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El "deme dos", a full: argentinos queman sus tarjetas en el exterior y el gasto ya es récord histórico
12/06/2017 - 16:01hs

La economía continúa mostrando señales mixtas. Mientras los funcionarios siguen insistiendo con la idea de que el crecimiento ya es una realidad, hay un patrón que fue quedando en evidencia. 

Mientras que las ventas minoristas continúan mostrando un pobre dinamismo, la adquisición de bienes y servicios dolarizados crece con solidez. 

Desde la consultora Ecolatina ratifican este comportamiento antagónico: “El gasto en bienes asociados al consumo masivo continúa mostrando deterioro, en tanto que hay un marcado cambio en el patrón por parte de las familias de ingresos medios y altos”. 

En este sentido, hay algunos indicadores que muestran cómo los bienes y servicios que cotizan en moneda dura están experimentando una fuerte demanda. 

Un caso que sirve para ilustrar esta situación es el de los autos premium importados. La recuperación experimentada en 2016, lejos de detenerse, se viene profundizando este año. 

Marcas como BMW y Mini están experimentando tasas de crecimiento interanuales superiores al 200%Smart, en tanto, está multiplicando sus patentamientos casi por cinco en lo que va del año; en el caso de Audi, la tasa de variación se acerca al 100%. Todas estas son muestras claras de cómo se ha abaratado el acceso a los 0Km, en términos de ingresos. 

También, la postal del Salón del Automóvil, con el desembarco de nuevas marcas del exterior –desde la super premium Lotus, hasta la generalista Geely- confirmaron que el boom va más allá de las facilidades que introdujo el gobierno para importar. Es el resultado de que hay un mercado que, claramente, está demandando más bienes atados al dólar

En cuanto a los servicios, el turismo emisivo es otro claro “termómetro” de los vaivenes del tipo de cambio. Luego de cada devaluación propiciada por algún gobierno, las estadísticas vinculadas con la salida de turistas y gastos en el exterior suelen mostrar un bajón. Pero la historia reciente muestra que, posteriormente, siempre suele haber una recuperación

Y desde fines de 2015, tras la salida del cepo y el salto del billete verde, el volumen de argentinos que eligió viajar fuera del país no hizo más que acrecentarse

Un primer dato duro lo ofrece el Banco Central, cuyas estadísticas muestran que entre enero y abril el rubro turismo arrojó un déficit de casi u$s3.800 millones, cerca de un 25% más que en igual período del 2016. 

En base a proyecciones del sector, se espera que la “factura” a pagar hasta el mes de mayo haya superado los u$s4.600 millones, consolidando así un récord histórico para ese mismo período.  

Para ponerlo en perspectiva y poder analizar el verdadero impacto del boom del turismo emisivo, en ese mismo lapso, los ingresos de divisas por exportaciones realizadas por los grandes exportadores de granos y derivados sumaron poco más de u$s9.100 millones, según datos de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA), 

Esto implica básicamente que por cada 2 dólares que entran al país por las ventas del complejo agrícola, 1 se “esfuma” por la cuenta turística.  

Según el BCRA, esto incluye los giros por parte de líneas aéreas y agencias de viajes -para el pago a proveedores o a casas matrices- y también los gastos realizados con tarjeta fuera del país. 

Este último es un indicador clave, que siempre funcionó como un “termómetro” a la hora de analizar si el tipo de cambio es percibido como caro o barato. 

Las estadísticas del Central muestran que, al 1 de junio, los saldos por compras realizadas con plásticos en moneda extranjera se dispararon hasta los u$s677 millones, un nivel récord para ese período. 

Esto implica nada menos que un salto del 76% respecto de los niveles de igual lapso del año pasado, mientras que el avance es del 90% si el comparativo se realiza respecto de 2015 (ver cuadro). 

“El hecho de que los gastos con tarjeta estén creciendo a una tasa mayor que la cuenta de pasajes es un indicador claro de que cada argentino que viaja, en promedio, está gastando mucho más”, señala un directivo de la asociación que nuclea a las agencias y que pidió reserva. 

Chile, destino privilegiado En el último año y medio, Chile se transformó en la gran meca para el “turismo shopping” y en el gran epicentro de este revival del “déme dos”. 

Las escenas del último verano, con filas de varios kilómetros de autos esperando por cruzar el paso Cristo Redentor, o las colas de argentinos en las agencias de cambio para hacerse de moneda local, marcaron el auge que está viviendo el país limítrofe como destino. 

“En tiempos de estabilidad del dólar, hacer turismo no es un problema, porque la industria del turismo incorporó planes de financiación y distintos medios de pago, que facilitan la planificación de un viaje”, indica Guido Glikin, gerente general de Despegar Argentina. 

Uno de los principales atractivos que encuentran los argentinos que eligen ese destino es la diferencia de precios de los bienes de consumo, especialmente en electrónica e indumentaria

Si se traza un comparativo entre los valores de venta que se exhiben estos dos rubros estrella en los principales retailers locales -como Frávega o Falabella-, y los que se encuentran en el país vecino –también Falabella y Tiendas París-, se observan diferencias que van del 30% a más del 200%. 

En el caso de parlantes bluetooth para smartphones marca Ddesign, por ejemplo, en la Argentina se consiguen a casi u$s25. ¿Cuánto cuestan en Chile? Apenas a u$s7,5. Es decir que el precio nacional es 230% más elevado.

En consolas también hay un amplio gap: una Xbox One con juego incluido que ahí vale u$s557, en un local de Santiago se ofrece por u$s271. La diferencia en este caso es del 100%. 

Brechas similares se manejan en el caso del iPhone y su último modelo, el 7 de 32 GB: mientras que en un local porteño cotiza a u$s1.750, en un comercio de la capital chilena desciende hasta los u$s941, marcando una diferencia de casi 90% (ver cuadro). 

En el caso de ropa y calzado, también hay grandes brechas.

Si se toman como ejemplo los precios de Falabella en ambos países, se observa que los jeans básicos de mujer vendidos en la Argentina cuestan hasta 250% más. 

En el caso de las camperas, las diferencias se acercan al 80%, mientras que en zapatillas de primera marca las diferencias pueden superar el 60%, tal como se observa en el siguiente cuadro: 

Como consecuencia de los precios bajos como gran "anzuelo", hay otros tres datos oficiales que sirven para corroborar el boom de viajes hacia la nación vecina: 

-Según la Cámara Nacional de Comercio de Chile, en 2016 se duplicó el gasto con tarjetas de argentinos en ese país. 

-En tanto que, de acuerdo con la Subsecretaría de Turismo de esa nación, la cantidad de turistas con DNI albiceleste se incrementó más de un 40% el último verano. 

-Además, según este último organismo, mientras que en 2015 los turistas argentinos representaban el 55% del total de visitantes de países latinoamericanos, en la actualidad la proporción se elevó al 80%. 

En este contexto, el titular de la Comisión de Industria y referente del Frente Renovador, José Ignacio de Mendiguren, asegura que este fenómeno no sea observa sólo en Chile, sino que también se da en Paraguay y Miami

Y agrega, con una dosis de ironía: "Esto más que un ´deme dos´es un ´deme tres´". 

Viajar, al calor del atraso cambiarioUno de los debates más álgidos que se están dando en la arena económica es en qué medida la inflación ya se comió parte del "colchón" que se logró tras la devaluación propiciada a fines de 2015. 

Según un relevamiento del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE), el tipo de cambio real –es decir, descontando la evolución de los precios-, ya se acerca a los niveles previos al levantamiento del cepo cambiario. 

"Esto significa que la inflación acumulada se devoró la devaluación", apuntan.

Este diagnóstico es compartido por la consultora Ecolatina, desde donde alertan que si bien parte del consumo interno está reactivándose, “el dólar barato está generando que el incremento del gasto de las familias se destine a bienes y servicios dolarizados”.

De modo que "el efecto positivo del consumo sobre el aparato productivo es acotado”, recalcan. 

En este contexto, expertos advierten que está todo dado como para que el rojo de la cuenta turismo vuelva a batir una marca histórica al cierre de 2017.  

Así las cosas, desde Ecolatina señalan que "pese a los esfuerzos hechos por corregir las distorsiones del frente cambiario, no hubo una mejora significativa del déficit del turismo internacional", especialmente este año.