El Gobierno salió este martes a tratar de contener al "huracán" que generan las últimas declaraciones de Elisa Carrió.

La líder de la Coalición Cívica y principal aliada del PRO en Cambiemos admitió que estaba "cansada moralmente" y estalló este fin de semana contra la Casa Rosada.

Acusó a sectores del macrismo de "operar" contra ella, "armarle" causas y "proteger" al ex ministro de Planificación kirchnerista, Julio de Vido en los casos que se lo investiga por corrupción y cobro de coimas.

Y el lunes a la noche apuntó directamente hacia el Presidente. "¿Quién me va a defender a mí, señor (Mauricio) Macri, que siempre pongo la cara por usted? Yo tengo que acusar a todos y defender a un montón más. Y a mí ¿quién me defiende?", cuestionó furiosa en una entrevista.

El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, salió este martes a contestarle. "Siempre la defiendo a 'Lilita'. Es una gran dirigente política, es la cofundadora de nuestro espacio, es fundamental para Cambiemos", sostuvo en Radio La Red.

Además, desestimó que haya funcionarios nacionales que estén "protegiendo" a De Vido y pidió: "Si 'Lilita' tiene información de un encubrimiento de un funcionario del gobierno pasado por parte de funcionarios de este gobierno, lo tiene que decir, como lo ha dicho siempre. Nunca ha tenido trabas para hablar o acusar a alguien. Ella sabe que el Presidente no va a apañar de nadie de su gobierno frente a un hecho delictivo", manifestó.

Pero a los paños fríos verbales de Frigerio se sumó una acción concreta que Carrió viene reclamando hace tiempo, que la Argentina llegue a un acuerdo judicial con la empresa Odebrecht para que los directivos revelen quiénes fueron los funcionarios públicos que recibieron los u$s35 millones que la compañía de obra pública brasileña admitió haber pagado en sobornos en el país. 

"Hoy conversaba con el Presidente y estamos convocando a la gente de Odebrecht para que brinde toda la información que tengan sobre hechos de corrupción en el país", adelantó temprano el ministro de Justicia, Germán Garavano.

"En esto también es importante ver las dificultades que lamentablemente plantean no sólo los jueces federales, sino también la Procuración General de la Nación. (Alejandra Gils Carbó) no sólo no ha puesto ningún interés en resolver los casos de corrupción, sino que incluso es investigada por obstaculizar algunas de estas investigaciones", agregó.

Minutos más tarde la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, avanzó sobre el tema que preocupa a Carrió.

Contó que le pedirán a la empresa Odebrecht información detallada sobre las coimas por u$s35 millones. 

"Lilita" es una de las principales impulsoras de que se llegue a un acuerdo judicial con Odebrecht que pero acusa al Gobierno de frenar esta negociación.

“Están haciendo esfuerzo inimaginables para que no salga el acuerdo. Los une el espanto, o mejor dicho, la coima”, repiten cerca de Carrió, quien vinculó a “algunas personas del propio Gobierno” en una maniobra para proteger a De Vido.

"TODOS, sin exclusiones, quieren proteger a De Vido", insistió más tarde en Twitter.

"Creo que en esto voy a compartir con Lilita -admitió este martes Garavano- Hay muchos sectores que quedaron involucrados en estas maniobras, que es algo bastante transversal a varios sectores de la clase política, y esto genera impedimentos". Pero despegó a la Casa Rosada. "Realmente, hay una deuda pendiente (en las causas de corrupción). Es necesario que los casos sean elevados a juicio y se resuelvan", dijo apuntando a la Justicia.

Carrió no solo acusó al Poder Judicial, empresarios y hasta al Gobierno de proteger a De Vido. También insinuó que hay sectores del macrismo que la quieren golpear con causas "armadas".

El lunes, el juez Daniel Rafecas desestimó y archivó la denuncia contra la diputada que la acusaba de enriquecimiento ilícito y dispuso investigar al denunciante.

Se trata de Enrique Paz, un albañil que confesó ante la Justicia que presentó la acusación luego de recibir $1.500 a cambio.

"Se ha demostrado que no responden a alertar a la autoridad acerca de un hecho ilícito, sino más bien, a una maniobra presuntamente fraudulenta destinada a generar un estado de sospecha, en este caso, respecto de una funcionaria pública", explicó el juez en su fallo.

"Esto es vergonzoso, un escándalo producto de operaciones políticas vinculadas a sectores de Inteligencia y altos rangos del Poder Judicial", afirmó Carrió.

"Nunca creí que me podría pasar esto en un gobierno de Cambiemos", reforzó.

"Yo no puedo formar parte de un gobierno donde la señora (Silvia) Majdalani me sigue, me escucha, me saca fotos", sostuvo en alusión a la subdirectora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).

"¿A qué juez le entrego (las denuncias)?, díganme en quién confío", puntualizó.

"Es cierto que sufrí operaciones durante 12 años del kirchnerismo, pero que pase en mi Gobierno...", cuestionó y apuntó: "Esto lo tiene que decidir el Presidente".

La líder de la Coalición Cívica lleva adelante un fuerte batalla contra tres funcionarios a los que la Casa Rosada defiende.

El primero es el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, a quien acusó de enriquecimiento ilícito y corrupción en varias oportunidades.

El segundo es Gustavo Arribas, amigo personal de Macri y N° de la Agencia de Inteligencia (AFI), a quien en Brasil vincularon con el cobro de sobornos en la causa de "Lava Jato" y Carrió pide que se desplace del cargo.

Y el tercero es de Daniel Angelici, titular de Boca Juniors y hombre cercano al mandatario, a quien señala como el "operador" del macrismo en la Justicia y uno de los principales impulsores de causas en su contra.