iProfesional

Según datos oficiales, las bodegas comercializan hoy un 60% menos que en 2013. Los factores que la relegaron del radar de los consumidores
07/07/2017 - 12:03hs

Hace poco más de 15 años, en momentos en que recién estaba consolidándose el boom del Malbec tal como se lo conoce hoy, el Syrah venía pisando fuerte en la mente de los consumidores. 

Su perfil exótico y especiado había ayudado a posicionar a esta variedad en un lugar similar al que hoy goza el Cabernet Franc, pero con la ventaja de que contaba con una mayor superficie plantada. Es decir, había volumen más que suficiente como para "bancar" cualquier salto en la demanda

Sin embargo, dicho salto no sólo nunca ocurrió sino que el Syrah viene avanzando en una fase descendente muy pronunciada, la cual se profundizó en los últimos años. 

Según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, entre enero y abril, las bodegas despacharon para consumo interno 2,4 millones de litros de vino de la variedad Syrah

Este volumen no sólo implicó una caída del 18% respecto de los niveles del mismo período de 2016. También significó un derrumbe del 60% respecto del último récord, alcanzado en 2013, cuando se comercializaron 6 millones de litros. 

Respecto de la superficie implantada, si bien no hubo una erradicación masiva de viñedos de esta cepa, sí se amesetó en torno de las 12.800 hectáreas, lo que arroja una participación menor al 6% sobre el total. 

"Hace rato que el Syrah viene perdiendo terreno frente a otras variedades que están más de moda. Tuvo su momento de gloria, al igual que otras cepas como la Merlot y la Pinot Noir, pero entró en un ocaso", apunta el prestigioso sommelier Alejandro Barrientos. 

Para el experto, hay una variable determinante que está sellando el destino de esta variedad: los niveles de calidad

"Los bodegueros actualmente no están apostando al Syrah. De hecho, es muy difícil encontrar en el mercado un Syrah de alta gama, de más de $300. Sólo se encuentran en los segmentos entry level o reserva", agrega. 

Para Barrientos, "hoy no es posible afirmar que se den vinos excepcionales a partir de esta variedad, en comparación con otras, salvo en cortes. Basta con ver las listas de los mejores vinos argentinos para darse cuenta que casi no figura". 

En este sentido, Alfredo Sáenz, propietario de la distribuidora de vinos Umami y de la cadena de vinotecas EnoGarage, coincide en hacer referencia al factor calidad. 

"Cuando queremos nombrar los vinos íconos de Argentina no nos encontramos con un Syrah que se destaque. A mi entender, tiene un problema de categoría al no tener grandes representantes en la góndola y las bodegas, al momento de construir marca, no es una que elijan", apunta. 

"Como en toda la industria del vino, la demanda está generada por la oferta y las tendencias. Y la Argentina no tiene un terroir que se destaque como productor de Syrah. Si bien San Juan se identificó con esta cepa, hoy no es una zona de las más prestigiosas o de las que más se hable. Creo que el Valle del Pedernal es una buena promesa pero tiene que hacer su trabajo", agrega. 

Respecto de lo que está sucediendo ahora en las góndolas y que sirve para entender el ocaso del Syrah, Sáenz afirma que "la industria se `malbequizó` y, como segundo ejemplar tinto, el Cabernet Sauvignon quedó muy consolidado. Luego viene el resto: el Bonarda hizo su trabajo y el Cabernet Franc explotó en su escala, mientras que los red blend crecieron mucho en market share. Todo esto contribuyó a la pérdida de espacio del Syrah como varietal". 

Barrientos, quien se desempeña como director de la vinoteca Sacra, marca que el Syrah "se ha mantenido discretamente estable en cuanto a cantidad de etiquetas, pero lo que decreció fue el interés del cliente por la variedad". 

A la hora de definir al comprador clásico de esta cepa, el sommelier destaca que "salvo para maridar con algunos platos específicos, hoy resulta muy difícil de vender". 

En tanto que Sáenz apunta que "el cliente de enoGarage en general es especialista en vinos y no le gusta tomar siempre lo mismo. Siempre está abierto a las nuevas recomendaciones y tendencias de la industria. Cuando un Syrah hace ruido se vende y tiene sus adeptos, pero la realidad es que esto es algo muy específico a una etiqueta y no repercute en la categoría". 

Al momento de analizar su futuro, Barrientos considera que su futuro en la Argentina estará limitado a un rol como componente de blends tintos. 

"Veo al Syrah como vino de corte, porque armoniza muy bien otras variedades. Como monovarietal tiene competidores muy fuertes que la superan en calidad", concluye. 

En tanto, Sáenz plantea que "hoy en la Argentina se están plantando viñedos en los lugares más recónditos y esto va a generar una oferta mucho más interesante en el mediano plazo. Hay que ver en qué zona se adapta mejor u ofrece sus mejores resultados. Por eso creo que si el Syrah tiene una oportunidad, entonces tiene que venir por ese lado".

[email protected]

Temas relacionados