A tres días de los violentos disturbios que se generaron en la residencia de la gobernación de Santa Cruz, en la cual se encontraban Cristina Fernández y Alicia Kirchner, la expresidente dejó Río Gallegos y ahora está en El Calafate, desde donde podría viajar hacia Buenos Aires el martes.

La exmandataria dejó la capital provincial a alrededor de las 15 del lunes y se dirigió hacia El Calafate custodiada por dos camionetas de su equipo de seguridad personal.

El viernes, Cristina, su hija Florencia y su nieta Helena estaban dentro de la residencia de la gobernación, donde los manifestantes realizaron una protesta y terminaron ingresando a los jardines de la propiedad.

Los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía santacruceña dejaron un saldo de tres heridos de balas de goma y destrozos en ciertas partes del inmueble. La expresidente recién pudo volver a su casa de Río Gallegos el sábado.

La provincia se encuentra “quebrada” según declaraciones de la propia gobernadora, por lo que se adeudan salarios a los empleados estatales, tanto de la provincia como de los municipios.

Esto impacta directamente sobre la actividad económica en la provincia sureña, donde el Estado es el mayor generador de empleo. De hecho, hay cerca de 86.000 trabajadores estatales.

Por esto, la crisis no sólo afecta a quienes trabajan en el Estado, sino también en el resto del comercio, excepto en la zona andina (como El Calafate o El Chaltén), que depende más del turismo.