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El ministro de Modernización, de buena relación con el presidente, aglutinará áreas clave en materia regulatoria. Y se especula sobre cambios en el sector 
10/07/2017 - 11:09hs

Una pregunta sobrevuela el ámbito de las telecomunicaciones en la Argentina: qué pasará luego que Andrés Ibarra, ministro de Modernización, tenga bajo su órbita los organismos encargados de poner en orden y regular el mercado y se transforme en el nuevo "hombre fuerte" del negocio.

¿Los organismos regulatorios seguirán siendo los mismos en la nueva etapa? ¿Habrá alguno que funcione en forma independiente de Modernización? Los organismos sobre los que se posa la lupa de los analistas son el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), a cargo de Miguel de Godoy, la Secretaría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), comandada por Héctor Huici, y la empresa estatal Arsat, gestionada por Rodrigo de Loredo. Las versiones en el sector son variadas.

Hay quienes aseguran que algunas tareas podrían verse recortadas, otros que se reducirán los márgenes de acción, y otros que habrá complementariedad de tareas en un escenario no traumático.

Parte de las dudas se deben al perfil que, en esta nueva etapa administrativa del Ministerio de Modernización, podría tomar Ibarra. Si el funcionario ya creó una cartera de dimensiones importantes, con el aval de los integrantes del trío liderado por el presidente Mauricio Macri, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, sumar estas áreas -más allá de que el Enacom es un ente autárquico, al igual que Arsat- lo pondrá al frente de un súper ministerio.

Porque no hay que olvidar que bajo su órbita también quedará el Correo Argentino, donde ya cumplió funciones hace muchos años atrás. Y esto, descontando que no se sumen a futuro algunas áreas de Ciencia y Técnica, según lo que afirman otras versiones. Y hasta la Subscretaría de Servicios Tecnológicos, hoy bajo el área de Producción. El run run salpica para todos lados.

Hay quienes aseguran que Ibarra se ocupará de dar los veredictos finales a cada una de las decisiones que quieran tomarse en esos ámbitos. Que los grandes temas del sector de las telecomunicaciones -que son muchos y deberían acelerar aun más los tiempos de resolución dadas las características del mercado- serán de competencia del trío mencionado: Ibarra, Lopetegui y Quintana, dijo a iProfesional, un ejecutivo de la industria. Y que los más pequeños, quedarán bajo las áreas específicas.

Hay quienes relativizan esto. Y que auguran que habrá una buena integración entre las áreas que pasarán a Modernización, tal como sugirió el informe de la consultora Mc Kinsey, y que recomendó esta reducción, según fuentes del sector consultadas. La empresa fue contratada por el Gobierno para hacer un diagnóstico sobre el mercado de las telecomunicaciones y también habría hecho la sugerencia respecto de este achique.

Quienes toman una posición intermedia sobre el tema sostienen que los organismos que pasen a Modernización deberían compatibilizar sus funciones sin mayores problemas. Que, hasta ahora, lo hecho por esa cartera en materia de estrategia digital se hizo puertas adentro de la administración pública nacional mientras que lo realizado por Comunicaciones, en su más amplio espectro, se encaró hacia afuera, el mercado, las empresas, aseveró otra fuente de la industria a este medio.

El estricto pedido de off por las diversas fuentes consultadas da la pauta de que el tema es, por demás, sensible. Ninguno de los actores alcanzados, directa o indirectamente, en una movida de esta naturaleza, sean del sector público o del privado, quieren quedar expuestos. Es que los cambios de Cambiemos no parecen ser tan zen como les gusta mostrar a sus referentes cuando hay cámaras en vivo.

La Secretaría de Telecomunicaciones podría pasar a la órbita del Ministerio de Modernización sin mayores complicaciones en apariencia. Las tareas que allí se impulsan abordan justamente la regulación del sector y el planeamiento de las políticas. Si uno observa el organigrama de un área y otra no parece que hubiera incompatibilidad.

Pero sí deben notarse algunas cuestiones vinculadas con planes similares. Por un lado, el País Digital de Modernización y, por el otro, el Plan Federal de Banda Ancha de Comunicaciones, que se impulsa de la mano de Arsat. Pueden existir complementaciones perfectas pero también aparecer superposiciones. ¿Hacia dónde se inclinará la balanza cuando esto se detecte?

Héctor Huici es un PRO puro. Antes de asumir al frente de la Secretaría fue legislador porteño por el partido amarillo. Y estuvo en el diseño de los programas de telecomunicaciones y demás en la Fundación Pensar.

El otro organismo autárquico e independiente es Enacom. Está a cargo del control de la industria que ya es bastante mañosa, y con escasas ganas de competir. La tarea de este año y medio ha sido ardua pero más concentrada en ordenar lo que no se hizo durante más de una década que en regular. Y no porque no haya emitido decisiones que modificaron bases del sector. Lo que debería venir hacia adelante debería ser mucho mayor.

Si bien algunas versiones dan cuenta de que el Enacom pasará a Modernización, otras señalan que podría quedar bajo la órbita de Jefatura de Gabinete. Su calidad de ente autárquico le habilitaría tal posibilidad.

Otras voces señalan que podría quedar bajo la Secretaría TIC pero, una vez más, por su calidad de ente autónomo, no debería depender de ningún organismo de ese tipo. Esta consideración no tendría, al menos por ahora, demasiado asidero.

Miguel de Godoy es también un cuadro del Gobierno, más allá de su pasado radical. También tiene muy buenos vínculos con el presidente Mauricio Macri. Y tiene buenas relaciones con las compañías con las que debe lidiar, al menos desde el punto de vista regulatorio. 

Arsat es la empresa estatal satelital. Rodrigo de Loredo cumplió en el año y medio de gestión la venta de la capacidad total del Arsat II, que había puesto en órbita la gestión anterior, y de esta manera logró que la compañía no dependa de ingresos del Tesoro. Todo un logro en tiempos donde la orden oficia es reducir el déficit.

Hasta ahora, el funcionario se manejó con amplia libertad bajo la órbita de Comunicaciones. Esa empresa está a cargo de la ejecución de los planes orientados a llevar internet a las poblaciones más alejadas de los centros urbanos. Tarea que se va cumpliendo a paso sostenido, no sin algunos cortocircuitos con el sector. Queda saber, ahora, si Ibarra continuará respetando el carácter autárquico de la compañía satelital o si introducirá modificaciones.

La súper cartera de Ibarra también se quedará con el Correo Argentino, conducido por Jorge Irigoin, quien además de haber sido directivo del Correo Argentino cuando era propiedad de Socma, también fue el presidente de Nahuelsat, la empresa a cargo de operar los satélites del mismo nombre. Estaba Irigoin al frente de esa compañía cuando, en 2004, la Secretaría de Comunicaciones de entonces, a cargo de Guillermo Moreno, decidió quitarle la compañía por no haber cumplido con la puesta en órbita del Nahuel 2. A partir de esa decisión, se crearía Arsat.

Así se ven las cosas hacia adelante en el superministerio que conducirá Ibarra. Un ministerio que abarca todo lo que ocurre en la administración pública y que, con las áreas vitales de Comunicaciones, alcanzará a los 41 millones de argentinos.