Sacudido por una crisis política que hace tambalear a sus instituciones, Brasil dio un dato positivo: puso fin a dos años consecutivos de recesión, la más extensa de su historia y, de esta manera, cambia la perspectiva para las industrias argentinas que exportan hacia ese mercado.

El Producto Bruto Interno (PBI) brasileño creció 1% en el primer trimestre de este año respecto de los tres meses anteriores, anunció hoy el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

En cambio, el PBI se contrajo 0,4 % en comparación con el primer trimestre de 2016, tras una caída interanual de 2,5% entre octubre y diciembre del año pasado.

Analistas consultados en un sondeo de la agencia Reuters proyectaban que la economía brasileña iba a crecer 1% trimestral entre enero y marzo, y que iba a sufrir una contracción de un 0,5% interanual en el primer trimestre.

La mayor y más prolongada crisis que vivió Brasil desde que empezaron a tomarse registros (en 1901) provocó una enorme tasa de desempleo y contribuyó a la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff el año pasado, después de un juicio político por acusaciones de que violó las reglas presupuestarias del país.

¿Alivio para Temer?

El fin de la profunda recesión de Brasil le viene bien al impopular Temer, quien resistió los llamados a renunciar después de que la corte suprema abrió una investigación en su contra por acusaciones de corrupción y obstrucción a la justicia.

"¡La recesión ha terminado! Es el resultado de las medidas que hemos estado tomando", dijo el mandatario por Twitter minutos después de que fuesen publicados los datos del PIB.

Balanza favorable

Por otra parte, la balanza comercial de Brasil subió a un máximo histórico de u$s7.661 millones en mayo, según mostraron este jueves datos del Gobierno.

Las estadísticas resaltan la recuperación económica del país en medio de una cosecha de soja récord y un aumento en la venta de automóviles.

Las exportaciones totalizaron u$s19.792 millones y las importaciones u$s12.131 millones. En abril el saldo positivo había sido de u$s6.970 millones.Las industrias argentinas más comprometidasEl sector agroindustrial y la industria automotriz argentinas son los más dependientes del devenir de Brasil. Ambos temían ser los más afectados si la crisis política en Brasil derivaba en la contracción de su economía, según se desprende de un informe de la consultora Economía y Regiones realizado en mayo.

El hecho es que las industrias argentinas todavía pueden verse en apuros si los valores positivos revelados este jueves no se confirman como una tendencia perdurable en los próximos meses.

El caso que vincula al presidente Michel Temer y a la empresa Odebrecth en hechos de corrupción tuvo su primer impacto en el canal financiero, al provocar una depreciación de ambas monedas, indicó el análisis.

El real se depreció 5,7% desde el pasado 17 de mayo, ubicándose en valores similares a los de marzo de 2015.

Y la cotización del peso argentino subió 3%, hasta $16,09 por dólar, el mayor valor desde mediados de diciembre de 2016.

Según la consultora, el sendero de recuperación de Brasil, ligado a que su economía había dejado de caer, no prometía “traccionar” la economía argentina en 2017. “Al menos, no jugaba en contra”, enfatizó.

De prolongarse la crisis política en Brasil, una eventual caída de la actividad tendrá implicancia en la industria automotriz argentina, pero también sobre otros sectores, como los cereales, materias plásticas, productos de industrias químicas y otros de molinería.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) al cierre del 2016, 63% de las exportaciones de Argentina a Brasil fue en manufacturas de origen industrial, entre las que las del sector automotor representaron 59%.

Los cereales participaron con 14% del total exportado; mientras que otros productos de molinería explicaron el 5% de las ventas hacia Brasil; hortalizas y legumbres sin elaborar, 4%, y productos lácteos, 3%.

Brasil es el principal destino de las exportaciones del sector automotor, con una participación de 69%, seguido de México, con 6%, y Estados Unidos y Chile, con 4%, respectivamente.