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El sinceramiento del consumo: hay reactivación, pero con tarjetas de crédito y fuera de la Argentina
18/04/2017 - 11:09hs

Como cada feriado largo, la postal más vista de esta última Semana Santa fue la de argentinos sacando sus tarjetas de crédito en los comercios de Santiago de Chile, Miami y hasta de Asunción del Paraguay. 

Esas fotos compitieron con la de cientos de autos cruzando por el paso Cristo Redentor y con la de pasajeros realizando el check-in en Ezeiza rumbo a los Estados Unidos y otros países. 

Las imágenes han sido tan elocuentes que reeditan el debate sobre si hay atraso cambiario, que siempre genera acaloradas discusiones.

Y, si lo hay, ¿qué tan profundo es como para que este fenómeno se repita una y otra vez?

Por lo pronto, el Sernatur (Servicio Nacional de Turismo) de Chile aporta cifras contundentes:

-Este año llegarán a ese destino unos 3,7 millones de argentinos, 25% más que en 2016.

-En relación con 2015 (2,2 millones), implica una afluencia 70% mayor.

-Comparado con los años previos (2009 al 2014) -cuando el flujo era de apenas 1,5 millón, promedio anual- significa la friolera de un 150% más. 

Lo más dramático es que este crecimiento, casi exponencial, se da pese a las sucesivas devaluaciones llevadas a cabo por las distintas gestiones: la de Kicillof (enero 2014) y la de Prat Gay (diciembre 2015). 

Esto permite sacar una primera conclusión: las abruptas subas del billete verde que se han practicado en nada sirvieron para quitarle atractivo a las economías vecinas.

De hecho, los comercios chilenos, paraguayos y los shopping de Miami mantienen al día de hoy sus ventajas respecto de los altos precios en dólares que se cobran en la Argentina. 

Una de las explicaciones en la que insisten los economistas es que no han sido devaluaciones "exitosas", entendiéndose como tales cuando sólo sube el billete verde pero no así el resto de los bienes y servicios. 

Por el contrario, el alza de la divisa se trasladó en pocos meses a los otros precios de la economía.

Así, en un contexto de alta inflación, el efecto devaluatorio no sólo quedó rápidamente neutralizado sino que derivó en el encarecimiento del país en términos de "moneda dura".

Esta es, precisamente, la razón que esgrimen quienes se oponen a una nueva corrección cambiaria

El lado B del boom turísticoSegún datos aportados a iProfesional por la compañía de viajes Despegar,  Santiago de Chile se consolidó como la plaza más solicitada para volar. 

La novedad, en esta Semana Santa que acaba de concluir, es que un destino no tradicional se ubicó en el tercer puesto (compartiendo posición con Montevideo) en el ranking de las ciudades más visitadas, superando incluso a plazas clásicas como Punta del Este o Río de Janeiro. 

Se trata de Asunción del Paraguay, una ciudad que también está asociada con el "turismo shopping" 

El "anzuelo" está dado por las grandes diferencias de precios: un iPhone liberado cuesta en la Argentina casi un 70% más que en Chile. En el caso de los televisores Samsung, la brecha puede ser del 60%. 

Si se toma como referencia Asunción, el gap supera cómodamente el 50% para el rubro electrónica, mientras que en una de las categorías más buscadas por los turistas, como perfumería, las diferencias sobrepasan el 60%. 

Claro que hay un "lado b" en esta invasión de miles de argentinos a las distintas ciudades fuera del país: la profunda huella que deja sobre la economía local.

De acuerdo con la consultora Economía & Regiones (E&R), las provincias que limitan con Chile y Paraguay vienen sufriendo una contracción muy fuerte en su actividad, como así también el cierre de centenares de comercios.

Por caso, en Mendoza ya bajaron sus persianas más de 500 puntos de venta y su PBI se redujo un 7,3% durante los últimos doce meses.

Algo similar ocurre en Entre Ríos (-6,2%) y Santa Cruz (-5,2%), si bien en este último caso es producto de "asuntos internos" que complican aún más la situación. 

No escapan a este contexto Misiones y Formosa, cuyos índices de actividad cayeron 1,2% y 1,5% respectivamente, si bien pudieron suavizar el impacto negativo que genera las compras en Paraguay gracias a la antes inexistente producción de soja, según E&R.

A esta altura, parece indiscutible que los masivos viajes de argentinos al extranjero "huelen" a un atraso cambiario severo. 

Hasta remiten a la película "Plata Dulce", que en 1982 relató de maravillas los efectos nocivos de la denominada "patria financiera", que dieron paso a la burbuja del dólar barato y a la extrema vulnerabilidad de la economía de aquel entonces.

Para algunos analistas, como Javier Okseniuk, director de la consultora LCG, la "fuga" de los "argentinos debe ser tomada muy en serio", ya que responde a un atraso cambiario importante

Más aun, advierte que el crecimiento en la cantidad de personas cruzando las fronteras para adquirir desde ropa y artículos del hogar hasta productos electrónicos opera como una "alerta temprana".

Okseniuk recuerda que la balanza turística argentina viene siendo deficitaria desde 2011, año a partir del cual se fue haciendo más evidente el retraso del dólar frente a la inflación.

La cronología no deja lugar a dudas:

-2011: el rojo era de "apenas" u$s1.100 millones

-2013: saltó a la impactante cifra de u$s8.700 millones 

-2014: bajo a u$s5.400 millones (tras la devaluación de Kicillof)

-2015: trepó nuevamente a los u$s8.400 millones 

-2016: sumó u$s8.100 millones (devaluación macrista mediante)

"Este año podría batirse un récord, con un déficit en torno de los u$s9.000 millones", señala Okseniuk.

No obstante, aclara que mucho dependerá "de si el Banco Central sigue convalidando esta paridad, muy favorable para hacer turismo y gastar en el exterior".

La visión de SturzeneggerEl debate del atraso cambiario desvela a economistas e industriales, pero no tanto a Federico Sturzenegger, titular del Banco Central.

En su visión, "se le debe prestar atención a cómo viene evolucionando el peso argentino frente a las otras divisas".

"Se mira demasiado cómo se mueve el dólar, pero lo que hay que observar es cómo se comportó la moneda local frente a las de los socios comerciales, como Brasil, México o Europa", señala.

A la hora de ponerle cifras al asunto sostiene: "Lo que surge es que el tipo de cambio real multilateral sólo se apreció 2% en el último bimestre". 

Sturzenegger aprovecha para hacer una férrea defensa de su política: "Entiendo que la gente mire lo que pasa con el dólar, pero la realidad es que el tipo de cambio real viene mostrando una gran estabilidad en el último año. Y esta es una de las grandes ventajas de la flotación".

La condena a ser caros en dólaresMientras Sturzenegger da su visión, los argentinos aprovechan a quemar sus tarjetas fuera del país.

A su vez, este boom turístico abre algunas dudas sobre las afirmaciones que dan cuenta del enfriamiento del nivel de compras, tomadas como ciertas por todo el mercado. 

Es verdad que no todos pueden viajar, pero también es cierto que esa pequeña porción de la población es la que explica la mayor parte del consumo de determinados productos.

Por lo pronto, ese segmento actualmente mantiene un saldo de u$s530 millones en concepto de gastos con plásticos en el exterior. Es decir, 50% más que hace un año. 

Se trata de una cifra récord desde la salida de la convertibilidad para esta fecha (ver cuadro). 

Si algo quedó claro este último fin de semana es que ahorro (dolarización) y "patria consumista" no faltan.

El problema es que no necesariamente las compras se realizan dentro del país. 

Mientras que el Gobierno pugna por hacer crecer los "brotes verdes", se intensifica el debate sobre si es posible detener la ola de adquisiciones fronteras afuera o si, por el contrario, el atraso cambiario es de tal magnitud que lo hace imposible.

Desde Elypsis, Eduardo Levy Yeyati, su director y asesor del Gobierno, es escéptico, al menos para el corto plazo. Considera que "nuestro consumo seguirá derramando a países vecinos".

Su postura coincide con la de la mayoría de sus colegas, que entienden que este fenómeno sólo puede revertirse reduciendo la carga impositiva y bajando los costos internos, por la vía de eficientizar la logística.

Esto, ya que una nueva devaluación no resultaría "exitosa" en términos de competitividad.

El economista Federico Muñoz da cuenta de un dato inquietante: por cada dólar que ingresa al país de la mano de turistas extranjeros, hay cinco que salen por argentinos que van al exterior.

En el ranking de los escépticos aparece bien posicionado Diego Giacomini, de Economía & Regiones, quien señala que el hecho de que la Argentina sea cara (en dólares) obedece a cuestiones estructurales que no podrán ser corregidas en el corto plazo.

Este analista se enoja con cualquiera que mencione la expresión "atraso cambiario", ya que asegura que la cotización del billete verde no es, ni por asomo, el problema de la economía argentina. 

Ante la consulta de iProfesional, expresa que si se compara la actual paridad con la de la convertibilidad, es de 1,08 pesos por dólar, mientras que en el resto de la región se mueve entre los $0,60 y  $0,85.

Si no hay atraso cambiario, ¿por qué en Chile, Paraguay y Estados Unidos, todo cuesta menos, desde la ropa y calzados hasta la electrónica?, preguntó iProfesional.

En su visión, "existen otras variables que definen a la economía de un país, como los impuestos, el costo del capital, la inflación y las regulaciones sobre el comercio exterior, entre otras".

Ante la consulta sobre si es sostenible la actual relación peso-dólar, responde con un tajante "no".

"El Gobierno no logra acomodar a las otras variables, y entonces -tarde o temprano- la devaluación sobrevendrá ya que funciona como una válvula de escape". 

El Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE), de la Universidad de Belgrano, hace su aporte al debate e indica que el atraso cambiario "ya supera el 26%".

En tanto, economistas como Miguel Kiguel señalan que la actual paridad se irá modificando hasta llegar a los $18 en diciembre.

Mientras se recalienta el debate sobre cómo dar vuelta la tendencia de los últimos años, las colas frente a las ventanillas de las aduanas fronterizas siguen siendo noticia

A 35 años de su estreno, la película "Plata Dulce" vuelve a tener una vigencia indisimulable. Falta saber si el actual Gobierno será capaz de encontrarle un final feliz.