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El déficit fiscal, difí­cil de bajar: recién en 2019 volverí­a al nivel que tení­a en 2015

Mientras el BCRA enfría la economía con política monetaria contractiva para bajar la inflación, Hacienda recalienta el déficit fiscal  
06/06/2017 - 14:24hs
El déficit fiscal, difí­cil de bajar: recién en 2019 volverí­a al nivel que tení­a en 2015

Mientras la economía argentina se debate en el corto plazo para salir del estancamiento y cerrar un 2017 con crecimiento, los analistas están viendo inconsistencias entre la política monetaria que lleva adelante el Banco Central y la política fiscal que personifica el ministro Nicolás Dujovne.

La síntesis podría señalar que, mientras el BCRA enfría la economía con política monetaria contractiva para bajar la inflación, Hacienda marcha en sentido contrario y recalienta el déficit fiscal (déficit primario sumado a intereses), que es financiado con asistencia del BCRA y emisión de deuda.

Un informe de la consultora Economía & Regiones da cuenta de este complejo escenario. "La actual política fiscal no sólo estimula el aumento del desahorro público atentando contra la inversión, el empleo y el crecimiento, sino que genera expansión monetaria (por "adelantos transitorios" y por la compra de los dólares de la deuda) que presiona sobre la inflación dificultando la política anti-inflacionaria del BCRA".

Según E&R, el esquema se completa cuando la autoridad monetaria emite Lebac (y pases) para absorber los pesos emitidos adicionalmente para financiar el déficit fiscal. Es decir, el Estado se endeuda dos veces. Primero, por las emisiones de deuda para financiar el déficit.

Segundo, a través del BCRA para retirar los pesos "de más" y evitar las presiones inflacionarias. En este marco, el peso de la deuda pública en términos del PBI y de los pasivos no monetarios del BCRA (Lebac + pases) en términos de la base monetaria aumentan. 

El dato que sorprende es que, de acuerdo con las estimaciones de E&R, "si todo sale bien y las actuales metas de déficit primario son honradas, lo más probable es que en 2019 el déficit fiscal financiero (déficit primario más intereses) termine siendo similar al déficit fiscal financiero que dejó Axel Kiciloff a finales de 2015".

Para la consultora, la actual performance fiscal debería conducir probablemente hacia un incumplimiento de aproximadamente 0,8/1,0 puntos porcentuales de la meta de déficit primario (+4,2% del PBI) de 2017, lo cual significaría un déficit financiero (con intereses) del 7,8% del PBI. "Este comportamiento no debería sorprender, ya que sería similar al del año pasado cuando el déficit primario (4,6% del PBI) terminó -0,2% por debajo de la meta (4,8% del PBI) sólo porque se contabilizaron ingresos del blanqueo por 1,3% del PBI.

En este sentido, sin los ingresos por la penalidad del blanqueo el déficit financiero habría ascendido al 8,2% del PBI en 2016", señalaron en un informe.

La clave de este cambio de paradigma es que, con el endeudamiento, los intereses comienzan a gravitar en forma más pronunciada en el gasto. Para la consultora LCG, por ejemplo, si se suma la carga de intereses (casi $30.000 millones), el déficit financiero que se registró en abril es de $49.000 millones, que triplica el de abril 2016.

Desde el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) sostuvieron que el protagonismo de los intereses de la deuda en el total no es nuevo: ya en 2001 la participación era de poco más del 22% mientras que en años siguientes (y hasta 2009) fue del 10% en promedio. Con la instrumentación del cepo y hasta el 2015 se redujo al 7%, para volver a escalar al 7,8% del total del gasto en 2015 y subir hasta un 8,6% en 2016.

El Banco Ciudad también subrayó en un informe que habrá que prestar atención al creciente déficit de las cuentas públicas nacionales. Al respecto señaló que si bien los recursos generados por el blanqueo "jugaron un rol importante en apuntalar los ingresos del fisco en lo que va de 2017, con un crecimiento del 40%, frente a un alza del gasto primario del 36%", sin el ingreso adicional que significó ese plan, el gasto será una materia a tener en cuenta.

En las mesas sostienen que el BCRA está haciendo su trabajo, porque aplica política monetaria contractiva para bajar la inflación generando las condiciones necesarias (no suficientes) para que pueda haber inversión y crecer. Es decir, el BCRA está comprando tiempo para que la política fiscal cambie, arregle los problemas de fondo, baje fuertemente el déficit y sienta las condiciones suficientes para volver crecer. Pero admiten que ningún Banco Central puede imprimir crecimiento, empleo y poder adquisitivo de los salarios, señala Ámbito Financiero.