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Otra vez caros en dólares: por inflación y "guerra" de monedas, se diluyó casi toda la devaluación macrista
21/07/2017 - 16:00hs

"Si sube, trae alerta. Si baja, hay polémica. Si se mantiene, inquieta". Con esta simple frase un banquero resume a iProfesional lo que sucede con el dólar en la Argentina.

Y bastante razón tiene. Hasta hace poco, los reclamos eran producto de una cotización con tendencia a la baja que complicaba a las economías regionales. 

Ahora que supera los $17, la mayoría de los economistas dice que su repunte impactará en el resto de los precios. Y cuando se mantuvo quieto, todos apostaban a que así no iba a permanecer durante mucho tiempo.

En rigor de verdad, todo esto es producto de la alta inflación. En otras palabras, si el índice fuese bajo -del orden de un dígito- el billete verde no tendría tanto protagonismo. Pero para eso habrá que esperar, con suerte, al menos un par de años.

Por lo pronto, la suba del orden del 10% que ha experimentado el billete verde desde mediados de mayo generó todo tipo de especulaciones, y llevó a los analistas a ajustar sus proyecciones para este segundo semestre.

Para los sectores que dependen de su cotización para medir la competitividad cambiaria, el incremento fue bien recibido, ya que recorta el deterioro frente al resto de los precios de la economía.

Los motivos de esta suba son de lo más variados y consecuencia de factores tanto externos como internos.

Por lo pronto, "muestra que el esquema de flotación está expuesto a saltos abruptos del tipo de cambio nominal", señalan desde Macroview. 

A lo largo de la era Macri, los incrementos observados fueron "tres veces por factores externos y dos por cuestiones locales", agregan desde el estudio dirigido por Rodolfo Santángelo.

Entre los primeros, se destaca la decisión de EE.UU. de ir normalizando su política monetaria, que se tradujo en un alza de la tasa de interés y en la mayor fortaleza del dólar en varios países de la región. También, a raíz de la crisis política en Brasil.

En cuanto a los factores internos, se cuentan la incertidumbre que trae la previa electoral, la menor oferta frente a una demanda sostenida y la decisión del Banco Central de no intervenir en el mercado.

Relación cambiaria, en términos nominalesPara "medir" la competitividad cambiaria, más que la cotización que muestran las pizarras de la City, los empresarios que venden al mundo siguen de cerca el llamado Tipo de Cambio Multilateral.

¿Qué significa? Básicamente, este índice mide los precios relativos de los bienes y servicios de la economía argentina y los compara con los de los 12 principales socios comerciales del país.

Se confecciona en función del flujo de comercio de manufacturas. Y se obtiene un promedio ponderado de los tipos de cambio "reales" (descontada la inflación) de cada nación.

Desde que se levantó el cepo al día de hoy, este indicador, en términos nominales, muestra una suba con respecto a varias monedas:

- Real brasileño: 50%

- Euro: 35%

- Yuan: 20%

El siguiente gráfico permite observar tal evolución:

Es decir, en términos nominales, las estadísticas dan cuenta de una mejora significativa. Pero claro, si se considera la inflación la cuestión cambia radicalmente.

Según el economista Miguel Ángel Broda, el tipo de cambio real multilateral (TCRM) se ubicó en junio "apenas" 12,5% por encima del de noviembre de 2015.

¿Qué significa? Que de toda la devaluación acumulada de la era Macri, queda poco y nada.

En otras palabras:

- Que la competitividad cambiaria no mejoró demasiado, pese a que el dólar subió desde un nivel cercano a los $13 (diciembre 2015) a más de $17 (actual).

- Que la Argentina se ha encarecido en términos de "moneda dura" a lo largo de ese lapso.

- Que la inflación se "devoró" casi todo el repunte del dólar que tuvo lugar en la actual gestión (esto, claro está, producto también de los movimientos de las otras monedas).

El TCRM es un indicador muy importante, ya que es una de las formas de medir qué tan caro o barato está un país, dado el valor relativo de su moneda. 

Analizar la dupla "dólar vs. inflación" en la Argentina y comparar esa evolución con la de las mismas dos variables para el caso de los socios comerciales, permite diagnosticar si hay atraso cambiario y qué tan importante es.

El Banco Central parte de un nivel de referencia de 100 puntos el día de la salida del cepo:

- Por debajo de 100: la Argentina se encarece (pierde competitividad cambiaria)

- Por encima de 100: el país se abarata y encuentra condiciones más favorables para vender sus productos 

Desde su piso de los primeros días de mayo de este año (82 puntos), el TCRM escaló hasta alcanzar los 90 puntos a mediados de julio (ver gráfico).

"Un avance del 10% en menos de dos meses no es poco", afirma el economista Federico Muñoz. 

Pero rápidamente aclara: "Esto no significa que alcance para devolverle competitividad a sectores de bienes transables complicados por el atraso cambiario". 

Haciendo un poco de historia con el TCRM:

- En los días finales del cepo, apenas superaba los 70 puntos.

- La primera devaluación macrista y los movimientos de otras monedas lo llevaron a 107 puntos (marzo 2016).

-Este abaratamiento que había logrado Argentina (mejora cambiaria) comenzó a diluirse hasta tocar su punto más bajo en mayo de 2017. 

- Aún subsiste parte de esa mejora con respecto al nivel tenía sobre finales de la gestión K (+20%)

- Sin embargo, no alcanza para revertir los problemas acumulados de competitividad 

- Hablando en plata, incluso con un tipo de cambio por encima de los $17, todo resulta más caro que cuando era de $16 (marzo 2016).

"El precio actual, de más de $17, sólo supera en términos reales al valor ridículo del dólar de fines de 2015, previo a la unificación cambiaria del 10 de diciembre", afirman desde Macroview. 

Desde el punto de vista competitivo, sus analistas consideran que la cotización actual todavía resulta insuficiente como para que la mayoría de los exportadores e industrias que compiten con Brasil y con otros destinos estén más cómodos.

Mucho tiene que ver en esto el avance de la inflación local, sustancialmente más alta que en el resto del "vecindario". 

Según Jorge Vasconcelos, economista jefe del IERAL, "desde julio de 2016 el dólar subió 14%, mientras que los precios minoristas lo hicieron un 22% y los salarios, un 24%". 

Bajo su óptica, la paridad actual parece más bien una corrección de desfases anteriores que un preludio de turbulencias.

"El régimen de flotación puede deparar saltos como el experimentado en los últimos 50 días. En realidad, no está mal que así suceda, ya que impide las sangrías de los depósitos", agrega Vasconcelos.

Pese a la disparada del billete verde de los últimos días, Broda señala que "el atraso cambiario es muy fuerte" y agrega que el "equilibrio es más que $17". 

Desde el Gobierno no lo ven así. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, considera que el tipo de cambio multilateral hoy día es entre un 15% y 20% más competitivo que el de 2015. 

En cuanto a lo que pueda suceder, para el Mario Brodersohn, director de Econométrica, "el gradualismo en 2018 comenzará debilitado por las consecuencias de las políticas aplicadas este año".

En su visión, ese "ir de a poco" en el recorte del gasto lleva al Gobierno a "utilizar el tipo de cambio y a las tarifas públicas como ancla anti-inflacionaria". 

País por paísSi bien el TCRM toma en cuenta qué sucede con los principales socios en forma agregada, resulta interesante el análisis individual.

Este detalle permite inferir cómo le va a los sectores que comercian con cada uno de esos países.

En ese sentido, en lo que va del año:

- El TCRM se redujo un 0,8%

- Si se lo mide con EE.UU., cayó casi 4%

- Con Brasil, bajó cerca del 3,6% 

- Frente a China, descendió 1,5% 

Por cierto, estos tres países concentran el 65% del comercio exterior argentino. 

En sentido inverso, se observa una mejora (12%) con México y con la zona Euro (3%).

Considerando lo sucedido desde la salida del cepo y tras el ajuste del 17 de diciembre de 2015, el atraso ronda el 10%.

Las caídas más importantes son las relacionadas con China (-20%), EE.UU. (-16,5%) y la zona Euro (-14%).

Por cierto, no todo pasa por el dólar a la hora de analizar qué tan competitiva puede ser la Argentina. 

La pesada "mochila" de impuestos complica aún más a todas las empresas que quieren colocar sus productos en las góndolas del mundo.

"El sistema impositivo castiga al trabajo y la inversión productiva, tenemos que bajar la carga tributaria. Debemos trabajar sobre los costos, sobre los impuestos y tener energía más barata".

Estas afirmaciones no fueron pronunciadas por alguien opositor al Gobierno. Salieron hace pocos días nada menos que de la boca Mario Quintana, "ojos, oídos e inteligencia" de Macri, tal como él mismo lo definió.