El expresidente de Brasil, Luis Inacio Lula Da Silva, brindó su respuesta luego de que la Justicia lo condenara a 9 años y medio de prisión por “corrupción” y “lavado de dinero” en el marco de la investigación “Lava Jato”: "Y ahora quiero decirle a mi partido, que hasta ahora no había reivindicado pero voy a reivindicar, el derecho de postularme a la Presidencia de la República en 2018", desafió.

"Estaban condenados a condenarme", dijo luego respecto a la sentencia en su contra.

El exmandatario cuestionó el fallo de Sergio Moro y señaló que "era visible que lo que menos importaba en los testimonios" recogidos por el juez era recabar pruebas, "ya estaban con el proceso listo".

Lula atribuyó su condena a la culminación del "golpe" iniciado con el impeachment de Dilma Rousseff, por el que fue destituida.

Con él fuera del juego político, consideró, "el partido no conseguiría volver al poder en las próximas elecciones".

En pos de mostrarse con fuerza de cara al proceso político y judicial que se le avecina, añadió: "Quien cree que es el fin del Lula se equivoca. Quien tiene derecho a decretar mi fin es el pueblo brasileño".

Desde el Partido de los Trabajadores habían convocado por las redes sociales a un apoyo del expresidente, que se manifestó por primera vez desde que se conoció el fallo del juez Moro. 

A su vez, según informó la prensa brasileña, la cúpula del PT respaldó a Lula en un gesto de solidaridad con el dirigente que lidera las encuestas sobre las elecciones a presidente que, se especula, podrían realizarse en 2018.

“No vamos a aceptar la condena política si ningún tipo de prueba material”, aseguró Marcio Macedo, vicepresidente del PT.

La sentencia –que debe ser confirmada en segunda instancia- puede impactar en la candidatura de Lula, que podría verse bloqueada si se ratifica lo dispuesto por Moro.

“Esta posibilidad (de Lula no puede competir) no pasa por nuestra cabeza. Sólo tenemos un plan, el plan A", dijo el presidente del Instituto Lula, Paulo Okamotto, en la noche del miércoles.

CondenaEl juez Moro condenó el miércoles al expresidente a nueve años y medio de prisión por los crímenes de "corrupción pasiva" y "lavado de dinero".