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La suspendió por problemas sanitarios. El Gobierno brasileño admitió que se detectaron abscesos en la carne. Otros países tomarían la misma decisión
24/06/2017 - 14:24hs

La decisión de Estados Unidos de suspender por “recurrentes problemas sanitarios” las compras de carne bovina a Brasil generó una conmoción en la mayor economía sudamericana donde los empresarios del sector afirmaron que “las pérdidas serán incalculables”.

La preocupación no es por la cuota relativamente modesta del producto que se coloca en ese país sino por el efecto contagio que amenaza producir en el resto de los clientes internacionales de esta industria brasileña, segunda exportadora mundial de carnes vacunas. Estados Unidos es un referente sanitario clave.

El ministro de Agricultura Blairo Maggi, anunció en Brasilia que viajará a Estados Unidos para intentar revertir la medida

El funcionario reconoció que “existe un problema: fueron detectados algunos abscesos” en las carnes enviadas a ese mercado. 

Según el funcionario eso se restringe a cinco plantas cuyas exportaciones ya habían sido suspendidas de forma preventiva la semana pasada. 

Pero la decisión del ministerio de Agricultura norteamericano extendió la veda a la compra de carne fresca a otros ocho establecimientos brasileños acreditados para operar en ese mercado. Suman así 13 frigoríficos de primera línea.

Según la cartera estadounidense (USDA, por su sigla en inglés) la suspensión estará en vigor hasta que Brasil adopte “medidas correctivas” que sean “satisfactorias”. Maggi explicó que los abscesos detectados pudieran ser consecuencia de una “reacción a componentes de la vacuna contra la fiebre aftosa” y aclaró que hay una investigación.

“Entendemos las quejas y daremos las explicaciones pertinentes”, dijo el ministro, quien indicó que su despacho prepara un informe técnico que aspira a presentar “personalmente” a las autoridades norteamericanas.

Este problema comenzó al detectarse en marzo pasado que un número de frigoríficos brasileños estaban exportando carne con graves deficiencias sanitarias, descompuesta o empacada con otras substancias para mejorar el aspecto, el peso y ocultar su mal estado.

El escándalo subsiguiente bautizado “carne débil” provocó un desastre financiero a frigoríficos líderes como JBS y BR Foods. Otros clientes internacionales de Brasil, entre ellos los asiáticos, cerraron de inmediato las compras.

Maggi buscó justificar la dura reacción de USDA en las presiones de los ganaderos norteamericanos.

“Lamentamos lo que está ocurriendo pero hay que entender que estamos exportando carne para el mayor competidor que tenemos en el mundo, EE.UU. Y existe una presión muy grande por parte de los productores estadounidenses para impedir la llegada de carne brasileña”, estimó.

Aclaró, sin embargo, que Brasil debe “corregir lo que deba ser corregido”, pues se trata de un “mercado muy importante” para el país.

Según la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carnes (Abiec), las ventas a mercado estadounidense representaron entre enero y mayo 28,5% de las exportaciones de productos frescos. Pero los montos equivalen a unos 20 millones de dólares.

Aun así, y por la reacción global que se espera, Antonio Camardelli, presidente de esa organización, advirtió que la pérdida económica para Brasil es incalculable. “Este es un mercado en crecimiento, el impacto es en todo orden. Estados Unidos es un gran importador de carne y el mensaje es que podemos ser emplazados”, comentó el empresario. 

E insistió que todo se debe a la reacción a las vacunas de la aftosa. “Unos meses atrás tuvimos el mismo problema y si no fuese por la eficiencia del ministerio en presentar garantías adicionales perdíamos una semana de mercado chileno”, dijo.

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