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Es una versión renovada de los SMS que se basa en un protocolo definido por las mismas organizaciones que definen los estándares de telecomunicaciones
09/05/2017 - 14:32hs

Los servicios de comunicación enriquecida, o RCS por su siglas en inglés, llevan años en desarrollo por las empresas de telecomunicaciones para intentar desbancar a redes privadas de comunicación instantáneos como WhatsApp, Skype o Facebook Messenger.

Son definidos por algunos expertos como una versión renovada de los SMS ya que se basa en un protocolo definido por las mismas organizaciones que definen los estándares de telecomunicaciones a nivel internacional, pero las similitudes acaban ahí.

RCS permitiría, además de la mensajería tradicional con menos limitaciones en la longitud de los mismos, conversaciones en grupo, envío de ficheros de hasta 10 MB, envío de audio, inicio de llamadas y video-llamadas a través de VoIP, compartir ubicaciones, etc.

Después de empezar a definir este estándar entre 2007 y 2012, una tarea que aún continúa con revisiones constantes, operadoras de todo el mundo empezaron a desplegar la plataforma. Pero algunos expertos afirman que es demasiado tarde.

El grupo analista CCS Insight recalcó: “No estamos seguros que los servicios basados en RCS puedan competir contra apps propietarias que ya están establecidas y son apreciadas por los consumidores. Es quizá ya muy tarde para esta iniciativa”.

El protocolo RCS tampoco deja lugar para el cifrado, que en las últimas revisiones estaba limitado a las llamadas VoIP que se inicien desde estas aplicaciones.

En un mundo donde casi todos los sistemas de mensajería ofrecen un rango de opciones de cifrado entre muy potentes y regulares, una alternativa que aún está por despegar lo tendrá difícil si no cuenta al menos con cifrado.

Telefónica fue uno de los grupos de telecomunicaciones que llevó la iniciativa bajo la marca Joyn con una aplicación propia para Android, promulgada en conjunto con otros operadores como una alternativa a WhatsApp.

Esto fue en 2012, y desde entonces otros operadores se adaptaron al nuevo protocolo. Una adopción que se aceleró especialmente durante los últimos meses gracias a la presión y esfuerzos de Google para ofrecerlos en Android con una aplicación preinstalada en millones de dispositivos.

De estos operadores, algunos lo desplegaron a través de aplicaciones propias, otros solo lo activan entre clientes de la misma compañía y otros empezaron a utilizar el denominado perfil universal en el que reside el mayor potencial del RCS.

Apple no parece haber mostrado interés alguno en hacer uso de esta tecnología en su plataforma de mensajería iMessage, optando por mantener el tradicional sistema de SMS y MMS como estándar para comunicación cuando el destinatario de los mensajes no tiene un iPhone.

Gracias a la posición de Apple en el mercado global, con más de 1.100 millones de iPhones vendidos en la última década, es posible que el futuro del RCS resida en la voluntad de la compañía liderada por Tim Cook para la implementación.

Sin el apoyo de Apple, y con las plataformas privadas como WhatsApp, WeChat, Viber, Skype o Messenger de Facebook ya establecidas a nivel internacional, será difícil que RCS llegue algún día a alcanzar la cuota de popularidad que tuvo el SMS que ocupó una posición predominante gracias a la falta de alternativas.

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