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¿Un blanco hecho con Pinot Noir? ¿Un Malbec con Gewürztraminer? El establecimiento lo hizo posible de la mano de Confiado, su flamante línea de vinos
21/04/2017 - 06:49hs

Olas que rompen sobre una playa con acantilado. Un tipo con mirada desafiante camina hacia la orilla y se larga con su tabla de surf. ¿Estamos hablando de un comercial de cerveza? ¿O del de una compañía de telefonía celular? Hacia el final, el mismo tipo agarra una copa y descorcha un vino.  Con ustedes, “Confiado”, la nueva línea de vinos de Bodega Séptima. 

Desde el vamos, la bodega quiso dejar en claro que se trata de un punto de inflexión en sus 15 años que lleva en la Argentina.

Séptima forma parte del Grupo Codorníu, una compañía con más de 450 años de historia en el Viejo Mundo. Y, de alguna manera, sus pasos en el mercado interno hasta ahora siempre habían tenido esa impronta clásica y solemne, tanto por el lado visual como por sus vinos. 

Pero la bodega, conducida enológicamente por Paula Borgo, acaba de abrir una puerta, muy interesante (y desafiante) por cierto, de la mano de su nueva línea Confiado. La misma hoy está compuesta por tres vinos (dos de ellos realmente diferentes) pero mañana, ¿quién sabe? Es que la idea, justamente, es que esta familia mute, cambie

“Más que una línea, es una serie de vinos. Esto significa que las etiquetas que hoy estamos presentando seguramente no sean las mismas el año próximo”, sintetizó Leticia Arena, gerenta de Marketing de Bodega Séptima. 

En cuanto al leitmotiv, fue clara: “El mercado del vino, especialmente en la Argentina, es muy movedizo. Vimos que hay más consumidores que están dando un paso más allá, que buscan cosas distintas. Y nosotros, si bien al formar parte del Grupo Codorníu tenemos que dar pasos firmes y bien seguros, sentíamos que este era el momento para presentar vinificaciones diferentes, con variedades diferentes”. 

No son vinos racionales, son más emocionales. Son los vinos que teníamos ganas de hacer”, agregó Arena. 

A su turno, Borgo afirmó que “no son vinos de impacto, no son pesados. Son modernos, bien fluidos, con un planteo diferente”. 

“La idea no es sólo mostrar etiquetas que salieran de lo común. También queríamos presentar vinos distintos; queríamos jugar el partido de la innovación, mostrando nuestra parte rockera, nuestra parte loca”, disparó. 

Esos raros vinos nuevosLa nueva serie Confiado, en estas primeras añadas, está conformada por tres etiquetas: un blanc de noir elaborado con Pinot Noir, un Malbec con un toque de Gewürztraminer y un Malbec "poco intervenido". 

¿Qué propone cada uno de ellos? 

Confiado Pinot Noir Blanco 2016 – Precio sugerido: $360 

Por lejos, es el más disruptivo. Es un vino realmente diferente. Y como todos los vinos diferentes, raros, de esos que juegan su propio partido y no tienen un espejo donde reflejarse, requieren ser degustados con la mente abierta, sin prejuicios y sin preconceptos. Claramente, se trata de un “vino de debate”. Porque a ciegas, muy difícilmente alguien pueda distinguir que se está ante un blanco elaborado con Pinot Noir. Además, conforme gana temperatura en la copa, es un vino que muta rápido y que poco tiene que ver con el Pinot Noir elaborado tradicionalmente. Y eso desconcierta. Si hay que buscarle algún paralelismo, remite a esos Pinot Grigio bien frutados, con un recuerdo entre tropical y notas de frutas de pepita. Se percibe además un exótico toque a pimienta blanca. En boca es un vino con una acidez de altísimo impacto, mordiente. Parece que no tuviera contemplaciones con los paladares sensibles. Pero justo ahí aparece el contrapunto: en boca surge un volumen y una textura agradables y que le dan más armonía hacia el final. No es una acidez vacía: debajo de la cáscara hay cuerpo. No es sucroso como un Chardonnay, pero hay consistencia. Es raro, diferente.

Sin dudas, uno de los vinos del año y que no es sólo para sommeliers: es para consumidores curiosos, que gusten de los blancos mordientes pero estén en busca de algo que definitivamente se desmarque de lo tradicional. Y sobre todo, que les guste debatir. Tendrán tela para cortar con este ejemplar. 

Confiado Malbec - Gewürztraminer 2016 – Precio sugerido: $470 

Borgo explicó que hibieron un trabajo trabajo de fermentación entre un Malbec de Vista Flores, Valle de Uco, y los hollejos de Gewürztraminer, proveniente de Agrelo, en Luján de Cuyo. 

“La proporción fue del 5%, porque hicimos ensayos llegando hasta el 20% pero esta cepa blanca terminó siendo demasiado invasiva y el Malbec perdía su esencia”, agregó. 

A ciegas, ¿qué podría decirse de este ejemplar? ¿Se detecta el aporte del Gewurztraminer? Posiblemente, pocos o nadie diga: "este Malbec fue fermentado con un 5% de uva blanca". Y sin embargo, algo pasa en la copa. Se lo podría definir como la sal en la comida. Hay algo que realza los aromas, los potencia. Porque lo que se percibe en nariz es pura fruta roja, pero en alta definición, como si le hubiesen sacado lustre a la uva antes de que entre en bodega. En boca, es un manual del Malbec de Altamira: es un vino de fluir delgado, de extrema frescura, con taninos firmes pero delicados y que premian con esa textura granulosa hacia el final que hoy más que un estilo es casi una declaración política.

Malbec Indígena 2015 – Precio sugerido: $470

Como se detalló, los dos vinos anteriores son realmente diferentes y van a dar que hablar. 

Así, mientras que las otras dos etiquetas juegan el partido de la innovación, con este Malbec se apostó por una suerte de “back to the roots”. 

A partir de un viñedo del Valle de Uco, se optó por alumbrar un Malbec minimalista en cuanto al concepto de elaboración: levaduras nativas, mucho terruño a flor de piel y una madera que complemente. 

De los tres, lógicamente, este vino es el menos rupturista, pero eso no le quita mérito: es un Malbec con estirpe suficiente como para defenderse solo.

Este ejemplar juega en la delgada línea entre lo clásico y lo moderno y la apuesta funciona. Frutas rojas frescas y crujientes, con notas florales y un llamativo dejo entre terroso y herbáceo, dominan una paleta cargada. En boca resume la "trilogía hipsteriana" de la vitivincultura: es freso, largo y tenso.

Pero no todo termina con un filo previsible: luego se aburguesa con una madera más clásica, que se prolonga un largo rato en boca. Gran Malbec, de esos para beber solo, sin comida que interfiera. 

A veces, cuando una empresa habla de innovar -sea en la industria automotriz, la electrónica o la vitivinícola-, el riesgo es que todo quede en una expresión hueca y sin sustento. No es el caso de Bodega Séptima que, además de tener un discurso, llegó con una propuesta diferente y le dio una interesante bocanada de aire fresco al 2017.