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El presidente de la línea aérea de bandera criticó el lujo de las oficinas del ex titular de la empresa durante la gestión de Cristina Kirchner
24/04/2017 - 22:53hs

Mario Dell'Acqua es presidente de Aerolíneas Argentinas desde diciembre de 2016, cuando sucedió a Isela Constantini. Entonces, cobró notoriedad por el audio de una reunión que se filtró en las redes sociales, en el que reconocía: "No conozco nada del mercado de una compañía aérea".

Ahora, el ex directivo de Techint lanzó declaraciones en las que critica como excesivas las comodidades que rodeaban a Mariano Recalde, el presidente de la compañía durante el gobierno de Cristina Kirchner.

Lo primero que sorprendió a Mario Dell'Acqua al entrar en Aerolíneas Argentinas fue el tamaño que tenía el despacho construido por Recalde.

"En 1977, cuando empecé en el grupo (Techint), vivía Agostino Rocca; después fue el padre, Roberto, después (Paolo)... y yo he aprendido que una empresa se hace grande cuidando todo. Y dando el ejemplo”, afirmó el actual presidente de Aerolíneas.

“Y la verdad es que en Techint el que se animaba a tener el escritorio un centímetro más grande que el de Paolo nos daba vergüenza. El escritorio de él, de por sí, era chico. Ésa es la cultura que yo tengo”. Y nosotros, los gerentes, estamos para trabajar más que nuestros empleados", dijo.

"Acá veo el escritorio que tenía el presidente, y después veo los baños que tenían los empleados de rampa de Ezeiza, y la verdad me da dolor de estómago", expresó el directivo en una entrevista a La Nación.

Un bunker de lujo

Había que subir seis pisos en auto por el estacionamiento Sur para llegar a la cochera de los ejecutivos, tomar un ascensor para volver al piso dos, pasar por recepción y volver al piso 6 por los ascensores internos para llegar al despacho de 300 metros cuadrados en el que Mariano Recalde pasó los últimos meses. El bunker más exclusivo se caracteriza por el lujo.

Recalde disponía, además de su escritorio, de un living que da a la pista del Aeroparque. Luego, anexas, hay dos salas de reuniones con parte de los mejores muebles de oficina que se consiguen en el mercado. Una tiene una mesa rectangular, la otra una cuadrada. Desde el pasillo que las une se puede salir hacia el baño, con ducha, al que se anexa, además un vestidor.

Había un televisor de no menos de 40 pulgadas y, a su lado, otra pantalla similar pero táctil en la que se proyectan páginas de Internet. En ese despacho está colocada una de las terminales de telepresencia, un sistema para comunicarse entre dos puntos remotos de altísimo costo.

Hay 10 estaciones similares ubicadas en diferentes despachos del edificio, una rareza en el mundo corporativo, ya que se utilizan generalmente para comunicarse entre oficinas con kilómetros de distancia.

En los cuatro pisos del edificio ubicado en la T4 del Aeropuerto se reparten 100 televisores que no tienen trasmisiones internas, sino programas de televisión. El precio de todo este equipamiento ronda los $3 millones, estima La Nación.