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El hombre de más bajo perfil del equipo de Macri responde a todo. Qué opina del consumo, el rol del Banco Central, las perspectivas y hasta Carrió
30/04/2017 - 14:55hs

“Nuestro rol no es andar con el lápiz rojo. Es asegurar que todo el gabinete pueda funcionar como equipo y colaborar con los ministros, con las empresas públicas, para que cada una cumpla su foco, que es cómo poner al Estado al servicio de la gente. Esa es nuestra única obsesión".

Así resume Mario Quintana la misión que junto a Gustavo Lopetegui encaran en el gabinete. Los ex McKinsey se reparten entre ambos 22 ministerios, 13 organismos descentralizados y 16 empresas en las que el Estado es accionista principal.

Reportan directamente al jefe de Gabinete, Marcos Peña, aunque el Presidente también los definió como sus ojos y oídos. Es común verlos llegar a las 8.30 a Balcarce 50 y partir poco después de las 20.30, siguiendo el ritmo de la agenda del día que, a diferencia de lo que se pensaba al principio, excede la órbita económica.

"Con respecto al Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), no hubo ningún lápiz rojo, no hubo recortes presupuestarios ni un desvío de fondos. Sí hubo una decisión del ministro Avelluto que apoyamos, y que tiene que ver con dotar de transparencia a este organismo", agrega respecto de la última polémica por los supuestos recortes en el mundo de la cultura.

La nueva cruzada, admite, está en la nueva etapa del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), dedicado a la capacitación de los empleados públicos.

El rol del Banco Central no forma parte de sus cuestionamientos. "Por primera vez se ha planteado un proceso de estabilización de la economía sin un tipo de cambio fijo. Muchas veces se usa el atajo del ancla cambiaria para frenar las expectativas inflacionarias de golpe, y la verdad es que al comienzo luce bien, pero termina mal", grafica en diálogo con La Nación.

El esquema de metas de inflación es para él la opción correcta. "Esas metas marcan las expectativas de todos los agentes económicos, y desde allí van tomando decisiones. La idea de subir la tasas tiene como origen reconocer el cáncer de la inflación, que es el que pagan los que menos tienen, los asalariados, los jubilados, las amas de casa, etcétera, que sienten que al ir al supermercado, sus ingresos valen cada vez menos", define.

Y agrega: "Poner a la inflación como el enemigo a vencer le da sustentabilidad a este crecimiento equilibrado que yo planteaba de la economía y, además, protege al que menos tiene, ya que los más sofisticados sí tienen herramientas para cubrirse frente a la inflación. Entonces, el hecho de que el BCRA se ponga como objetivo derrotar la inflación es lo mejor que podemos hacer para preservar el salario de la gente".

La entidad que preside Federico Sturzenegger se planteó el objetivo de 12% al 17% para este año. "Va a hacer todo lo posible para que así sea, y la verdad es que no creo que lo relevante sea si la inflación es 18,5 o 19. Esto es un proceso de normalización: nosotros nos comprometimos a llegar a tasas internacionales de inflación del 5% anual para 2019", aclara.

"Y no nos cabe ninguna duda de que estamos en el proceso correcto para dar, de una vez por todas, fin a esta lacra de la inflación", agrega convencido.

Su optimismo respecto del crecimiento de la economía se mantiene firme. "Tenemos algunos predictores que nos permiten calcular que en marzo la economía creció, y para el cierre del primer trimestre de este año, creemos que la economía habrá crecido un poco por encima que en el último trimestre del año pasado", agrega. Sabe que todavía es tenue y que mucha gente no lo percibe en el día a día.

"Es prioridad que los beneficios del crecimiento lleguen a la gente. Es decir, la foto de febrero no fue buena, la foto del trimestre confirmará el crecimiento y estamos entusiasmados porque abril arrancó bien", destaca.

Para el creador de Farmacity y del grupo Pegasus, el consumo tiene un rol preponderante. "Es un síntoma del bienestar de la gente, que es algo que todo Gobierno pretende. Lo que sí, nuestra intención, a diferencia de años anteriores, es que queremos que la economía crezca de modo sostenible, y no que crezca un año y se caiga al otro", afirma.

"Queremos que lo haga (que crezca) durante 20 años consecutivos, algo que la Argentina no logró en cien años. Y para eso, no puede haber una base sólo en el crecimiento del consumo, sino que debe haber algo equilibrado, con inversión como factor de crecimiento, y con las exportaciones de empresas argentinas que sean competitivas", dispara.

Las elecciones tampoco le pasan inadvertidas. "Representan la oportunidad de que el pueblo argentino refrende el rumbo que nosotros tomamos, y que se manifestó espontáneamente el 1° de abril en todos los pueblos y ciudades del país. Para nosotros fue un apoyo muy emocionante", detalla el funcionario.

"Este nuevo rumbo no depende del Presidente, sino que es una decisión de los argentinos, y que eso sea refrendado es muy relevante para que esta transformación siga", explica de cara a las legislativas de octubre.

Con respecto al rol de Elisa Carrió en la Ciudad asegura que su candidatura "es una gran alegría. En el último año he logrado una relación de afecto y de admiración profesional por las banderas de ética y transparencia, de defensa de la república, que ella ha levantado", afirma.

"Nosotros trabajamos con todos los ministerios para que la gran maquinaria del Estado no sea un botín de la política, no sea al servicio de los funcionarios, sino al servicio de la gente", agrega quien cuando era más joven trabajó en Ciudad Oculta.

"Cuando uno ve que casi un tercio de la población sufre la pobreza, sí, es un llamamiento a ponernos en acción. Vengo de una familia de clase media de barrio; mi madre venía de una familia pobre, mi abuela materna fue mucama con cama adentro. Venimos bien de abajo y eso me hace ser agradecido con la Argentina, que tuvo una movilidad social gracias a la educación pública, a que mis padres pudieron estudiar y fueron médicos”, afirma.

“Yo nací en Mataderos, nunca me faltó nada, La verdad es que esa cuna te hace tener los pies sobre la tierra. El Gobierno de ricos es una falacia", concluye el hombre de más bajo perfil del gabinete.