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Equipo de Alphabet está desarrollando un sistema para almacenar energía renovable que de lo contrario se perdería. Aseguran que su costo es muy bajo
31/07/2017 - 21:00hs

El hermético equipo especial "X" de Alphabet -la matriz de Google-, tiene otra idea que podría salvar al mundo. Ésta, con el nombre clave de Malta, involucra piletas de sal y anticongelante.

El laboratorio de investigación de la tecnológica, que dio a luz al vehículo sin conductor de Google hace casi una década, está desarrollando un sistema para almacenar energía renovable que de lo contrario se perdería.

Puede ubicarse prácticamente en cualquier parte, tiene el potencial de durar más que las baterías de iones de litio y competir en precio con otros métodos existentes de almacenamiento de electricidad limpia, según los ejecutivos y científicos de X.

La iniciativa -aun no revelada- integra un puñado de proyectos en energía de X, que detenta un historial variado de proyectos ambiciosos como Google Glass y reparto con drones. Los capitalistas riesgo y, cada vez más, los gobiernos, han reducido los fondos y el apoyo a la tecnología y las empresas que giran en torno de alternativas a los combustibles fósiles.

Los proyectos de electricidad limpia de X todavía no fueron tan exitosos como sus coches autónomos, pero el laboratorio no se da por vencido.

“Si la fábrica de proyectos ambiciosos abandona un problema grande e importante como el cambio climático, quizá nunca llegue a resolverse”, dijo Obi Felten, directora en X. “Si queremos empezar a resolverlo, hay billones y billones de dólares en oportunidades de mercado”.

Felten dirige The Foundry, donde un equipo Malta integrado por menos de 10 científicos está probando un prototipo básico. Esta es la parte de X que trata de transformar los experimentos del laboratorio de ciencias en proyectos acabados con modelos de negocios emergentes, como sus globos Loon en altura para dar conexión a Internet.

Malta todavía no es un proyecto oficial de X, pero “ha eliminado riesgo” en un grado suficiente como para que el equipo busque ahora socios con el fin de construir, operar y conectar el prototipo de tamaño comercial a la red, dijo Felten.

Esto significa que Alphabet puede asociarse o competir con potencias industriales como Siemens AG, ABB Ltd. y General Electric Co. X está incursionando en un mercado que podría ver inversiones por u$s40.000 millones para 2024.

Este año se almacenarán aproximadamente 790 megavatios de energía y se espera que la capacidad global alcance 45 gigavatios en siete años. Las redes eléctricas existentes tienen dificultades con la energía renovable, un problema irritante que está impulsando la demanda de nuevos métodos de almacenamiento.

Los paneles solares y los parques eólicos producen energía alrededor de mediodía y por la noche, cuando la demanda disminuye. Esto obliga a las empresas de servicios públicos a descartarla prefiriendo las centrales de petróleo y carbón más predecibles y las centrales de gas natural para el consumo “pico”.

En el primer semestre de este año, California desechó más de 300.000 megavatios producidos por paneles solares y parques eólicos, ya que no existe una buena manera de almacenarlos. Esto es suficiente para alimentar decenas de miles de hogares. Aproximadamente el 4% de toda la energía eólica de Alemania fue desechada en 2015, según Bloomberg. Y China tira más del 17%.

Felten tiene particular entusiasmo en trabajar con compañías en China, consumidor voraz de energía, y un país donde casi todos los servicios web de Google están prohibidos. Antes de que esto ocurra, el equipo Malta debe transformar lo que actualmente es un prototipo de prueba inicial dentro de un depósito en Silicon Valley en un producto final que pueda fabricarse y sea lo suficientemente grande y fiable como para que las empresas de servicios lo conecten a las redes de electricidad.

El sistema mezcla una técnica establecida con componentes recientemente diseñados. “Piénselo, en un nivel muy simple, como un frigorífico y un avión”, dijo Julian Green, el gerente de producto de Malta.

Dos tanques se llenan con sal y dos se llenan con anticongelante o un líquido hidrocarburo. El sistema absorbe energía en forma de electricidad y la transforma en corrientes separadas de aire frío y caliente. El aire caliente calienta la sal mientras que el aire frío refrigera el anticongelante, un poco como una heladera.

La parte del motor de reacción: se activa un interruptor y el proceso se invierte. El aire caliente y frío se precipitan el uno hacia el otro, creando ráfagas potentes que giran una turbina y brindan electricidad cuando la red lo necesita. 

La sal mantiene su temperatura adecuada, por lo que el sistema puede almacenar energía durante muchas horas, e incluso días, dependiendo de cuánto aísle los tanques. Los científicos ya han demostrado esto como una técnica de almacenamiento plausible

La contribución de Malta fue diseñar un sistema que funciona a temperaturas más bajas, por lo que no requiere cerámicas y aceros especializados y costosos.

"La física termodinámica es bien conocida por cualquiera que haya estudiado lo suficiente en la universidad", dijo Green. "El truco es hacerlo a la temperatura adecuada, con materiales baratos, eso es muy atractivo".

X declinó compartir exactamente cuán baratos son sus materiales. El almacenamiento basado en sales térmicas tiene el potencial de ser varias veces más barato que las baterías de iones de litio y otras tecnologías existentes de almacenamiento a escala de red, dijo Raj Apte, ingeniero jefe de Malta.

La firma alemana de ingeniería Siemens también está desarrollando sistemas de almacenamiento de sal para sus plantas solares térmicas

Pero los precios de las baterías de iones de litio están cayendo rápidamente, según Bloomberg New Energy Finance.

Y Malta debe lidiar con los precios bajos del petróleo y del gas natural, una realidad de mercado que acabó con varias empresas que trabajaban en alternativas a los combustibles fósiles, señala El Financiero.

"Podría competir con el litio-ion", dijo el analista de Bloomberg New Energy Finance, Yayoi Sekine. "Pero hay una gran cantidad de desafíos que una tecnología emergente tiene que afrontar".