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Sturzenegger resiste: presionado por las crí­ticas, ratifica la lí­nea de la polí­tica anti-inflacionaria
18/05/2017 - 10:23hs

"Cambiar una meta es no tener meta". Así, y repitiendo varias veces que no va a modificar su objetivo de inflación anual, el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, volvió a atrincherarse cuando llovieron las preguntas acerca de la factibilidad del cumplimiento de las metas que tan ambiciosamente postuló la entidad.

En una conferencia de prensa que duró casi dos horas, el titular del Central volvió a mostrarse a sala llena. Es la segunda vez, después de la conferencia posterior al aumento de las tasas de interés (que están en 26,25%) que el Salón Bosch estuvo repleto.

No sólo por la prensa, entre la que estuvo iProfesional -que quería saber de primera mano cómo la entidad piensa combatir el rebrote inflacionario de los últimos meses-, sino que hubo mucha tropa propia: empleados del BCRA , economistas que lo acompañan, e incluso directores de bancos públicos como Carlos Pérez (ex Banco Central en la era de Martín Redrado) y el titular de ABA, Claudio Cesario.

El titular del Central sabía perfectamente que las preguntas iban a ir hacia una sola dirección: y estuvo preparado. Dijo que están trabajando para cumplir con la meta del 17% de este año. No dio más precisiones acerca de cómo imagina lograrlo. Quizás prendiéndole una vela a que no haya más aumento de servicios regulados, o simplemente creyendo que lo peor ya pasó.

En el año los precios ya crecieron 9,1% según el INDEC , dejando escaso margen para arañar la meta deseada. Pero pareciera que los nubarrones se empiezan a desplazar, según se esperanzan en el Central.

A raíz de ello, y de la idea de que el ajuste de tasas tiene efectos que se ven más adelante, mantienen el optimismo sobre lo que vendrá.

Yendo a los números, Sturzenegger (que se mostró junto al vice de la entidad, Lucas Llach, y el vicepresidente segundo, Demian Reidel) dijo que la inflación de mayo, anualizada, dará en torno al 25%, lo que supone una baja desde el dato de abril que dio 2,6% mensual y que llevada a 12 meses muestra una tasa anual superior al 27%.

No sólo se quedó con el vaticinio de que mayo será menos ríspido que el mes previo, sino que promete para junio y julio un desplome de las cifras.

Asegura que, para ese entonces, o sea para el tan mentado "segundo semestre", los precios estarán creciendo a una velocidad del 21% o 22% anual. Ergo, no estarían tan lejos de su meta original y mantienen la esperanza de que para el último tramo del 2017, decididamente el índice se ubique por debajo del 1% cada mes.

Por eso, si bien sólo expresan que creen llegar al 17% para este año, en la intimidad están más confiados en lograr la meta del 2018. Esa, en el programa presentado oportunamente, está pautada para un rango de 8% al 12%.

Sturzenegger visualiza que con un aumento de precios del orden del 1% para el cuarto trimestre, tranquilamente alcanzarán el 10% de inflación el año próximo (o sea en el medio de la meta para ese período).

En resumen, en el Banco Central -tal como una vez lo hizo el eyectado ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay- apuestan al viento de cola del "segundo semestre".

Lo que siguió en la conferencia del Central fue, también, música ya conocida. Volvieron a remarcar que no hay "bicicleta financiera" al sostener que ese mecanismo especulativo se da cuando existe un tipo de cambio fijo o anclado.

Esto le permite al inversor extranjero cambiar dólares por pesos, invertirlos en Lebac, por ejemplo, y al final del período de colocación cambiar los pesos por dólares, realizando una ganancia extraordinaria en divisa extranjera.

Riedel fue quien acusó recibo de eso y dijo que "sí hubo" bicicleta financiera en el lapso posterior al levantamiento del cepo cambiario, pero que ahora eso no ocurre porque el tipo de cambio flota.Puso como ejemplo que en el último mes quien apostó a eso perdió porque el dólar mayorista pasó de $15,20 a $15,61. Claro, la cuenta de Reidel es antojadiza ya que toma sólo el período donde el billete se movió hacia arriba, pero se olvida del resto de los meses donde el tipo de cambio nominal de hecho cayó y las tasas estuvieron altas.

Como siempre, depende de en qué momento el inversor entre y salga. Pero lo cierto es que nadie en el mercado cree que el alza del billete verde le gane a la súper tasa para la moneda local.

Eso explicaría por qué el ingreso de divisas estadounidenses de portafolios fue récord en abril y acumula casi u$s3.000 millones en cuatro meses.

La charla con la prensa también pasó revista por la intervención que hace el Central en el mercado. Sturzenegger ratificó la política de compra de dólares para incrementar las reservas, una medida que había anunciado el pasado 18 de abril.

El funcionario reveló que, desde entonces, el Central adquirió u$s2.000 millones y que continuará con su compra diaria de u$s100 millones llevado adelante en los últimos 11 días hábiles.

Al ser consultado sobre si es el mejor momento para comprar, por ende para emitir moneda local y tener que retirarlos del circuito, más aún cuan hay un fuerte incremento del stock de Lebac (está en $820.000 millones, representa un 120% de la base monetaria), el presidente del Central señaló que "no es un tema que nos preocupe".

Argumenta Sturzenegger diciendo que la emisión de pesos que realiza el Central para comprar dólares se esteriliza posteriormente a través de las Lebac, y que como esos dólares pasan a reservas, entonces la deuda en letras tiene respaldo y, por tanto, no se trata de emisión monetaria espuria.

"Crece el pasivo pero también crece el activo", argumentó.

En definitiva, las definiciones del número uno del Central vienen a mostrar -por lo menos hacia fuera- fortaleza. Es claro que excepto los funcionarios de la entidad, nadie en el mercado ni en el Gobierno creen que se logre la meta del 17%. De hecho, es un tema completamente desdramatizado por el Gabinete de Mauricio Macri.

Pero, tal como es sabido, Sturzenegger no dará el brazo a torcer y mientras matemáticamente sea posible, mantendrá su esperanza. La misma que tienen en él y en su equipo los empleados del BCRA que, por segunda vez consecutiva, terminaron la conferencia aplaudiendo al capitán del barco.