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Siete modelos analizados por los investigadores de la Universidad de Stanford hicieron cálculos diferentes sobre el consumo de energía durante una rutina
25/05/2017 - 14:35hs

Dentro de la categoría de los dispositivos vestibles, las pulseras y relojes inteligentes han logrado posicionarse como el aliado indispensable para los aficionados a la actividad física.

Con diversos sensores, estos equipos pueden llevar un registro de varios valores vitales para tener una detallada estadística de las rutinas de running, bicicleta u otras actividades similares.

Sin embargo, la precisión de las pulseras que miden la actividad física está en duda, en especial en el registro de la cantidad de calorías quemadas en una rutina. En una comparativa realizada con siete dispositivos, investigadores de medicina cardiovascular de la Universidad de Stanford detectaron virtudes y defectos en estos dispositivos.

"Nos sorprendió lo precisos que son estos dispositivos para registrar el ritmo cardíaco, pero el cálculo estimado de calorías quemadas es muy pobre y muy impreciso", dijo Euan Ashley, coautor del estudio elaborado por la Universidad de Stanford.

El estudio evaluó al Apple Watch, Basis Peak, Fitbit Surge, Microsoft Band, Mio Alpha 2, PulseOn y al Samsung Gear S en un grupo de 31 mujeres y 29 hombres en diversas actividades físicas. A su vez, los resultados de estos tests fueron contrastados con análisis de laboratorio más rigurosos pero convencionales, tales como electrocardiogramas y pruebas de calorimetría indirecta.

Según los resultados registrados en las pruebas, las pulseras FitBit registraron un gasto de energía con un margen de error del 27,4% (el más bajo), mientras que el modelo PulseOn registró un 92,6% de diferencia entre lo que reportó y lo que decían las pruebas de laboratorio.

Respecto a las mediciones del ritmo cardíaco, el margen era menor, con un 2% en el Apple Watch (el más bajo) y un 6,8% en el Samsung Gear S2 (el más alto), y con las otras cinco pulseras en el medio de estos dos valores, citado por The Guardian.

La diferencia se da porque mientras la medición del ritmo cardíaco se hace con un sensor especial en la parte posterior de la pulsera, la estimación de las calorías quemadas las hace un algoritmo basando sus cálculos en datos proporcionados por usuario, algunos de ingreso manual, tales como el tipo de ejercicio, género o edad, lo que aumenta el margen de error.

Es por eso que el equipo de Stanford sugiere precaución a la hora de tomar como referencia el consumo de calorías reportado para armar una dieta, al tiempo que considera que la medición de ritmo cardíaco es confiable para un uso cotidiano.

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