La cadena de hechos es habitual para quienes navegan por Internet: luego de una búsqueda de un producto determinado en un momento dado en la web, aparecen, de repente, en el navegador anuncios que están relacionados con ese bien.

Por ejemplo sucede esto con Amazon, cuyo negocio radica fundamentalmente en sugerir productos que puedan interesar a sus clientes y así aumentar las posibilidades de compra.

Toda la actividad en la red queda registrada a través de las cookies y el historial del navegador, y cualquiera que venga detrás podrá conocerla sin mayores dificultades.

Los desarrolladores informáticos tuvieron en cuenta este aspecto y crearon el llamado “modo privado”. La idea consiste en dar la opción al usuario de poder navegar libremente en cualquier computadora o móvil sin dejar rastro.

Los navegadores por defecto recogen las famosas cookies y almacenan el historial de navegación a medida que se visitan diferentes webs.

Esto facilita muchísimo las cosas. Tener que iniciar la sesión en las páginas que se visitan frecuentemente cada vez que se enciende la computadora puede resultar una pesadilla y en este sentido, dejar “rastro” viene bien al usuario.

Dependiendo de la computadora que se esté utilizando o del contenido que vaya a visitarse, puede resultar interesante al usuario pasar por ahí sin dejar ni rastro de lo que ha sucedido.

Este modo hace precisamente eso: no permitir que quede ni una sola traza de lo sucedido en el navegador mientras la sesión esté activa.

¿Cómo activarlo? Chrome ofrece esta opción en la parte superior donde se podrá activar una nueva ventana en incógnito, como lo ha calificado el navegador de Google.

En Firefox la activación es muy similar: se podrá abrir una sesión privada en la parte superior derecha, y los usuarios de Safari podrán activar esta opción desde el menú Archivo.

¿Hasta qué punto es privada esta sesión de navegación? Tanto Google como Firefox explican en sus respectivas webs que estos modos únicamente evitan que se almacenen las cookies de navegación y se guarde el historial de la misma.

Es decir, que si otra persona abre ese navegador tras una sesión privada no conocerá el contenido de la misma, pero esta información sí estará almacenada en los servidores de la empresa que da acceso a Internet, las propias páginas que se visitan y como recuerda Google, la empresa para que la que trabaja si se usa desde una computadora corporativa.

¿Cómo puede entonces garantizarse una navegación completamente anónima? Nadie se atreve a garantizar un uso totalmente privado de internet, pero sí puede elevar el nivel de la privacidad empleando los servicios VPN que cifran el contenido que sale de la computadora y por descontado, utilizar los modos privados si se van a utilizar equipos públicos.

También se sugiere que si no se quiere dejar rastro, hay borrar a mano el historial de navegación y las cookies.