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El analista Pablo Gopp traza una mirada sobre el encuentro, que se dará luego de un largo período de diferencias políticas, institucionales y comerciales
19/07/2017 - 22:48hs

En los próximos días, del 17 al 21 de julio, la provincia de Mendoza albergará nuevamente a la Cumbre del Mercosur, repitiendo así el escenario de 2012.

Esta cumbre llega en un momento oportuno para analizar la situación actual del bloque, el cual se ha enfrentado en el último tiempo con diferencias políticas, institucionales y sobre todo comerciales.   

En este último punto se ha podido observar un claro deterioro, cayendo las exportaciones de sus miembros fundadores (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) de casi u$s350.000 millones en 2012, a apenas u$s260.000 millones en 2016.

Si bien esto en parte es debido al resultado de la baja general del comercio mundial, también es cierto que el bloque se ha ido debilitando, tanto puertas adentro, como hacia el exterior, perdiendo en definitiva participación en el mercado mundial, por lo que hoy el Mercosur representa el 1,68% de las exportaciones mundiales, reflejando un descenso del 12,5% en el período 2012-2016.

Uno de los temas más álgidos, en lo que respecta a la agenda de comercio exterior, sin dudas será en torno a la decisión unilateral del gobierno uruguayo de aumentar la tasa consular de 2% a 3% para las importaciones que provienen del Mercosur, y del 3% al 5% para las extrazona.

Esta medida fue tan significativa y generó tanto impacto entre los socios del Mercosur que seguramente se impondrá como uno de los principales temas de la agenda de la cumbre de Mendoza.

El día 21, los presidentes del Mercosur estarán cerrando la cumbre. Este encuentro sucede luego de un año y medio de no poder concretar una cumbre del bloque regional. Sin embargo, no hay grandes expectativas de lo que pueda resultar de ese encuentro, en base a las dificultades que atraviesa hoy la región.

La cara opuesta a la situación actual del Mercosur es la que viven los países más abiertos al libre comercio de la región, como Chile y Perú, quienes días atrás concretaron en la ciudad de Lima un encuentro binacional de ministros, siendo esta una muestra más de la integración política y comercial entre ambas naciones.

Durante el encuentro, donde se trataron temas de seguridad, defensa, comercio exterior, inversiones e integración, se firmaron 15 acuerdos y se convino un plan de acción bilateral de más de  100 proyectos en conjunto.

Este paso se suma a la Alianza del Pacífico, bloque en el que además de Chile y Perú, integran Colombia y México en nuestra región, el cual se ha convertido en el foro regional más efectivo para la promoción del libre comercio y la integración, marcando una profunda diferencia el Mercosur.

Pese a las diferencias y litigios fronterizos entre ambos países, Chile y Perú han logrado generar en las últimas décadas una fructífera relación comercial, siendo actualmente Perú el cuarto mayor receptor de  inversión chilena, en una cifra cercana a los u$s17.000 millones de dólares.

Muy por el contrario, el acuerdo de complementación económica entre Chile y Mercosur, luego de 20 años de vigencia, no registra la profundización en el comercio esperada, ya que actualmente se comercia 35% menos de lo esperado, según el informe publicado por el Observatorio de Economía Internacional del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).

Una fiel muestra de esto es que en 1996, al momento de entrar en vigor el acuerdo, el Mercosur representaba el 11% de las exportaciones y el 17% de las importaciones de Chile, y casi 20 años después en 2015, solo representaba el 10% del comercio total de Chile, abarcando el 7% del total exportado y el 13% del importado. 

(*) Pablo Gopp integra el equipo de especialistas del área de negocios de Comercio Exterior de Thomson Reuters para la región Latinoamérica.