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La sangrí­a de SanCor: fuga de proveedores, parálisis de más plantas y debate por el "desguace" de activos

Más de 200 tamberos recortaron sus envíos a los puntos de acopio de la cooperativa. Los $450 millones que aportará el Gobierno serían insuficientes
25/04/2017 - 16:13hs
La sangrí­a de SanCor: fuga de proveedores, parálisis de más plantas y debate por el "desguace" de activos

Como un boxeador "groggy", SanCor no encuentra las cuerdas y tambalea a merced del golpe de gracia

Por estos días, la unión de cooperativas está a un paso de dejar de operar casi por completo, a raíz de la falta de caja. Además, sufre una dramática "fuga" de proveedores de leche, que se rehúsan a aceptar los cheques que emite la compañía. 

Al mismo tiempo, las conversaciones con Lactalis, principal interesada en quedarse con los activos de la empresa, entraron en un impasse y la ayuda comprometida por el Gobierno claramente resultará insuficiente.

Para agravar el panorama, el Sindicato y la Federación de Choferes de Camiones -manejados por Pablo y Hugo Moyano-, realizaron un paro de transporte en todo el país que afectó a todo el sector lácteo. 

En un comunicado, las organizaciones sindicales advirtieron que la firma "está llevando adelante un ajuste a costa de los trabajadores y preparando el terreno para un vaciamiento".

Los camioneros afirmaron que están en juego unos 300 puestos de trabajo.

Frente a este cuadro, un vocero de Atilra, el gremio de los trabajadores lácteos, advirtió lo difícil que se tornó la situación: "Estamos en un escenario de agonía comercial, pero con la decisión de aguantar hasta donde se pueda la situación de los empleados". 

"Ahora está la posibilidad de que se avance tanto con la venta de activos por separado como en armar un fideicomiso para encarar el pago de la deuda. Lo único concreto hoy es que SanCor prácticamente no opera", completó.

En relación con esto último, la semana pasada entró en "stand by" la planta de Chivilcoy, una de las más importantes de la unión de cooperativas en la provincia de Buenos Aires. 

La firma comenzó a aplicar en ese establecimiento un plan de suspensiones rotativas que este mes abarcará a casi medio centenar de trabajadores.

Los operarios suspendidos, según pudo averiguar este medio, percibirán el 75% de sus sueldos y, para cuando concluya el período, serán reemplazados por otros 44 empleados que deberán atenerse al mismo régimen. 

En SanCor Chivilcoy nadie se anima a decir por cuánto tiempo se mantendrá activa esta medida.

A este complejo cuadro hay que sumarle la paralización de actividades que hoy muestran las plantas de Centeno (provincia de Santa Fe), Coronel Moldes y Brinkmann (ambas en Córdoba) y Charlone (Buenos Aires). 

En todos los casos, el personal percibe el 75% de sus salarios. En estos establecimientos ya se acordó que dicha pauta se extenderá hasta el mes de septiembre.

Por lo pronto, el sindicato estaría dispuesto a que se abra la discusión por el convenio y se revisen ítems como las categorías de trabajadores laborales o distribuir mejor premios por presentismo.

La situación que se vive en Centeno podría cambiar si, tal como viene ocurriendo en los últimos días, avanza el diálogo con una compañía bonaerense que mostró interés por esa operación en particular. 

Para la fuente de Atilra, si se acuerda ese traspaso, se confirmará que a los socios de SanCor no les molesta ir vendiendo la empresa por partes

"Para nosotros lo importante, antes que la marca, es que no se pierdan los puestos de trabajo, por lo que acompañaríamos un convenio de estas características", reconoció la fuente de Atilra.

Con sede en Navarro, la empresa de quesos de La Tarantela encargó una valuación de la planta de Centeno. Su intención es mantener el plantel de 60 empleados que, por decisión de SanCor, se encuentran suspendidos desde el 6 de marzo. 

En las negociaciones también interviene el Ministerio de Producción de Santa Fe.

El esquema operativo de La Tarantela comprende mayormente la producción de muzzarella y quesos duros. Opera bajo un sistema de distribución focalizado en Capital Federal, gran Buenos Aires y Mar del Plata.

Con respecto a estas tratativas, el propio titular de la cartera, Luis Contigiani, reconoció que "están muy avanzadas".

También remarcó que "existe la posibilidad de que los propios trabajadores se queden con la planta unidos al grupo empresario". 

"Estampida" de tamberosMientras se define el destino de la planta de Centeno y se amplía el número de suspendidos, en otras cinco instalaciones productivas de SanCor se multiplican los esfuerzos para no perder el flujo de materia prima. 

En ese sentido, desde el entorno de la firma aseguraron a iProfesional que, en lo que va del año, más de 200 tamberos recortaron sus envíos a raíz de las dificultades para cobrar. 

Esto hace que la compañía en la actualidad procese menos del 50% de la leche en comparación con un año atrás.

"La empresa le debe a medio mundo y los productores son los que más están sufriendo. La tarea más difícil es convencer a un tambero de que le venda", afirmó a iProfesional una fuente cercana a Federación Agraria Argentina (FAA).

"Adeuda pagos prácticamente desde noviembre. Por eso resulta preferible despacharle a otra láctea, aunque pague menos, porque si no se corre el riesgo de fundirse", completó.

Andrea Passerini, coordinadora de la comisión de lechería de CARBAP, fue más allá: "Será complicado para SanCor convencer a un tambero de que le vuelva a vender después de los manejos que hizo".

Precisamente este es el aspecto que, reconocen en Atilra, hoy hace que las conversaciones de los socios de la empresa con potenciales compradores permanezcan congeladas.

"¿Quién va a querer quedarse con una láctea a la que nadie le entrega leche? Lactalis no va a querer resolver desde Francia un problema de estas características. Menos todavía Fonterra, que funciona como un reloj en Nueva Zelanda y en sus mercados de influencia", comentó un representante gremial.

La francesa es la preferida del Gobierno y posee una potencia comercial que impresiona: fundada en 1933, factura unos 17.000 millones de euros al año. 

Maneja cerca de 220 plantas industriales en más de 40 países e integran su portafolio etiquetas como Parmalat, Lactel, Bridel y Celia, entre otras.

Fonterra, en tanto, cuenta con ingresos por u$s15.000 millones anuales, exporta a 140 destinos y ha sumado presencia en la región. 

En Chile, por ejemplo, posee casi el 100% de las acciones de Soprole, que es líder en el rubro.

Agrupa al 90% de los productores de leche de Nueva Zelanda quienes, a partir de esta asociación, concentran la cuarta parte de las exportaciones lácteas.

La plata no alcanzaMientras navegan en la incertidumbre, los socios de la unión de cooperativas lograron hacerse de un crédito por $450 millones del Fondear (Fondo para el Desarrollo Económico Argentino) con el objetivo de mantener a SanCor de manera operativa

Con ese monto prestado a una tasa del orden del 14% anual, las autoridades de la firma buscan asegurarse, al menos por seis meses, el pago de salarios a los 4.000 empleados y las liquidaciones a los tamberos que aún proveen leche. 

Claro que este dinero no alcanza para cambiar la situación de la láctea: en el mercado aseguran que su deuda asciende a la friolera de $6.000 millones. 

La preocupación que sigue a la pérdida de proveedores corresponde a la relación con Atilra. Ocurre que en la última semana, el Gobierno blanqueó su decisión de reducir el "aporte extraordinario" de $3.500 por trabajador que las empresas deben pagarle al gremio del sector.

El macrismo propuso achicar a $500, $1.000 y $1.500 por trabajador, según el tamaño de las firmas. A modo de contraoferta, Atilra informó su decisión de no bajar de $850, $1.200 y $2.000 respectivamente. 

"La discusión por esta caja salpicará el proceso en torno a SanCor", expresó a iProfesional un vocero de Atilra, el gremio de los trabajadores lácteos.

Esto incluye a las partitarias: el Gobierno pretende homologar el último incremento semestral del 13,8%, firmado en noviembre de 2016, a abril de este año, a cambio de que Atilra desista de una nueva pauta salarial.

Sin embargo, desde el sindicato todavía se resisten a ponerle el gancho: "Todo dependerá de la inflación", respondieron. 

En definitiva, el Ejecutivo apunta a cerrar un "acuerdo de competitividad" pero, a diferencia del que se firmó para Vaca Muerta -con el objetivo de atraer inversiones-, en este caso es para mantener a flote al sector

"Lo que ocurre con la cooperativa, las dudas y los manejos, son un síntoma de nuestra decadencia como sector productivo. Es un tema muy doloroso para la lechería argentina en general", sintetizó Manuel Ocampo, referente de la Asociación de Productores de Leche (APL).

En su visión, Lo que se está viendo en estos días en torno a SanCor no es más que el resultado de un desmanejo que viene de hace años.

"Se dio un cóctel complejo: descontrol de los socios, pérdida de interés por la calidad de los productos y políticas sectoriales desastrosas", expresó Ocampo.

A esa combinación le sumó las inclemencias climáticas y la búsqueda de sociedades no rentables, como fue el caso de Venezuela.

Al respecto, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, aseguró que el país comandado por Maduro "le debe a la empresa más de $1.000 millones”.

Nada hace pensar que la ayuda monetaria vaya a torcer la suerte de SanCor en el corto plazo. Por el contrario, las fuentes consultadas consideran que el destino de la firma estará marcado por la incertidumbre y las protestas. Sin dudas un panorama sombrío, al menos hasta el segundo semestre. 

El interrogante pasa por ver cómo hará para aguantar a los próximos "rounds" una empresa que, coinciden todas las voces, ya acumula varios golpes y comercialmente está por quedar "noqueada".

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