Comienza una semana cargada de tensiones en la City, tras haberse recalentado el mercado cambiario en las últimas jornadas y haberse encendido nuevas alarmas, en la que desde los distintos sectores económicos pondrán la lupa en el precio del dólar.

En esta puja, cuyos participantes poseen diversos intereses entre sí, influyen exportadores, importadores, bancos, empresas e inversores.

A todos, de una forma u otra, los afecta el rally ascendente del último tiempo del billete verde.

Es que el viernes pasado el tipo de cambio alcanzó un nuevo valor máximo histórico, al alcanzar los $17,41 en el segmento mayorista, y así acumular una escalada durante lo transcurrido de julio de 78 centavos, o 4,7%.

Y si se toma en cuenta que, en la sumatoria de todo el 2017, la devaluación ya es de 9,6%, se puede concluir que en el último tiempo aceleró su ritmo y que está acercando posiciones respecto a la inflación de este año.

Es decir, se arrimó notablemente a la suba de precios de la economía de los primeros siete meses del año, que se ubica en torno al 12%.

Algo similar ocurrió con el minorista, que en la última rueda hábil cerró a $17,66 promedio, según el relevamiento realizado por el Banco Central, y en toda la última semana subió 52 centavos (3%).

Parte de esta inestabilidad en el precio del dólar, se sustenta en un contexto signado por cifras contradictorias de la economía, en el que algunos sectores muestran datos de crecimiento y otros, en cambio, caras preocupantes.

A ello se le suma el nerviosismo que genera en la City la previa política a las elecciones parlamentarias, en las que el Gobierno tiene una contienda reñida con una oposición fragmentada y en la que hace ruido la vuelta a escena de Cristina Kirchner.

Además, la notoria volatilidad de los últimos días se justifica en la participación activa de los distintos actores del mercado, que cubren sus posiciones para no quedar en "offside" y quedan ubicados de diferente manera frente a la coyuntura.

Los tres grandes grupos que generaron esta fuerte oscilación son:

-Por un lado, bancos, empresas e inversores salieron a comprar divisas en las últimas semanas para cubrir posiciones y no quedar tan expuestos en pesos, sin importarles pagar, hasta el momento, el precio ascendente del billete estadounidense.

Es que hasta hace no mucho tiempo atrás, cuando el valor del dólar estaba planchado, el juego del mercado pasó por aprovechar la interesante rentabilidad en moneda nacional que ofrecían las Letras del Banco Central, y así se deshicieron de carteras en moneda extranjera para posicionarse en pesos.

Ahora, los contextos tanto nacional como internacional cambiaron las prioridades, y los llevaron a volver a equilibrar sus tenencias. De hecho, un rendimiento de las Lebac, que desde la semana pasada se ubica en 26,5% anual -unos 25 puntos básicos por encima de la tasa de referencia de política monetaria-, por ahora no alcanza a frenar la disparada del billete verde.

Esto se comprobó la semana pasada, cuando en su licitación mensual el Banco Central no logró renovar 11% de los vencimientos de $530.000 millones de sus Letras, lo que generó una expansión al mercado de unos $80.000 millones, que en parte fueron a dolarizarse.

El incremento sostenido en la demanda de la moneda estadounidense generó que para fin de año ya se esté negociando en el mercado de futuros del Rofex un dólar a $19,10, lo que se traduciría en una devaluación para el 2017 de 20,3%. Un nivel muy similar a la inflación proyectada (22%) por los economistas para el mismo período.-Agroexportadores liquidan menos. La suba del dólar también se debe a que en las últimas ruedas bajó considerablemente la oferta de divisas.

Desde los que comercializan sus productos en el exterior siempre se repite el mismo comportamiento: cuando el billete sube con virulencia, se intenta liquidar lo menos posible, y apretar bien los granos, para poder ver hasta qué precio máximo se puede alcanzar, y no salir perdiendo rentabilidad.

La cuestión no es pareja para todos, ya que para algunos agroexportadores una mejor cotización puede significar recuperar competitividad y conservar su lugar en el mundo. En cambio, para los que ya obtenían un nivel óptimo en sus negocios, representa una oportunidad especulativa por ganar más.

De acuerdo a operadores, la oferta de exportadores cerealeros fue de "sólo" unos u$s80 millones diarios (debería ser, al menos, de 50% más), pese a que el ciclo de comercialización de la soja finaliza a mediados de agosto.

-También los importadores tuvieron un rol central en esta escalada del dólar, ya que una variación significativa en el tipo de cambio les implica mirar con atención costos que incidirán en el producto final. Algo que no es igual en todos los casos, ya que dependerá del sector y la participación de los insumos traídos del exterior en el total del artítulo completo.

Además, según algunos rumores de mercado, muchos importadores incrementaron notoriamente su demanda y salieron a adelantarse a adquirir moneda norteamericana. Estas órdenes fueron para cubrirse respecto a una intención que existiría en el Gobierno de establecer "cuotas" en las importaciones, en especial, en los sectores económicos que se encuentran más golpeados por la coyuntura, como indumentaria, juguetes, calzado, entre otros.

De acuerdo a lo que afirmaron directivos de cámaras empresarias a iProfesional, ciertos funcionarios están comenzando a convocar a los grandes importadores para advertirles que sus niveles de compras al exterior no podrán superar los registros del año pasado.

"El mercado de dólar mayorista spot abrió el viernes híper demandado desde la apertura, con compras sostenidas de bancos privados con órdenes de importadores, que frente a liquidaciones reducidas de exportadores (por debajo de u$s100 millones), y alcanzó máximos históricos hasta que llegó a cotizar $17,45, y ahí apareció oferta en cantidad", resumieron el panorama cambiario desde Global Agro Brokers.

"La magnitud de esta escalada en el precio no se esperaba en el mercado, y muchos importadores están considerando trasladarlo a precios, lo que recalentaría la inflación. Creo que las autoridades deberían esterilizar más pesos", consideró Sebastian Centurión, operador de ABC Cambios.

Y concluyó: "Todavía no hay un techo para el valor del dólar, porque los exportadores no tienen obligación, ni apuro, para liquidar sus divisas, y están esperando ver hasta dónde llegará su cotización".

La semana pasada la licitación de Lebac inyectó más pesos y volatilidad al mercado, a lo que se sumaron los rumores sobre medidas puntuales, como la mencionada limitación a las compras al exterior.

Por eso, los próximos días serán clave para responder si el precio de dólar se "recalentó" y llegó a su máximo histórico por esos temas puntuales, o si el contexto político pre-electoral y las variables económicas son las que realmente están incidiendo en esta escalada.