de un sistema cuya puerta de entrada sea el nacimiento del hijo.

Luego, se deberían ampliar las licencias, incluyendo a todos los padres y madres, independientemente de los métodos de concepción o del carácter biológico del hijo.

Es decir, una vez que se logren universalizar las licencias a todos los trabajadores que sean padres o madres, será necesario homogeneizar la cobertura con la definición de un piso común. Dentro de dicho esquema, se reconocería la posibilidad de ampliación de los plazos en partos múltiples y en casos de adopción, incluidas las parejas del mismo sexo. Este piso no implica ignorar los derechos adquiridos de los convenios colectivos de cada actividad.

Esto puede implicar, a modo de ejemplo, un cupo de días máximos a ser tomados por la madre (menor a la mitad), mientras que el resto deben ser tomados obligatoriamente por el padre. Otro mecanismo consiste en definir una tasa de reemplazo del salario mayor si quién se toma la licencia es el hombre.

Pero llevar adelante este plan no será sencillo porque "existen muchas presiones por parte de las empresas para que no se amplíen las licencias. Pero está comprobado que una buena conciliación entre la vida productiva y reproductiva redunda en una mayor productividad", aseguró Díaz Langou.

Discriminación por el absurdo

“Desde que tenemos memoria, las leyes buscaron una protección especial para la mujer, en el entendimiento que este tipo de protección beneficiaba su condición de género y la equiparaba al hombre”, explica Glauco Marqués, socio de Adrogué, Marqués, Zabala & Asociados.

Así, se instaló en el derecho desde cuestiones obvias como la licencia por maternidad, hasta otras que de alguna manera la condicionaba como a un ser al que se le debía ayudar.

"En el derecho argentino, en particular el derecho laboral, aún hoy subsiste normativa que lejos de cuidar a la persona, pero en nombre de ello, la discrimina", considera Marqués.

“En las legislaciones modernas y los países más desarrollados donde realmente se le da sentido a la seguridad social y no se mal utilizan sus fondos, no sólo la mujer tiene esa licencia: una vez que cumple con ella, es el hombre quien debe gozar de un período determinado para cuidar a su hijo”, agrega el experto de Adrogué, Marqués, Zabala & Asociados. 

Sobre este punto, remarcó que “una cosa es contemplar una circunstancia determinada de vida (el parto), y otra muy distinta es caer en la falacia que es un ser más débil y que hay que 'ayudarla', porque en lugar de ayudar, perjudica”.

Esto se debe a que muchas empresas, ante un caso de igualdad de condiciones, se decide contratar a un hombre porque no tiene tantas prerrogativas como el sexo femenino. 

“Sería bueno que los legisladores salgan de la época de las cavernas y acepten que la mujer no es el sexo débil, ya que la fortaleza del ser humano hoy se mide no por su fuerza física, sino por otros valores”, concluyó Marqués.