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Creció un 60% la cantidad de empleados provinciales entre 2003 y 2015

Según los analistas, el trabajo en el Estado es un reaseguro económico en provincias con poca actividad. Pero también puede perjudicar a las empresas
27/06/2017 - 22:04hs
Creció un 60% la cantidad de empleados provinciales entre 2003 y 2015

El Estado sigue siendo uno de los grandes empleadores en la Argentina. De hecho, la cantidad de empleados públicos provinciales pasó de 36 a 51 personas cada 1000 habitantes desde 2003 a 2015.

En el periodo 2003-2015, la planta de agentes provinciales se incrementó en un 59,3% (819.000 empleados).

El mayor aumento en la gestión kirchnerista se dio en las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chaco y Jujuy, de acuerdo con datos oficiales.

Según el privado Iaraf (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), en Santa Cruz la cantidad de empleados públicos cada 1000 habitantes pasó de 84 a 110 en estos 12 años.

El detalle por provincia es el siguiente:

- Tierra del Fuego: de 78 a 121.

- La Rioja: de 77 a 104.

- Neuquén: de 73 a 99.

- Catamarca: de 68 a 105.

- Río Negro: de 57 a 80.

- Chaco: de 41 a 73.

- Jujuy: de 52 a 89.

- Ciudad de Buenos Aires: de 37 a 66.

Además, según los datos de la AFIP, en este período en el Norte estaban registrados más empleados públicos que privados:

- Chaco: 88.402 contra 77.793.

- Santiago del Estero: 61.801 frente a 53.788.

- Jujuy: 86.804 contra 60.397.

- La Rioja: 50.015 frente a 33.660.

- Catamarca: 57.553 contra 33.511.

- Formosa: 48.921 frente a 28.451.

Ariel Barraud, del Iaraf, dijo "suponiendo que las provincias con menor densidad poblacional requieran, por el tipo de bienes y servicios públicos que prestan (salud, seguridad, educación), más personal por cada mil habitantes, no surge claro que sea necesario el cuádruple de empleados cada mil habitantes en algunas provincias y sólo el doble en otras".

Al respecto, aclaró que "hay un efecto claro del menor desarrollo económico en las provincias con el empleo público utilizado como reaseguro o resguardo económico de al menos una franja de la población”.

"Puede asociarse a clientelismo, aunque no se disponen de mayores evidencias que las anecdóticas al respecto. Lo que sí no puede negarse, es que en algunas provincias el empleo público es claramente más fuerte que el empleo privado formal", agregó, según reporta La Nación.

Este fenómeno genera, aclaró, "un problema también para el sector privado en cuanto a que tiene que competir con el sector público por recursos escasos (mano de obra calificada y semicalificada) muchas veces en condiciones desfavorables respecto al salario y condiciones de empleo público que son mejores que las del sector privado desde el punto de vista del trabajador".

Para solucionar este problema, opinó, "una alternativa sería poner realmente a competir el empleo público con el empleo privado, si no en salarios por lo menos en las exigencias de eficiencia y productividad".

Por su parte, el ex ministro de Hacienda de Santa Fe e investigador del Cippec Walter Agosto, indicó que cuando se observa la evolución del empleo provincial "se advierte un espectacular crecimiento que sobrepasa largamente el crecimiento vegetativo de la población", señala La Nación

Según Agosto, a fines del 2016 había 3.490.000 empleados públicos en todo el país. Del total:

- 740.000 corresponden al gobierno nacional (41%).

- 2.297.000 a las provincias (66%).

- 451.000 a los municipios (13%).

"Si bien se observó un comportamiento heterogéneo en las distintas jurisdicciones, 13 de las 24 provincias incrementaron sus dotaciones por arriba del promedio. Se destacan, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chaco y Jujuy que duplicaron o más que duplicaron sus plantas", explicó.

Para el especialista, "es evidente que existe un problema de incentivos derivado del propio régimen fiscal federal que acentúa este problema: la falta de correspondencia fiscal y la historia de salvatajes suelen dar marco a políticas fiscales provinciales imprudentes, entre las que se encuentra la incorporación masiva de personal".

"Pero el problema es más complejo si se tiene en cuenta que existe una fuerte concentración del empleo privado en pocas provincias (Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba), situación que es reflejo de una estructura productiva concentrada geográficamente”, detalló.

“Muchas provincias pobres carecen de actividades productivas pujantes que demanden fuentes de trabajo y apelan al empleo público como un seguro de desempleo encubierto, con todo lo que ello implica", concluyó.

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