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La "encuesta" que a Macri más le preocupa: la City prevé que la inflación subirá al 2% en julio
18/07/2017 - 12:03hs

El jueves 10 de agosto no será un fecha cualquiera. Para muchos polí­ticos y aspirantes a ocupar un cargo en el Parlamento, será una jornada clave.

Ese dí­a -a tan sólo 72 horas de las PASO- se conocerá un dato que va a adquirir un protagonismo inusitado, antes de que millones de argentinos concurran a las urnas.

El INDEC dará a conocer la inflación de julio, que se convertirá en el hecho económico (y polí­tico) más importante antes del comicio. 

Sucede que, si la cifra es baja, el Gobierno podrá refrendar el éxito de su plan. Si es alta, en cambio, se acrecentarán las dudas sobre la gestión macrista, con todo lo que eso significa en términos electorales.   

Por lo pronto, el equipo de Mauricio Macri lleva todas las de perder, ya que es altamente probable que el número muestre un empeoramiento respecto de los meses previos.

Los funcionarios tomaron nota de este tema y la preocupación ya quedó instalada. Los datos que están manejando las consultoras lejos están de llevarles algo de alivio

No es para menos, ya que la última cifra de inflación que se conocerá antes del sufragio, la de julio, apunta a un preocupante 2%, muy superior a la de mayo (1,3%) y junio (1,2% a nivel paí­s).

Desde el punto de vista de la campaña, implicará un durí­simo revés para el oficialismo, dado que ha estructurado sus discursos sobre la mejora progresiva de este í­ndice.

¿Qué fue lo que pasó? Dos cosas, más allá de algunos incrementos de tipo estacional: dólar y combustibles.

Sorprende a muchos que el Ejecutivo no haya tomado medidas para evitar este repunte, ya que ambas variables son endógenas y, llegado el caso, fácilmente controlables.

Además de los funcionarios, los analistas de la City también tomaron nota de ambos incrementos que, por cierto, se suman a los de los cigarrillos, prepagas y varios alimentos altamente influenciados por el alza del billete verde.

Así­ como muchos economistas y empresarios no entienden por qué el macrismo permite que este rebote suceda (por el impacto que genera en la opinión pública), tampoco logran interpretar cómo le deja ese flanco débil a la oposición para que formule sus crí­ticas.   

En rigor de verdad, esto ha suscitado un áspero debate dentro del propio oficialismo: el ala más "polí­tica" reprocha el aval otorgado a la suba de los combustibles. También, la lí­nea "no intervencionista" del Banco Central en el mercado cambiario.

Para este grupo, es claro que se corren riesgos innecesarios. Esgrimen como argumento la historia electoral argentina: no es para nada común que los gobiernos tomen medidas de este tipo con elecciones tan cercanas. Mucho menos, si son trascendentales.

¿Condenados a las tasas altas?Con premura, el Gobierno salió a festejar el 1,2% a nivel nacional de junio: "Seguimos dando pasos en la lucha contra la inflación. Seguimos haciendo lo que hay que hacer", expresó Nicolás Dujovne.

Puertas adentro, el equipo de Hacienda mantiene una actitud ambigua para con el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger

En encuentros informales -que tanto el ministro como su segundo, Sebastián Galiani, mantienen con otros economistas-, suelen reprocharle al banquero central las elevadas tasas de interés.

Este tipo de crí­ticas también marcaron la tónica de la tensa relación entre el actual titular del BCRA con Alfonso Prat Gay.

Lo curioso es que, justamente, esa "mano dura" de Sturzenegger es lo que ha evitado que el repunte inflacionario sea aún mayor

Su firme postura se confirmó en estos últimos dí­as, cuando mantuvo la tasa de interés de referencia en niveles altos. 

Pero claro, esta decisión tiene su "lado oscuro": encarece el crédito, con lo cual se retrasa la recuperación de la inversión y del consumo.

En público, Dujovne y Galiani siguen manteniendo las formas. En privado, responsabilizan al jefe del BCRA por ser "inflexible" en su visión técnica. 

Sturzenegger, en tanto, prefiere tener cautela. Es por eso que mantuvo la tasa de referencia (pases) en el 26,25% anual, en un contexto en el que la denominada "inflación núcleo" se situó en 1,3% para el IPC Nacional (y en 1,5% para el de GBA). 

Es decir, en estándares todaví­a elevados en relación con el objetivo de desinflación que persigue la autoridad monetaria.

El escepticismo lidera las encuestasLos analistas de la City no tienen dudas respecto de que julio será un mes sumamente complicado en lo que se refiere al í­ndice de precios.

Más aun, el hecho de que el Gobierno haya avalado la suba en naftas y gasoil (7,2% y 6% respectivamente) y, al mismo tiempo, permitido un deslizamiento del tipo de cambio hizo que todos revean sus proyecciones.

"Entendemos que esta actitud de ´hands off´ por parte de las autoridades no ayuda a moderar la tendencia (inflacionaria), lo cual puede generar más costos que beneficios", afirma Javier Alvaredo, de la firma ACM.

Por este motivo, desde esta consultora anticipan que el actual contexto de "súper tasas de interés" se mantendrá durante varios meses más. 

Desde Economí­a & Regiones -fundada por el actual ministro del Interior, Rogelio Frigerio-, sugieren que el Banco Central adopte una postura más estricta si quiere evitar un rebrote inflacionario.

Su economista jefe, Diego Giacomini, señala a iProfesional que el í­ndice de precios de julio "estará cerca del 2%". 

"Mi previsión es que la última suba del dólar impactará en los precios. Es más, dentro de cuatro meses la inflación se comerá el alza del tipo de cambio de estas últimas semanas", arriesga.

La consulta, en todo caso, es por qué ocurre este pass through si la economí­a y el consumo están débiles o, dicho de otro modo, si no hay margen para que los bienes y servicios se encarezcan.  

Giacomini brinda una respuesta: "Buena parte de los argentinos se está pasando de pesos a dólares, no quiere quedarse en moneda local. Al caer la demanda de dinero, los precios tienen a subir."

Según sus proyecciones, después del 2% de julio la inflación se situará en un 1,3% promedio mensual. Es decir, el acumulado quedará por encima de las metas que el propio BCRA se autoimpuso. 

En LCG, la consultora de Martí­n Lousteau, también advierten sobre el í­ndice de este mes: "Los aumentos en combustibles, prepagas, cigarrillos, expensas y servicio doméstico establecen un piso de al menos 1%, al que hay que sumarle las consecuencias de la suba del dólar".

"El piso de la inflación ronda el 1,8%, aunque todaví­a quisiera analizar el impacto final que trae el avance del tipo de cambio, una variable que es clave", señala Javier Okseniuk, director de LCG.

El Estudio Bein hace referencia a números similares. También pronostica que los í­tems mencionados aseguran un 1%, al que habrá que añadirle, de movida, otro 0,2% por el efecto "arrastre" de junio.

Oksiniuk, plantea una cuestión que ha quedado vedada en medio de la campaña electoral: los aumentos en los servicios públicos que llegarán tras las elecciones, al igual que en el transporte público.

Según las estimaciones del director de LCG, los ajustes post comicios incluirán:

-Un 15% en los pasajes de trenes, colectivos y subtes.

-Un 11% promedio en las tarifas de electricidad.

-Un 32% en el precio del gas en boca de pozo, que se trasladarí­a a las tarifas domiciliarias y a las empresas recién en abril del año que viene.

FyE Consult, dirigida por el economista Hernán Hirsch, también da cuenta de una cifra que genera preocupación en el oficialismo: 2% en julio. A diferencia de sus colegas, le otorga una mayor ponderación al efecto estacional. 

"Se espera una estacionalidad al alza de aquellos precios ligados al turismo y al esparcimiento", afirma, al tiempo que advierte que el repunte del dólar recalentará el í­ndice

"Se reportan algunas subas a nivel mayorista, en artí­culos con alto componente importado, producto del debilitamiento del peso", expresa.

A esta altura, lo que ya queda claro y nadie discute es que Sturzenegger no podrá cumplir con aquello que se autoimpuso. 

De hecho, sólo en el primer semestre quedó consumido lo que él preveí­a como el piso de la meta anual (12%).

Para cumplir con su objetivo del 17% (techo), la cifra de aquí­ a fin de año no deberí­a exceder el 0,76% mes a mes. 

Por ahora, en el Banco Central descartan una revisión de la pauta establecida: "Modificar la meta es no tener meta. Preferimos explicar el incumplimiento", señala una fuente de la autoridad monetaria a iProfesional.

Así­ las cosas, el Gobierno se expone a recibir un duro revés en una de las variables que más "le duele" y que será tomada como punta de lanza por la oposición para desacreditar el actual plan económico. Para peor, el dato se conocerá a tan solo tres dí­as del voto popular.

El hecho de que le haya dado luz verde a las subas en las naftas y permitido un deslizamiento del dólar hace pensar a muchos que el Ejecutivo pecó de falta de timing

A otros, en cambio, les sugiere que su gran apuesta no son las PASO sino la pelea electoral que llegará después. Y que, para ese entonces, preferirá tener el terreno más allanado.