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Las misiones que llegan para entrevistarse con funcionarios y conocer las perspectivas, suelen irse con más preocupación que entusiasmo
10/04/2017 - 11:04hs

Apenas se cerró la puerta el despacho y los inversores extranjeros ya estaban frente al ascensor que los devolvería a la calle, uno de ellos no pudo disimular el malestar: "Hace dos años venía acá y me mentían los de La Cámpora. Ahora, el kirchnerismo ya no está pero hoy nos siguieron mintiendo. Como cuando atendía La Cámpora".

Sus compañeros, que habían compartido durante una hora una reunión con un alto funcionario del equipo económico, sonrieron con complicidad

Compartían una mezcla de indignación y enojo. ¿La razón? Durante los dos días en los que estuvieron en Buenos Aires manteniendo encuentros con funcionarios del Banco Central y del Palacio de Hacienda, pudieron sacar pocas definiciones "sensatas" sobre la situación económica.

El desencanto es uno de los puntos en común que se llevan las misiones de inversores internacionales que, en forma regular, visitan los despachos públicos tratando de tener la versión "oficial" de cómo avanza la economía.

El problema es que notan a funcionarios más en pose de "militantes" -como ocurría con el kirchnerismo- que en una postura profesional, intentando disimular la realidad de la economía.

Es el "lado B" de los discursos amables que se escuchan en foros como el "Mini Davos": a la hora de abrir la billetera e invertir, los elogios se esfuman y aparecen las dudas.

"No es que este Gobierno mienta con las estadísticas. Para nada. Lo que vemos es que los funcionarios están obsesionados por transmitir un optimismo que la mayoría de los inversores no observa", describe uno de los analistas, minutos después de salir del BCRA.

A su lado, otro miembro del grupo -que había visitado Hacienda ese mismo día por la mañana- agrega: "Es increíble: le preguntamos al ministro por su visión sobre el dólar y nos mandó a hablar con el Banco Central. Y en el Central sólo nos dicen que ‘acá tenemos un tipo de cambio flotante'.

Esas no son las respuestas que esperamos quienes viajamos 10.000 kilómetros para interiorizarnos sobre la Argentina para decidir inversiones".

La queja de los hombres de negocios no se focalizaba en una sola variable. De hecho, en esta última gira se fueron cuestionando gran parte de las proyecciones oficiales, como las de inflación y crecimiento. 

Uno de los casos más llamativos es lo que pueda ocurrir con la evolución del PBI. Puertas adentro, algunos hombres del macrismo admiten que el crecimiento podría ser más bajo que lo estimado en el Presupuesto.

Concretamente, no descartan una expansión del 2,5%, un nivel inferior al 3,5% que figura en la ley.

Ese número, incluso, se encuentra por debajo de las proyecciones del REM, que cifra la tasa de variación en un 3%.

La revisión tiene que ver con lo que sucedió en el recién finalizado primer trimestre. De acuerdo con los datos preliminares que manejan en el Palacio de Hacienda, la actividad habría registrado una expansión de tan sólo 0,5% entre enero y marzo.

Esto contrasta con el 0,9% de incremento que, hasta ahora, había manejado el ministro Dujovne.

Así y todo, los expertos que llegan con las misiones del exterior estiman que incluso las revisiones a la baja del Gobierno podrían quedarse cortas y que la expansión del Producto sería más pobre aun. 

Sus razonamientos se amparan en los últimos registros del propio Indec sobre el desempeño de la industria, la construcción y el consumo.

"Son todos números en rojo. Ellos están preocupados pero siguen demostrando optimismo sobre el futuro", razona uno de los visitantes, en diálogo con iProfesional.

El entusiasmo de los funcionarios tiene una explicación: se fundamenta en que las principales paritarias todavía no se cerraron y en que la mayoría de las empresas que dan aumentos por afuera de los convenios recién lo harán entre este mes y el próximo, con lo cual el impacto positivo sobre el consumo masivo se notará un poco más adelante.

Dura de domarEn el Banco Central, en tanto, aceptan que hay preocupación por la marcha de la inflación.

Sin embargo, en el directorio de la entidad aseguran que harán todo lo posible para que no supere el techo del 17% pautado para este año.

Frente a los inversores, uno de los directores dijo que la política monetaria "será todo lo restrictivo que sea necesario" para no quebrar ese límite.

Inclusive, tal como consignara iProfesional, en los despachos de Reconquista 266 se discute la posibilidad de elevar las tasas si la inflación sigue sin aflojar.

Cuando uno de los potenciales inversores del exterior le preguntó a uno de los hombres fuertes del BCRA si ellos tenían la libertad política para subir los tipos de interés, si fuera necesario, la respuesta dejó más dudas que certezas: "Se supone que sí".

Tanto en el Central como en el Palacio de Hacienda y en Finanzas aseguran que no están preocupados por la masiva compra de divisas que vienen realizando particulares y empresas. 

Incluso, le atribuyen un componente psicológico, dado que argumentan que es una circunstancia temporal, potenciada por el "síndrome de abstinencia" por el billete verde que provocó el cepo.

Así, confían en que ese fenómeno perderá fuerza cuando la economía termine de arrancar y convenza a los actuales ahorristas que es mejor invertir en pesos y en el país (o por qué no consumir) antes que juntar dólares "por las dudas".

Desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada, la dolarización alcanzó a los u$s15.770 millones.

En el mismo período, la balanza turística fue deficitaria en más de u$s8.600 millones.

Ante esta realidad, los inversores extranjeros -algunos vinculados al mercado financiero, otros con intereses en la economía real- quisieron saber qué pasará con el tipo de cambio.

Frente a esta insistente pregunta, los funcionarios optaron por no dar respuestas concretas y "sensatas", según relataron dos miembros de la misión.

Macri y el compromiso fiscal

"El Presidente me encomendó expresamente que cumplamos con las metas fiscales, en base a las pautas trimestrales que ya fijamos. Y que si vemos un desvío corrijamos inmediatamente. Es más: Macri me dijo que ya fuimos todo lo gradualistas que podíamos ser, y que ahora hay que cumplir sí o sí".

La aseveración de Dujovne, frente a los inversores, da cuenta de la preocupación que existe en el mundillo financiero frente a la situación fiscal en la Argentina.

Sin el crecimiento esperado en la actividad económica, la recaudación caería por debajo de lo esperado y los objetivos fijados en las cuentas públicas podrían resbalar.

"Si nos desviamos, vamos a recortar. Vamos a cumplir", prometió Dujovne ante sus impacientes interlocutores.

Ahora, la inquietud en Wall Street pasa por conocer, de primera mano, la capacidad de repago que tiene la Argentina en el mediano plazo.

En ese sentido, los visitantes se fueron con la sensación de que las condiciones de acceso del país a los mercados de crédito continuará mejorando.

Las principales calificadoras de riesgo crediticio podrían elevar la nota del país. Por caso, a comienzos de marzo, Moody's mejoró las perspectivas de la deuda argentina. Y más tarde Standard & Poor's hizo lo propio en su calificación. 

Antes de la despedida, Dujovne apuntó que la recaudación de la Anses de los impuestos laborales había crecido 37% el último mes, lo que significaría que el mercado del trabajo se mantiene saludable.

De acuerdo con los últimos relevamientos del Ministerio que conduce Triaca, el empleo decreció en el último año en las empresas privadas pero, como contrapartida, se generaron puestos en el sector público, al tiempo que surgieron 71.000 nuevos monotributistas.

En el neto, siempre según Trabajo, hubo una creación de 87.000 puestos entre enero de 2016 y enero de este año.

"Todo muy lindo pero voy a pensar bien cuándo volveremos a Buenos Aires", desliza uno de los visitantes, en diálogo con iProfesional.

Esta misión de financistas suele aterrizar en Ezeiza cada cinco a seis meses. Ahora planean hacerlo recién a comienzos de 2018. Una vez que pasen las elecciones.

"Recién ahí vamos a volver a la etapa del sinceramiento", recalca, por si quedan dudas.

Se refiere a las decisiones de política económica pero, sobre todo, a la actitud de los funcionarios.

Sucede que, bajo la visión de los inversores, hoy se percibe un mayor esfuerzo por ofrecer una buena propaganda de la gestión que por presentar un plan con metas creíbles a mediano plazo. 

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