iProfesionaliProfesional

Tanto el ministro Lino Barañao como la Cámara de la Industria Argentina del Software, estiman que se perderán empleos "rutinarios y de fuerza manual"
12/05/2017 - 14:13hs

La introducción de robótica, inteligencia artificial y tecnología en el mercado laboral argentino podrían provocar la "destrucción" de más del 30% de los empleos durante los próximos 15 años, señaló el presidente de la Cámara de la Industria Argentina del Software (Cessi), Aníbal Carmona.

"Se están produciendo y se van a producir grandes transformaciones. Hay una buena oportunidad y también hay un riesgo latente" estimó Carmona en diálogo con Télam, y señaló que estudios de consultoras estiman que se podrían destruir entre 30 y 37 por ciento de los trabajos en el país.

Sin embargo, matizó, la perdida de "trabajos rutinarios y de fuerza manual" podría ser compensada por aquellas actividades que "corren con las tecnologías".

"Corren con ventaja aquellas relacionadas con los matemáticos, ingenieros, tecnólogos y científicos, pero también hay oportunidades en campos diversos como la salud, moda, entretenimientos, publicidad, que aumentan su valor con la introducción tecnologías", comentó Carmona.

En la misma línea se expresó el jueves el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, durante un evento organizado por la misma cámara sobre el futuro del trabajo.

En diálogo con Télam reflexionó sobre las actualizaciones que se deberían aplicar en el campo educativo para que las próximas "generaciones que están expuestas" al "cambio copernicano" del mundo laboral "tengan un futuro digno".

"El problema no es lo que va a desaparecer, que es lo rutinario. Desaparecieron los que cosechaban algodón porque apareció la cosechadora y esa gente consiguió otros trabajos. Eso va a ser sustituido por robots, pero alguien va a tener que mantenerlos, otros diseñarlos y otros, pensar nuevos autos", vaticinó el ministro.

En ese sentido, dijo que la Argentina "siempre ha sido reconocida por sus recursos humanos, pero en general han sido individuos", y que la idea es "extenderlo y tener generaciones", pero que ello "va a depender de la capacidad de creación de los trabajos nuevos como consecuencias de la aplicación de las nuevas tecnologías".

El funcionario subrayó además la importancia de la creatividad y de fomentar "el pensamiento divergente" desde temprana edad en la escuela: "Eso es un cambio no menor en un sistema educativo que estuvo aplicado en sentido opuesto, que buscaba gente obediente que repetía cosas. Claramente era algo parecido a un robot".

"No tenemos que pensar en entrenar a nuestros estudiantes en memorizar. Un jefe (de la tribu africana) Masai, con un smartphone, tiene más información que la que tenía un presidente estadounidense hace poco más de una década", agregó.

Barañao asignó especial atención a la capacidad de encontrar y analizar información, y destacó la importancia de herramientas como el big data, que trabajan con grandes cúmulos de datos para determinar tendencias o extraer conclusiones.

"En toda la humanidad, hasta el 2003 se produjeron cinco exabytes de información, un giga por habitante del planeta, en el 2013, cinco exabytes cada diez minutos. En los primeros cinco están las pirámides de Egipto, La Mona Lisa, en los últimos cinco hay millones de fotos de gatitos. La calidad es marcadamente distinta, pero es seguro que la cantidad de información es exponencial", dijo el funcionario.

Por otra parte, repitió su idea del necesario compromiso del científico para que su trabajo tenga un impacto económico-social tangible ya que, a diferencia de los países desarrollados dónde "solo tienen la responsabilidad de hacer ciencia", en naciones en vías en desarrollo "tienen que tener una mirada hacia el conciudadano que tiene necesidades insatisfechas".

Sobre la cantidad de estudiante en ingeniería, ciencias naturales y exactas, el ministro afirmó que se busca "cambiar el estereotipo" para atraer a los jóvenes a estas carreras, asignándole un rol fundamental a los medios de comunicación.