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Se trata de una charla del mandatario con directivos de JBS, donde avala el pago de coimas al dirigente que orquestó la destitución de Dilma
18/05/2017 - 12:43hs

Una bomba política estalló anoche en Brasil y puso en jaque el gobierno de Michel Temer, quien asumió hace apenas un año tras la polémica destitución de Dilma Rousseff.

El diario O Globo reveló que los dueños del frigorífico JBS entregaron a la Justicia audios y videos de conversaciones del mandatario avalando el pago de coimas millonarias al ex titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, el principal impulsor del impechament a Dilma hoy preso por la causa de Lava Jato. El dinero era para comprar su silencio.

De esta manera, buscaba preservar al Palacio del Planalto ante una eventual delación suya en el marco de la operación anticorrupción Lava Jato.

El mandatario rechazó las acusaciones.

"El presidente nunca solicitó pagos para obtener el silencio del exdiputado Eduardo Cunha. No participó ni autorizó cualquier movimiento para evitar la delación o colaboración del exparlamentario con la Justicia", sostuvo un comunicado de prensa del Gobierno.

Según reveló el matutino brasileño, el presidente del directorio de JBS, Joesley Batista, y su hermano, el presidente ejecutivo de la empresa Wesley Batista, presentaron la grabación a los fiscales como parte de una negociación por acusaciones en su contra.

Entre las pruebas más comprometedoras se encuentra una grabación hecha el 7 de marzo por los ejecutivos en el Palacio do Jaburu -residencia de Temer- en la que discuten con el presidente los montos de dinero que la empresa pagaba a Cunha y al operador político Lucio Funaro para asegurarse que no revelaran las corruptelas dentro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

De acuerdo a Joesley Batista, que registró toda la conversación con un grabador personal escondido, cada semana y por un plazo de 20 años se desembolsaban unos u$s160.000 para garantizar que Cunha -principal promotor dentro del PMDB del juicio político a Dilma por manipulación de las cuentas públicas- no abriera la boca. Fue entonces que Temer resaltó: "Tiene que mantener eso, ¿vio?".

La aprobación que el presidente da a esas coimas lo colocan en una delicadísima situación judicial por respaldar un crimen durante el ejercicio de su mandato.

Hasta ahora, las derivaciones de la Operación Lava Jato habían puesto a Temer como investigado como supuesto beneficiario de sobornos de la compañía Odebrecht, pero antes de que asumiera el poder, el 12 de mayo de 2016.

Gracias al entendimiento entre la fiscalía y los directivos de JBS, la policía federal de Brasil pudo filmar cuando una valija con 500.000 reales (unos u$s160.000) de coimas fue entregada al diputado Rodrigo Rocha Loures (PMDB), que había sido indicado por Temer para recibir las "semanalidades" del frigorífico.

El dinero había sido previamente marcado y fue rastreado fácilmente.

Los hermanos Batista también entregaron a la Justicia otro audio en la que registraron el pedido de soborno del senador Aecio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB), principal socio de la coalición que sostiene a Temer.

En esa conversación del 24 de marzo, Neves le pidió a JBS "contribuir" con 2 millones de reales (unos u$s640.000) para afrontar los gastos de su defensa en las cinco investigaciones que pesan sobre él por presuntos sobornos de Odebrecht.

"Me darán una ayuda del carajo", le resaltó Neves a Joesley Batista, luego de coordinar para que el dinero fuera dado a su primo, Frederico Pacheco de Medeiros, uno de los coordinadores de su campaña de 2014.

Al igual que las coimas destinadas a Cunha y Funaro, la transferencia del dinero para Neves también fue filmado por la policía federal, que siguió el rastro de los billetes hasta una cuenta del senador socialdemócrata Zezé Perrella.

Las revelaciones de los empresarios también alcanzaron al Partido de los Trabajadores (PT). De acuerdo a sus declaraciones, quien durante los 13 años de administraciones del partido lidiaba con los traspasos de dinero ilegal era Guido Mantega, ex ministro de Economía de Luiz inacio Lula da Silva y Dilma.

Mantega -acusado en el Lava Jato, pero aún en libertad- era quien se encargaba de repartir los fondos al PT entre legisladores, ministros y hasta el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), Luciano Coutinho.

Los hermanos Batista indicaron que alguna vez discutieron los aportes ilegales de JBS al PT frente a Lula, pero que éste no trataba directamente de esos temas financieros.

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