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¿Cómo es DeArriba!, la aplicación argentina que paga por responder encuestas en el celular?
27/06/2017 - 16:00hs

¿Cómo hacer que las encuestas de satisfacción de servicio sean relevantes para los comercios e interesantes para los usuarios? Esa fue la pregunta que disparó la creación de DeArriba!, una aplicación argentina que premia a quienes las responden y ofrece información de valor a las empresas.

El funcionamiento de la app se inscribe en el rubro de Opinion Rewards, es decir, ofrecer recompensas a quienes brindan sus críticas sobre productos y servicios. Se trata de una tendencia que está creciendo entre las aplicaciones, apalancada en el concepto de "compra inteligente" que supieron aprovechar las "cuponeras" y los clubes de compra online.

El funcionamiento de DeArriba! es sencillo: hay que loguearse con una cuenta de Facebook y responder encuestas, mucho más visuales e interactivas que las tradicionales de papel. Al final del proceso, el usuario consigue un descuento u otro incentivo por parte del comercio. Como dato adicional, no hace falta imprimir un cupón, pues todo se hace desde el celular.

Orientada principalmente al público de entre 18 y 35 años, DeArriba! hoy cuenta con campañas de restaurantes, bares, cervecerías y otros locales gastronómicos, especialmente de Palermo y de la zona norte del Conurbano. Aunque el objetivo para los próximos meses es expandirse al resto del Gran Buenos Aires y, a largo plazo, cubrir todo el país. También ofrece descuentos en tiendas online y negocios de indumentaria.

La aplicación surgió como un trabajo práctico para la asignatura "Emprendimientos" de la carrera de Administración de Empresas de la UCA, que presentaron Constanza Rodríguez (24), José María Salvadores de Arzuaga (24) y Santiago Abella (24). Pero cuando el proyecto salió del claustro y empezó a crecer, se sumó Santiago Fontán (24), quien estudia Economía en la UBA.

"La idea fue siempre una app, el profesor nos rebotó un par de ideas. Un día vimos unas encuestas que estaban en papel y lo veíamos como incómodo y que se podía perder fácilmente. Ahí surgió el proyecto", recuerda Abella, quien agregó: "Después vimos cómo podíamos incentivar al usuario para que las responda".

Por su parte, Salvadores, quien antes trabajaba en la filial local de un fabricante de computadoras, había visto de primera mano lo "anacrónico" que eran las encuestas de satisfacción que repartía la empresa.

"Conocíamos esos papeles que te dan a la salida de una estación de servicio o de un local de comidas rápidas. Yo participé de estas campañas donde te pagan para que veas una película o mires un producto y des tu opinión. Todo eso implicaba movilización: yo vivía en Martínez y tenía que ir hasta Belgrano. Teníamos que resolver cómo evitar los costos de transporte y de tiempo", agrega Rodríguez.

El desafío era evitar que sea tedioso. "Además, que la gente aproveche los tiempos muertos", agrega Abella.

Según coinciden los emprendedores, las encuestas que muestra la app son puntuales, de corta duración, que permiten conocer la imagen que el usuario posee sobre la empresa y hasta ofrecen la posibilidad de analizar si conviene lanzar un nuevo producto.

"Apuntamos a que sea cortoplacista. Que la empresa pueda preguntar sobre una necesidad que tiene hoy y tener la respuesta mañana. Y realizar un seguimiento instantáneo de cómo responde la gente y no esperar tres meses para tomar una decisión", amplía Salvadores.

Además, los comercios pueden saber el perfil de los interesados en sus beneficios para conocer mejor a sus clientes y poder segmentar sus campañas. También pueden usar modelos de cuestionarios o pedir asesoramiento para que las campañas logren los mejores resultados.

"Una vez que te descargás la aplicación, se crea un perfil para mostrarte sólo las campañas relevantes, por medio de nuestro sistema de filtros. Por ejemplo, no ofrecemos una cerveza gratis a menores de 18 años", señala Abella.

Hoy poseen unas 35 empresas que ofrecen sus encuestas en la app, aunque las campañas activas son menos porque responden a estrategias puntuales. Y ya fue descargada por más de 10 mil personas en teléfono iPhone y Android.

"No somos una consultora de mercado que, de hecho, nos ven como una herramienta complementaria. Nuestro trabajo es que las firmas conozcan a su cliente y llevarles gente", subraya Fontán, a lo que Rodríguez acota: "Ofrecemos información para que las empresas tomen decisiones en tiempo real".

Las empresas, además, pueden acceder a distintos tipos de servicios: además de las encuestas, DeArriba! también ofrece publicidad en redes sociales y en la app; análisis de la información; y "la tracción", es decir, derivar gente a los locales, la opción más solicitada por los comercios. En este caso, cobran un porcentaje en base al ticket promedio según el rubro, mientras que en el resto de los servicios es un costo fijo.

A pesar de que comparten un perfil profesional similar, los cuatro se dedican a la búsqueda de clientes, pero además poseen un "foco" dentro de la empresa. Abella se dedica a la contabilidad y legales, Rodríguez se encarga de marketing y comunicación, Fontán se desempeña en el área de producto y Salvadores lidera la parte comercial. Aunque sus funciones van cambiando a medida que crece el negocio.

Salida al mercadoEl proceso de lanzar la app no fue sencillo. "En un momento, hicimos la base, tenía pinta, pero seguía siendo un proyecto de facultad", reconoce Salvadores, quien destaca a la gente que tuvieron alrededor que los ayudaron con el plan de negocios, el plan de marketing, la estrategia de comunicación, etcétera.

Para avanzar, se asociaron a Amalgama, una consultora de software ubicada en Colegiales, que no sólo aportó su expertise en los aspectos técnicos, sino también en mejorar cuestiones relacionadas con el modelo de negocios. Desde el "momento cero" hasta la salida, estuvieron un año.

"Empezamos con un producto chiquito, sólo para Android, pero estábamos incompletos. Así que esperamos a tener la app para iPhone. Tenemos sólo una funcionalidad, pero a la gente le encanta. E iremos agregando más", adelanta Fontán.

Los cuatro emprendedores se toparon con un problema frecuente en el mundo de las aplicaciones: mejorar el proyecto hasta que quede perfecto, lo que también retrasó su salida.

"Nos juntamos con los responsables de otras aplicaciones de Amalgama y nos decían que el error que cometimos era tratar de hacer algo más y algo más. Nos recomendaron: 'Salgan, porque después los problemas los van a tener igual", recuerda Abella.  

Además, el equipo mantuvo reuniones con empresas de primer nivel para ver si el servicio que les brindaba DeArriba! les sería de utilidad, obteniendo respuestas positivas. "Ellos nos validaron", recuerdan los emprendedores.

En noviembre del año pasado hicieron un primer testeo, una suerte de prelanzamiento, para ver cómo funcionaba la app. "Tomamos unos siete clientes y, en base a cierta cantidad de usuarios, vimos cómo reaccionaba la gente. En febrero nos lanzamos masivamente", relata Rodríguez.

El equipo detrás de DeArriba!: Salvadores, Rodríguez, Fontán y Abella

El proyecto está fondeado en gran parte con recursos propios –incluyendo ayuda de familiares– y una parte de financiamiento de Amalgama, que permitió mantener la operación, pero ahora están buscando inversores.

"Sabemos hacia dónde puede llegar y surgieron nuevas necesidades por lo que necesitamos capital. Sabemos para qué necesitamos la plata, no vamos a pedir inversiones sólo para mantener viva la operación", remarca Salvadores. En este sentido, piensan derivar los fondos para escalar la app, tanto en lo tecnológico, y así mejorar la experiencia del usuario; como en lo comercial, que permitirá ampliarse geográficamente.

"Incluso nos presentamos a una incubadora y fuimos seleccionados entre los 10 primeros de un total de 8.000 proyectos. Hicimos un pitch comercial de cinco minutos y nos hicieron una devolución: nos faltaban ciertos indicadores", comentó Abella. "Lo hicimos antes del lanzamiento y sólo teníamos estimaciones. Nos faltaba la respuesta de la gente", completa Salvadores.

En este sentido, y con el proyecto ya maduro, Rodríguez se entusiasma: "Ahora que ya tenemos indicadores, clientes y usuarios, estamos en un momento en el que podemos conseguir inversores".

Según Fontán, una inyección de capital permitiría no sólo traer nuevos usuarios a DeArriba!, sino también seguir sorprendiendo a los actuales con nuevas funcionalidades, en un mercado hipercompetitivo. Crecer y acelerar, son las claves que repiten los emprendedores.

Desarrollo de marca Como la aplicación apunta principalmente a gente joven que desea armar salidas y conseguir descuentos, los emprendedores crearon un "personaje" que represente esos valores, con la imagen de un chancho "simpático, canchero y con actitud" que pueda identificar a su público.

"Lo que deseamos con DeArriba! es que el usuario sienta que lo acompaña. Y que se fije en la app antes de armar una salida. Si bien tratamos que las empresas se diversifiquen, también intentamos que se adapten al target de la aplicación", resume Fontán.

La estrategia de DeArriba se basa en tres pilares: locales interesantes, constante subida de buenas encuestas y beneficios megaatractivos. Hacen hincapié en esto último porque compiten contra sistemas de fidelización y también porque ahí está la clave para que el usuario se movilice.

"Cuando vamos a un bar, por ejemplo, les decimos que si van a regalar sólo una porción de maní con la cerveza, no van a mover a nadie. Mínimo tiene que ser un 2x1. Si los beneficios son buenos permite que la gente además mantenga instalada la app", completa Rodríguez.

En este sentido, Salvadores señala que los comercios "deben salir del descuento de 20% de los bancos o cuestiones similares, resignando un poco de margen para que la gente consuma". Y apunta que la estrategia número uno es "estar presente a full" en las redes sociales, donde comunican las acciones que llevan adelante. Y que el personaje participe de eventos.

La primera salida del "Chancho" fue en un desfile de un colegio de zona norte, donde un amigo de los emprendedores se calzó el disfraz, compuesto por una cabeza enorme, traje y corbata. Si bien lo pensaron con una estética retro y amante del funk, la música falló: el disc jockey "pinchó" un tema de reggaeton. Pero el estuvo a la altura del desafío.

Ahora, el personaje asiste a los locales y diversos eventos para que la gente se saque fotos con él, las comparta en Facebook y así aumentar el movimiento en las redes sociales. Algo que, insisten, es clave para su público.