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¿Giro en la UIA?: los industriales van a las urnas con crí­ticas a la polí­tica "recesiva", tasas en alza y dólar bajo
17/04/2017 - 10:58hs

Poco a poco, la postura contemplativa que había imperado en los cuarteles industriales empezó a tomar otro color.

En las últimas semanas, casi como un espejo del endurecimiento sindical, la Unión Industrial Argentina (UIA) se convirtió en la caja de resonancia del malestar que se vive en casi todas la ramas de actividad por el parate económico y pases de factura dentro de la entidad.

La suba de tasas decidida el martes por el Banco Central ante el rebrote inflacionario no hizo sino echar más leña al fuego que calienta los pasillos de la central fabril.

En la sede de Avenida de Mayo 1147, se encendieron las alarmas por su posible impacto recesivo y la pérdida de competitividad. Es que el incremento del interés en pesos "exacerba la apreciación cambiaria" por la sobreoferta de dólares, explican puertas adentro.

"El aumento de las tasas no contribuye a la recuperación del mercado interno", afirma a iProfesional José Urtubey, vicepresidente de la UIA.

Con ese clima como telón de fondo, la junta directiva presidida por el titular de la central fabril, Adrián Kaufmann Brea, resolvió el mismo martes avanzar en la renovación de autoridades de acuerdo a lo previsto en el estatuto y convocó a una próxima reunión el 25 de abril, que deberá llamar a una asamblea hacia fines de mayo en la que se realizarán los comicios.

Las quejas del sector mecardointernista, sobre todo las Pyme, y el riesgo de una escalada de las tensiones internas convencieron a la cúpula de descartar la propuesta de aplazar las elecciones hasta octubre.

Varios miembros proponían esa alternativa ante las diferencias para encontrar un candidato de consenso entre el grupo Industriales, por el que fue elegido Kaufmann Brea, y la Celeste y Blanca, presidida por el plástico Héctor Méndez.

La opción de "desensillar hasta que aclare", además, era bien vista en el Gobierno, donde prefieren que persista el status quo en la UIA en lugar de abrir las puertas a un potencial cambio de tono, antes de las elecciones de octubre.

"Quizás era una visión conservadora de no apurarse para elegir un interlocutor más adecuado en relación al resultado de las elecciones legislativas", destaca a iProfesional un referente industrial. 

Pero la extensión del mandato de Kaufmann Brea, hombre de Arcor y representante de los peso pesado, generó rechazo tanto en la Celeste y Blanca, que es quien ahora debe sugerir un candidato, como en sectores de la otra lista. De fondo, estaba en discusión el mecanismo de toma de decisiones: el martes se rechazó la idea de suspender las fracciones internas de cara al acto eleccionario.

En lo que respecta a las candidaturas, uno de los que sonaba con fuerza hasta el martes para ocupar la presidencia era el de Daniel Funes de Rioja, abogado laboralista y uno de los actuales vice de la UIA. Sin embargo, previo a la junta directiva, el grupo de los Industriales resolvió sepultar sus aspiraciones, por lo que volvió a circular el nombre del aceitero Miguel Acevedo.

La figura de Funes de Rioja había cobrado fuerza en el encuentro de Punta del Este que mantuvo en enero el núcleo de los grandes capitanes de la industria, con presencia en ambas listas.

Entre sus credenciales, el abogado es reconocido por su rol al frente de la cámara alimenticia COPAL y su papel como representante de los empresarios en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Pero el ascenso del letrado al sillón de la UIA no entusiasmó al sector Pyme, donde desconfían de que un hombre vinculado a las "grandes corporaciones" defienda sus intereses.

"Piensan que entre cuatro se juntan y resuelven todo", disparó un textil. La resistencia fue encabezada por los madereros, autopartistas y textiles pequeños y medianos, los más afectados por las importaciones.

Desde el ala más necesitada de protección, argumentan que la UIA no es la Asociación Empresaria Argentina (AEA), entidad que agrupa a los principales grupos económicos del país. Entre ellos figuran Arcor, Techint, Bagó, Roggio, Fiat, Irsa, Los Grobo, La Anónima, Tn&Platex y Mercado Libre.

Por el contrario, aseguran que la central fabril debe expresar un "equilibrio" entre los industriales grandes y chicos. La fórmula de la concordia se ubicaría en el medio.

"Si sólo es manejada por los grandes es la UIA de los Industriales, y si sólo son los chicos, es la CGE", explicó un manufacturero.Cambio de clima

Detrás de la discusión sobre los sectores representados se esconde el tironeo dentro de la entidad por el rumbo económico y los alineamientos políticos.

Si bien es extendido el descontento con la "visión monetarista" del Gobierno, los peso pesado tienen mayor espalda para soportar la recesión y más llegada a la Rosada para obtener concesiones sectoriales.

Por caso, las terminales automotrices lograron capear el año pasado mediante la importación de autos. De ese modo, pese a la caída de sus niveles de producción, garantizaron ingresos a sus casas matrices.

La contracara fue la expansión del déficit comercial con Brasil y el deterioro del mercado laboral por la extensión de las suspensiones y retiros voluntarios.

Esa situación diferenciada, que golpea con más fuerza a los empresarios chicos, es lo que alienta movimientos de disconformidad dentro de la UIA. Aunque por ahora se limitan más a una disputa por los cargos que a una confrontación directa con el oficialismo.

Los reclamos pasan en todo caso por un mayor "diálogo", otra similitud con la tónica del triunvirato cegetista, antes que por un cambio abrupto de rumbo.

Pero los números son menos amables. Los informes mensuales de los industriales siguen mostrando que la actividad no termina de recuperarse. Durante el mes de enero, la producción industrial presentó una contracción interanual del 1% y del 2,6% en la medición desestacionalizada.

La baja fue impulsada por los rubros de metales básicos, minerales no metálicos, metalúrgico, textil, papel y cartón, alimentos y edición e impresión.

La rama automotriz amortiguó parcialmente la caída que experimentó la actividad fabril durante comienzos del año. Descontando ese bloque, la caída hubiera sido del 3,4% interanual.

"Hay un parate de la actividad, está todo muy complicado", asegura a iProfesional, el ex titular de la UIA, Héctor Méndez.Dólar y costos

Las miradas apuntan a la política monetaria, comandada por el BCRA, Federico Sturzenegger, quien el martes elevó la tasa de interés de referencia en 1,5 puntos porcentuales y mantuvo activa la tasa de las letras (Lebac) para absorver más pesos.

La decisión no solo retrae la oferta de dinero, sino que acentúa la apreciación relativa de la moneda y la baja del dólar.

Por ello, los industriales consideran que el tipo de cambio se convirtió en la único ancla antiinflacionaria, con dudosos resultados.

Según datos del INDEC, el costo de vida en marzo subió 2,4%, mayor a lo prevista. No faltan, incluso, quienes ven en las medidas oficiales un aliento a la "bicicleta financiera", al estimular la colocación del ahorro en plazos fijos y letras y encarecer el crédito productivo.

"Los empresarios industriales están muy victimizados. Muchos están esperando recuperar su propio espacio porque hay sectores que están muy golpeados y este Gobierno tiene muy poca cintura política", afirma a este medio un dirigente de la UIA.

El otro tema de preocupación siguen siendo las importaciones. La central advirtió que la importación de bienes de consumo creció en enero 22,7% respecto de igual período del año pasado, una tendencia que se mantuvo en febrero.

Los empresarios advierten por el incremento en el ingreso de todo tipo de productos: calzados, muebles, colchones, indumentaria, bebidas, lácteos, huevos, miel, mermeladas, tomates, carnes juguetes y productos de confitería.

En este escenario, la central fabril estima para 2017 un repunte del sector fabril de sólo 1 ó 2%, muy por debajo de la proyección del 3,5% que se espera para el PBI.

Buena parte de los problemas los atribuyen a los costos internos. Pero como muchos están convencidos de que el Gobierno "no tiene un plan B" intentan recuperar competitividad por la vía impositiva.

El reclamo apunta al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para que avance este año en la reforma tributaria prometida para el 2018.

Anoticiado del malestar empresario, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, apareció en la sede de la UIA el lunes.

Allí se reunió con Funes de Rioja y el resto del Grupo de los Seis para presentarles los avances de la Ley de Riesgos de Trabajo -que todavía debe ser aprobada por las legislaturas provinciales- y conversar sobre la propuesta de blanqueo laboral de 4,5 millones de trabajadores, mediante una moratoria o un perdón por los aportes impagos.

El acercamiento del macrismo a las cámaras empresarias ocurre luego del paro que realizó la CGT el jueves pasado en rechazo a los despidos, la apertura de importaciones y el "techo" a las paritarias, que mantiene abierto el conflicto con los maestros.

Se trata de un movimiento que apunta a aislar al sindicalismo y evitar un resquebrajamiento del frente empresario.La creación de mesas sectoriales (automotriz, construcción, textil, eléctrónica y motos) fue la salida que encontró el Ejecutivo para contener a los sindicatos afectados por las suspensiones y despidos.

El problema de la convocatoria es que genera dudas entre los directivos de empresas, que el año pasado se sentaban cara a cara con los funcionarios en la mesa del diálogo y la producción, sin pasar por instancias intermedias.

Rápidos de reflejos, en la UIA proponen extender los acuerdos por sector a toda la industria, un modo diplomático de exigir beneficios tributarios y flexibilización de convenios en forma generalizada.

"Tienen que sentarse a negociar con los empresarios en la mesa, no tenemos un gran romance con el Gobierno", reclama un industrial.

Las elecciones de la UIA a fines del mes próximo dirán si la luna de miel con la industria sigue vigente o, por el contrario, anticipan un endurecimiento.

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