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El nuevo título de Santiago Mitre fue recibido en el certamen francés con un cálido aplauso. El reconocido actor hace de presidente
25/05/2017 - 14:20hs

Ricardo Darín es, hace rato, el artista argentino mejor cotizado, que trabaja en cine y teatro sólo si el proyecto lo entusiasma, y ahora es la figura central de "La cordillera", de Santiago Mitre, que se proyectó en Una cierta mirada en el festival de cine internacional de Cannes, donde interpreta a Hernán Blanco, un presidente argentino de ficción que vive una difícil encrucijada entre una reunión cumbre latinoamericana y la sorpresiva crisis de su hija.

Protagonista de clásicos argentinos como "Nueve reinas" y "El aura", "El hijo de la novia" y "Carancho", Darín se caracteriza por su extraordinario profesionalismo y cada vez que es llamado para un proyecto es porque los directores y productores.saben que su presencia en garantía de un desempeño sólido que es aplaudido y genera buena taquilla.

En una entrevista con Télam, Darín explicó el por qué de tanta inquietud frente a una historia que lo apasionó desde que el guión llegó a sus manos, escrito por el mismo director y Mariano Llinás, y que en Cannes fue recibida con una cálido aplauso.

— Hizo un montón de papeles muy diferentes pero nunca un presidente... ¿Alguna vez pensó que podían ofrecerte algo así?

—No, nunca. En otras oportunidades me ofrecieron personajes históricos, que existieron, y siempre me negué porque no me interesa la posibilidad de emular o copiar a alguien. No me gusta para nada. Fueron cuatro o cinco veces y siempre respondí igual. Esta vez la propuesta era construir un presidente de ficción y tuvimos cuidado de que no se pareciera específicamente a ninguno, que tuviese su propia identidad para meterlo en un contexto de presión extrema.

—Eso puede hacerlo parecido a todos...

—Cada uno tendrá libertad para interpretarlo a su manera, de decir que es parecido a fulano o mengano por haber dicho algo, por cómo se mueve o vaya a saber por qué, pero no era esa la intención sino saber qué pasa con estos tipos lidiando con la responsabilidad y el compromiso de tener que decidir por millones de personas y al mismo tiempo hacerlo con su propia vida...

—¿Cree que es difícil ser presidente?

Tiene que ser difícil. Tenés que ejercer el poder, aceptar o no algo, orientar a un equipo de trabajo, ir en una dirección determinada.

—Como actor salir a un escenario e interpretar también implica una toma de decisión...

— Lo que siempre hay es un vértigo, y ellos lo tienen. Cada uno tiene desarrollada su capacidad de seducción, de manejarse con algún tipo de hipnosis. Algunos son demasiado básicos, otros más hábiles, a algunos se les notan los piolines...

"Me gusta como dice las cosas este tipo porque las dice desde el estómago" dice la gente, y a lo mejor eso que dice es el resultado de un equipo de trabajo. Nosotros tuvimos casos históricos... te acordás todo lo que decían de (Carlos Saul) Menem: que era un "chanta", sin embargo agregaban "...¡pero qué bien la hace!" o "¡cómo se la mandó a guardar!

— ¿Qué tan difícil fue construir este personaje?

—Una de las cosas que me gustó es que si bien el relato especula en eso de la construcción de su pasado, con eso del hombre común, no se trata de un hombre común. Hombre común es el que no tiene acceso a cosas que van más allá de su propia vida, de sus decisiones cotidianas. Yo estoy acostumbrado a personajes que son tipos comunes en situaciones extraordinarias. Este es un personaje que no es común sino el presidente de un país.

— La película comienza de una forma, sigue de otra y deja la sensación que lo que se oculta es mucho peor de los que se ve...

—Me gustan los vaivenes que tiene la historia. La película va mutando, también tiene realismo mágico, varios géneros que confluyen. Santiago me dijo que era una historia que empieza de una forma y después muta. Me gustó el guión, y cómo presenta a los personajes me parece maravilloso, como que los engancha en una situación más torcida. Creo que va a dar que hablar.

— Y en esa polémica aparecerá la política real...

—Va a ser imposible que la gente no busque paralelismos. Tiene en su genética algo polémico. Si vos querés, uno puede encontrar una disconformidad con el sistema político.

—Las redes y los medios ayudan a que en política haya una mayor exposición de vidas personales pero no de análisis político real.

—Ahí tenés el caso fresco del nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, donde todo el mundo parece preocupado por la diferencia de edad con su esposa mayor que él, y no por el peso político que ella tiene al haber sido de alguna forma su formadora.

La gente tiene un gran descontento con la política. Un amigo mío siempre dice que para él el problema de la política es cuando se convirtió en un oficio, dejó de ser una vocación para el bien común, y pasó a ser un oficio, y por eso estamos frenados, y nos quedamos afuera. Ganó Trump... ¿y quién pensaba que iba a ganar Trump?