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El ministro habló de una posible revisión del contrato en 2018; el empresario renovó el management de la compañía para mejorar el diálogo
05/05/2017 - 12:36hs

Nunca fueron sencillas las relaciones entre el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich , y el empresario Eduardo Eunekian, alma mater de Aeropuertos Argentina 2000.

La explicación, ensayada en ambos lados, es simple: es una cuestión generacional. Podría ser el caso, pero en realidad hay causas mucho más profundas que motivan la desconfianza entre ambos.

La escalada, que incluyó menciones sobre la posibilidad de rescatar la concesión, parece haber entrado en un momento de calma desde principios de este mes, cuando Eurnekian cambió el presidente de la compañía y reemplazó al ex canciller Rafael Bielsa por su sobrino, Martín Eurnekian.

Pero las incógnitas sobre el futuro de esta relación, clave para el desarrollo aerocomercial que pretende la Casa Rosada, se mantienen.

El Gobierno no está conforme con la concesión, aunque reconocen por lo bajo que los aeropuertos que no están operados por la compañía tienen aún más falta de inversión.

Dietrich y los suyos jugaron la primera carta. Hablaron de una cláusula que establece que en 2018 se podría ejercer una opción para revertir la concesión y volver a diseñar el modelo de gestión de los aeropuertos.

El mojón que colocó Dietrich encendió las alarmas en el grupo. Pocos días después, el Organismo de Control de Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) convocó a auditoras para que revisen todo el esquema de gestión de la empresa de la que el Estado es socio en un 15%. Empezó la escalada con la excusa de que esta contratación era necesaria por el volumen de trabajo que requiere la puesta en valor de 19 estaciones aéreas, tal es el plan del organismo. Pero a nadie se le escapó que era una indirecta al concesionario.

Eurnekian no se sintió nunca cómodo con esta nueva gestión. A los 81 años, con dos décadas al mando de la empresa, considera que dentro de las paredes de su compañía está el mayor nivel de conocimiento en el mundo aeroportuario. No concibe que no se lo consulte. Y Dietrich no lo hizo nunca.

Esa incomodidad fue manifiesta a principios de diciembre, cuando el presidente Mauricio Macri, Dietrich, Eurnekian, Bielsa y el gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, coincidieron en la reinaguración del aeropuerto El Plumerillo, después de tres meses de obras. Las conversaciones, y hasta los discursos públicos, fueron dardos entre ellos.

Otro de los reproches que el Estado le hace a la empresa es que la operación en el exterior del grupo es mucho más eficiente que la local. Los argumentos en Aeropuertos Argentina 2000 empiezan por una explicación: en otros países no manejó la regulación de este área ninguna agrupación parecida a La Cámpora, cosa que acá sucedió desde 2009. Pero así y todo Eurnekian recogió el mensaje.

A principios de mes decidió el cambio y colocó en la gestión local a Martín, su sobrino, responsable, justamente, de la operación internacional.

La jugada fue leída por el Gobierno como una suerte de concesión. Por un lado, propiciaba la llegada de un interlocutor que en la corporación creen que tendrá mejor diálogo con los funcionarios que secundan a Dietrich. Por el otro, daba señales claras a los inversores, varios de ellos algo inquietos, de que estaba dispuesto a dar un giro en la gestión.

Justamente, los rumores de una rescisión se habían instalado fuerte. En la asamblea del 26 de abril pasado, el tema quedó expuesto. "Es importante señalar -expuso Bielsa- que el director financiero recibió diversas consultas de inversores que suscribieron títulos de deuda de la compañía a 10 años de plazo de vencimiento, quienes manifestaron una natural preocupación respecto del estado y vigencia de la concesión", según La Nación.

Luego, la Asamblea aprobó atractivos honorarios a los directores, además de comunicar que el ejercicio arrojó resultados positivos por $ 2009 millones.

Dijo Aeropuertos en la Asamblea: "La sociedad ha cumplido con todas las obligaciones contenidas en el acta acuerdo". Pero el Estado no aprobó esos párrafos y así lo dejó explicitado.

Vienen meses de estudio entre el "Sobrino" y el "Ministro". Mientras, en 2018, todo quedará definido.

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