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Randazzo: "La elección se perdió por Cristina, que se creí­a dueña de la verdad"

Aclara que él no expone ni usa a su familia como Mauricio Macri. "Poner a tus hijos en una foto es una especulación inmoral para ganar más votos", dispara
16/07/2017 - 16:35hs
Randazzo: "La elección se perdió por Cristina, que se creí­a dueña de la verdad"

Llega sobre la hora a la entrevista: "Estuve meditando", se excusa. Su mujer, Andrea Verónica Pantanali, hace yoga y meditación desde hace muchos años y lo impulsó a seguir esta filosofía. "Empecé a practicar por toda esta cosa tensa que se genera en la campaña", aclara Florencio Randazzo, candidato a senador nacional por el Frente Justicialista, dentro del espacio Cumplir.

Su mamá es su fan número uno. Gladys Campagnón, coqueta y con anteojos de sol, hace sólo un mes pasó toda una tarde juntando firmas en Chivilcoy -de donde es oriunda la familia- para que su hijo fuera candidato.

Ya en el 2015, cuando Cristina Kirchner eligió a dedo a Daniel Scioli y a Carlos Zannini como candidatos para la fórmula presidencial, encaró a Aníbal Fernández en la puerta de la Municipalidad de su ciudad: "¿Por qué le hicieron esto a mi hijo?", lo increpó enojada.

"Mi vieja es una genia. Me sorprendió a mí. ¡Qué te voy a decir de mi mamá! Somos seis hermanos, nos criamos en una familia media -papá ingeniero- que nos inculcó valores y respeto hacia los demás. Y mi vieja estuvo dolida porque la admiraba y la quería a Cristina, entonces no entendía por qué tomó esa decisión", señala a Infobae.

Aclara que él no expone ni usa a su familia para hacer campaña como Mauricio Macri. "Poner a tus hijos en una foto es una especulación inmoral para ganar más votos", dispara. Y marca algo más de su historia personal que, dice, lo diferencia definitivamente del presidente: "Yo fui heladero, encargado de edificio, instalé tevé por cable… hice de todo. Fui un buscavidas y sé lo que siente el laburante".

—Te invito a volver al 2015. ¿Vos te enteraste por televisión que Cristina había puesto como candidatos en la fórmula a Scioli y a Zannini?

—Así fue. Nosotros habíamos señalado públicamente que no íbamos a ser candidatos a gobernador. No por un capricho, porque creíamos que la elección del candidato la tenía que hacer la gente, no los dirigentes. Como no nos dieron esa oportunidad, yo dije: "Me voy a mi casa". Creo que en la política debe haber coherencia, valores, y conductas. Entonces, nuestra conducta fue cumplir con la palabra empeñada.

—¿Qué le dijiste a Cristina?

—Le dije: "Vos sabías que yo no iba a ser candidato a gobernador porque te lo dije en reiteradas oportunidades. Te estás equivocando porque estás eligiendo un candidato con el dedo en vez de dejar que lo elija la gente". Exactamente el mismo error que se está cometiendo ahora: elegir a dedo.

—¿Cómo es decirle a Cristina que se está equivocando? ¿Así, con esas palabras?

—Sí. Como también le dije cuando me convocó nuevamente para ser ministro del Interior, después de su triunfo por el 54 por ciento: "Estoy dispuesto a acompañarte, pero quiero que sepas que estoy en contra de tu re reelección". Y me dijo: "Yo nunca te voy a pedir eso, flaco".

—O sea, nunca te habló con el tono con que le habla a Parrilli…

—Yo siempre hablé como un militante. No concibo la política de empleado a jefe… Creo que fui un buen ministro. He transformado todo lo que toqué. Desde el Documento Nacional de Identidad, rompiendo el negocio con Siemens, hasta los pasaportes, un negocio con la policía. Asumimos transformar los ferrocarriles después de la tragedia de Once, pero no pudimos.

En Transportes estuve tres años. Si hubiéramos estado en los nueve anteriores habríamos logrado un sistema ferroviario similar a los que tienen los países europeos. Así que yo me sentía y me siento con derecho de poder señalar cuando creo que se están cometiendo errores. La obsecuencia deba ser un atributo para aquellos que lideran procesos como el que lideraba Cristina.

—¿Por qué perdieron las elecciones?

—Se perdió por no reconocer la inflación, el nivel de pobreza, y por una Cristina que se creía dueña de la verdad absoluta.

—¿Vos se lo decías a Cristina?

—Pero por supuesto.

—¿Y qué te respondía? Porque se comenta que una vez que logró el 54 por ciento dejó de escuchar a todo el mundo.

Tal vez… También hay que tener en cuenta por lo que estaba pasando Cristina -la muerte de Néstor-, que era un momento muy particular y quizás eso la haya cerrado con respecto a los problemas y a lo que estaba pasando en la Argentina… estaba menos permeable a la crítica. Pero en el 2013, después de pasar del 54 al 34 por ciento, era necesaria una reflexión profunda. ¿Por qué perdimos millones de voluntades? Sin duda cometimos una serie de errores, y los pagamos en el 2015…

 ¿Los errores? No se puede decir que la inseguridad es una “sensación”, negar la inflación, el cepo al dólar, elegir a Milani…

—Si el candidato no hubiera sido Scioli, ¿hoy estaríamos hablando de otra cosa?

Puede ser. Yo decía que Scioli no era un buen candidato. Era un candidato instalado por las encuestas y por los medios, que eran ciegos frente a la realidad de que gobernaba una Provincia con tremendas dificultades. Y creo que también había una sociedad que estaba cansada de la soberbia del gobierno frente a los problemas que a diario afrontaba el hombre común. Y eso explica la derrota electoral.

—¿Qué autocrítica hacés del gobierno de Cristina, que no sean los bolsos de López?

—Que alguien diga que la inseguridad "es una sensación" significa que no se va a hacer cargo del problema en una cuestión tan sensible, y sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Negar el aumento de precios también fue un error. Lo mismo que equivocarse en decisiones económicas que obligaron al cepo del dólar, las limitaciones a la compra de dólares. Elegir a Milani… Todo absolutamente negativo.

—Sí, por un lado los derechos humanos, y por otro lado un Milani. Contradicción enorme.

—Exactamente. Y podríamos habernos equivocado, teníamos derecho como todo el mundo. El tema es qué hacemos frente a esa equivocación.

—Hay dos extremos: el gobierno de Cristina se equivocaba mucho y no asumía nada, y el de ahora se equivoca todo el tiempo, pero da marcha atrás y empieza de nuevo, lo reconoce…

—Yo no creo que Cristina se equivocara tanto, ¡hicimos muchísimas cosas buenas! Ampliamos derechos para todos los sectores: los jubilados, los jóvenes…

—¿Pero esa plata de dónde salía, Florencio?

—Uno de los méritos de ese gobierno fue la política distributiva. Creemos en un Estado activo que resuelva las asimetrías de una sociedad muy desigual. Ahora, otras cosas no fueron tan buenas. Y frente a las cosas que nos equivocamos persistíamos en el error. Este Gobierno considera un mérito volver atrás cuando se equivoca, pero lo triste es que se equivoca todos los días. Con Avianca, con el Correo, con las pensiones para pibes con discapacidad. Es muy preocupante…

—¿Qué pasó cuando fuiste a ver a Cristina a su departamento en Recoleta la noche en la cerraban las listas?

—No…. a ver, fue una reunión muy amable, estuvimos dos horas charlando.

—¿Es cierto que vos le dijiste "no te presentes, te va a ganar Gladys González"?

—Le dije que no entendía por qué habían clausurado las PASO, que no tenía sentido lo que estaban haciendo. Que a mí me gustaba la Cristina que decía: "Bueno, que los candidatos los elija la gente, no los dirigentes". Y que con eso volvíamos atrás. Los candidatos terminaban siendo elegidos por los dirigentes. Y en este caso por ella misma. Un gran error.

—¿Criticaste que ella fuera candidata?

Me parecía un error que ella sea candidata porque ponía el foco en la discusión del pasado. Y la responsabilidad que tenía después de tantos años de ejercer cargos público -26 años y los últimos 8 presidenta- era generar las condiciones para su propio relevo, para que el proyecto político tenga otros actores. No me parecía la mejor candidata.

—Ahora, cuando le dijiste "te va a ganar Gladys González", te echó.

—No, no me echó. Ni en ningún momento le dije… soy un caballero.

—¿Le va a ganar Gladys González?

—No quiero hacer pronósticos electorales porque no me corresponde y no está bueno. Cristina me ofreció que yo la acompañe como candidato a senador, y le dije que no. Pero lo importante es ver el futuro, los próximos años de la Argentina. Estamos trabajando para conformar una alternativa electoral que le ponga límites a Macri sin el oportunismo de Massa ni la soberbia de Cristina.

—¿Sentís que hay mucha gente que se decepcionó con ellos y que te puede rescatar a vos?

—Yo creo que el voto no es de nadie: ni del kirchnerismo, ni del macrismo ni de Massa. La sociedad reclama otro tipo de dirigentes: que honren la palabra, que actúen según sus convicciones para que mejore la vida del hombre común.

—¿La corrupción es el gran tema?

—A mí me parece que no hay gobiernos corruptos, hay funcionarios o hay hombres y mujeres que en realidad pueden -en diferentes gobiernos- cometer hechos ilícitos.

—¿Digamos que el tema es la justicia más que la corrupción?

—Por supuesto. Para eso está la justicia. Pero tampoco hay que hacer de la corrupción una bandera política marketinera, que es lo que hacen algunos y a mí me genera profundo dolor…

—¿Algunos? ¿Quiénes?

—Massa por ejemplo. Massa y algunos más que te podría nombrar hacen de la corrupción una bandera electoral. No se puede ser tan poco serio

—¿Por qué?

—Porque en realidad Massa y algunos más que te podría nombrar hacen de la corrupción una bandera electoral. No se puede ser tan poco serio en un país donde hablamos de instituciones, del respeto a los poderes. Para juzgar los hechos de corrupción está la justicia. Y estamos nosotros para demostrar qué hicimos para hacer el Estado más transparente. Yo puedo contarlo. Quisiera preguntarle a aquellos que hablan tanto de ir contra la corrupción ¿qué hicieron cuando tuvieron responsabilidades? No se trata de ser un denunciador serial, se trata de ser coherente y actuar en consecuencia.

—¿Vos lo decís porque Massa fue jefe de Gabinete durante el gobierno de Cristina?

—No por eso puntualmente, pero a mí me gustaría mucho saber de qué habla Massa… porque recuerdo que en el año 2009 Kirchner nos pidió a los dos que seamos candidatos testimoniales. Estábamos en la Jefatura de Gabinete de la Quinta de Olivos. Y yo dije que no.

—Las testimoniales fueron…

—… una estafa moral sobre el ciudadano. Se rompía el contrato de confianza. Le proponíamos un candidato que no iba a ejercer nunca ese cargo. Entonces, ése es el Massa del 2009. En el 2013, es candidato en una lista común con los candidatos de Macri. En el 2016 fue a Davos con el presidente. Y en el 2017 se transforma en uno de sus principales opositores.

—Entonces, ¿quién es Massa?

—Habría que preguntárselo a él. A mí no me gusta su forma de hacer política. No creo que contribuya a consolidar dirigentes políticos sólidos y confiables para la sociedad.

—Estaba pensando: con todas las veces que les dijiste que no a Néstor y a Cristina qué raro que seguiste en el gobierno. Yo los tenía como más autoritarios…

—Yo creo que ellos valoraban enormemente la gestión. Cristina nunca lo hizo público pero en privado me decía: "Flaco, vos sos muy bueno en cada cosa que hacés".

—¿Por qué nunca en público?

—No sé por qué.

—Tendría que preguntarle a tu mamá…

—A ver, en cada una de estas cosas que hemos emprendido y que hacía falta coraje, voluntad política, sensibilidad, me sentí acompañado por Cristina. Sería absolutamente injusto y deshonesto si dijera otra cosa.

—¿Creés en el coaching político? ¿Hace falta coaching o sentido común?

—No creo en nada de todo eso, creo mucho en el sentido común que es el menos común de los sentidos, que tiene que ver con el vínculo que uno establece con el hombre común, con la sociedad. Es más, me animaría a decir que Macri no ganó por Durán Barba: Macri ganó por los errores nuestros.

—¿Por qué? ¿Sólo por eso?

—Sí, Macri es fruto de nuestros errores. Y eso es muy doloroso porque atrás de esta derrota hay mucha gente que la está pasando mal. Va más allá de un resultado electoral. A mí me parece que este es un gobierno absolutamente insensible, que no percibe la realidad porque está alejado de la misma. Comete algunos errores similares a los que cometimos nosotros, es refractario frente a la crítica y eso es muy dañino para la Argentina.

—Te sentás a la mesa con Massa, con Urtubey, con Schiaretti, ¿quiénes son los cuatro, cinco, seis, con los que se pueda pensar un peronismo republicano, renovado, distinto? ¿O se murió el peronismo?

—Es muy difícil porque muchos hablan en nombre del peronismo, pero desde afuera. Y si son peronistas y quieren participar dentro del PJ tenían la posibilidad de participar en las PASO.

—¿De quiénes hablás?

—De Cristina y de Massa. En esta elección deberíamos haber ido nosotros tres. Son poco creíbles, entran con el nombre del peronismo y cuando tienen que participar en el espacio eligen otro camino.

—Vos decís que Massa no es peronista. Con Margarita Stolbizer, ¿se "desperoniza" aún más?

—No tengo el peronómetro. Pero hay que ser coherente con lo que uno dice. Yo a Stolbizer la respeto, tiene una militancia histórica en el radicalismo, después participó de otras fuerzas políticas.

—¿Sentís que Stolbizer es a Massa lo que Carrió es a Macri?

Puede ser. Pero yo no descalifico a nadie, sí digo lo que pienso. Tal vez no sea políticamente correcto porque lo que pienso muchas veces va en contra de lo que comúnmente hacen muchos dirigentes políticos.

—Por ejemplo, vos sos el único que se anima a criticar a la gobernadora María Eugenia Vidal, la política con mejor imagen.

—Lo que está mal es ser hipócrita. Yo vivo hace 20 años en La Plata, en un barrio de clase media, en la misma casa. Y tengo dos chicos y mi mujer, que tampoco lo uso como decorado de campaña, lo que hacen muchos.

—Esperá, dejame pensar… Mauricio se muestra con Juliana y Antonia. Vos no la expondrías…

Pero ¡ni loco! Y mucho menos cuando no está en condiciones ni tiene edad para decidir qué tipo de vida quiere. Y los consultores -estos de los que vos hablás- te aconsejan que eso es lo que hay que hacer para ganar electores.

—Entonces nunca vamos a ver tu foto bien afeitado a la mañana, con los chicos que te llevan el desayuno a la cama…

¡Nunca! Porque son lo que más quiero. Entonces, no puede ser que haya dirigentes políticos que especulen con utilizar a su familia para sacar un par de votos más.

—Volvamos a tus críticas a María Eugenia.

—Mirá, vivo en un barrio de La Plata en el cual todos los días hay hechos de inseguridad. Se vive con miedo, con alarma en tu casa, con alguna cámara en el garage, con el auto que por supuesto hace mucho que lo dejo afuera porque hay entraderas. Yo nunca tuve custodia… En mi barrio hay cloacas pero no sirven porque no funciona la planta elevadora de hidrocloacales, ¿sí? Tengo agua corriente ¿Pero sabés qué? Hay que ir a buscar bidones a la delegación porque tiene mucho arsénico y no es apta para consumo humano. En el sistema de salud de la provincia hay 76 hospitales de los cuales 74 están en estado calamitoso. Y ni hablar de la educación…

—Pero estoy hablando con alguien que fue ministro de un gobierno que duró doce años. Tengo que preguntarte: ¿Estás criticando a Vidal o hablando delo que dejó el gobierno de Scioli?

—Scioli también hizo una muy mala administración. Yo lo decía cuando nadie se animaba. Pero a Vidal la eligieron para que resuelva los problemas, no para que los explique.

—¿Tu voto es "no positivo" con respecto a la gestión anterior?

—No, es positivo. Creo que hicimos muchas cosas bien, cometimos errores y hubo pecados… ¡pero que se hagan cargo los pecadores!

—¿Cómo te cae Lousteau?

Muy bien. Yo fui compañero de Martín cuando fue ministro de Economía y antes lo había conocido en la Provincia. Me parece un hombre que tiene valores, convicciones, que podría haber elegido quedarse en la embajada de Estados Unidos y fue muy valiente en venir a ofrecerse como una alternativa en la Ciudad de Buenos Aires. Es una persona preparada, capaz, no es un hipócrita.

—Para ir cerrando, hagamos de cuenta que en vez del Arca de Noé tenemos el Arca de Florencio. Digo, tenemos que traer a la gente para salvar el PJ, y vos tenés que decidir quiénes ingresan al Arca y a quiénes se les cierra la puerta. Voy a empezar a imaginar nombres: vienen caminando D'Elia con Esteche y Moreno, ¿los dejamos entrar o les decimos que no hay lugar?

—¿Es mi arca? En mi arca no entrarían. Pero si fuera del PJ, yo no tengo el peronómetro. Y si fuera Cumplir, ahí no hay lugar, porque ése espacio tiene mucho que ver con nuestra identidad.

—Espera, estoy viendo que vienen los de La Cámpora, vienen como abrazados (risas) El Cuervo Larroque con Wado de Pedro, ¿suben o se quedan abajo?

—Los pibes militantes de La Cámpora… suben. A Larroque y a Wado los dejamos afuera.

—¿De Vido?

Tampoco, no, no…

—Viene un grupo de gorilas.

—¿De gorilas? No suben.

—Viene Macri gato.

—No, no sube.

—Te va a impactar lo que te voy a decir pero estoy viendo que desde muy lejos viene Cristina, ¿sube o no sube?

—Si me da las PASO, sube.

—No, no te las da. No te las dio.

—Entonces no sube nada.

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