Desde 2016, cuando se liberaron las importaciones y se redujo el impuesto interno, el lanzamiento de 0km de alta gama comenzó un boom que aún pasado más de un año no se detuvo.

Las marcas tuvieron que recuperar el tiempo perdido entre 2014 y 2016, cuando las trabas en el mercado provocaron la peor caída en ventas de vehículos de alta gama de los últimos años.

Junto con estos modelos, también se incrementaron las importaciones de mercados como Brasil, donde se fabrican modelos de entrada de gama, y que por la crisis interna empezaron a vender a los países vecinos con grandes descuentos.

Las consecuencias de esas políticas comenzaron a notarse este año, y el saldo comercial de marzo arrojó un déficit de u$s941 millones, más del triple del registrado en igual mes del año pasado, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Por otro lado, se advierte que el mayor ingreso de importaciones, principalmente de autos, es el que provocó este desfasaje en el mercado. Así, en los tres meses del año, el déficit se estiró a u$s1.088 millones.

Según el organismo, las exportaciones en marzo crecieron 2,3% a u$s4.527 millones, mientras que las importaciones aumentaron 16,4% a u$s5.468 millones. Esto llevó a que el rojo comercial pasara de u$s274 a u$s941 millones en tan sólo un año.

En tanto, la importación de bienes de capital se disparó 31,7%, y los bienes intermedios, 9,7%, medidos en cantidades. Por otro lado, bajaron 35,9% los combustibles y 7,9% las piezas y accesorios para bienes de capital.

En el caso de los autos, por el lado de la alta gama, marcas como Ferrari, Porsche y Maserati lograron, después de años, recomponer su stock de modelos en el país, al tiempo que otras como Jaguar preparan importantes lanzamientos.

Las masivas, por su parte, también pudieron poner su stock con la importación de modelos que eran su corazón de gama y que tuvieron trabados por años.

Ahora, las consecuencias empiezan a sentirse.