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Los cambios en los patrones de consumo y la presión impositiva son dos de los principales factores que afectan a esta actividad en Buenos Aires
02/08/2017 - 14:33hs

En el primer trimestre del año ya cerraron 400 restaurantes y echaron a 6.000 trabajadores del sector gastronómico, una foto de la situación por la que está pasando este segmento y que se vincula de manera directa con el consumo y los nuevos comportamientos de parte de los argentinos.

El delivery, compartir platos cuando se va a un restaurante y la vianda del mediodía para ir al trabajo atentan contra una manera tradicional de atender al negocio pero también a modalidades más modernas, como el menú ejecutivo, que es desplazado por otras alternativas.

"Hoy la gente se lleva el tupper con su comida a la oficina y ni consume los menúes ejecutivos. Una familia de cuatro personas no gasta menos de $1.200 para comer una minuta, pero nuestra estructura de costos es muy compleja y no podemos seguir trabajando a pérdida", explicó Verónica Sánchez, presidenta de la Cámara de Restaurantes de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés de Buenos Aires, al diario BAE.

Para la dirigente a los cambios de comportamiento en el consumo vinculado con la gastronomía se suman otros factores, como los gastos propios de la actividad. En este sentido, sostuvo que asumir la contratación del propio servicio de recolección de residuos, exigido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a partir de la implementación de la ley de basura cero, también generó impacto.

Y esto ocurre, según indicó, pese a que el sector no siempre es transparente en cuanto a la entrega de la factura o ticket por cada consumo que se realiza. Sánchez aseguró que "el 40% se va en impuestos. Algo que no pagan los restó de puertas cerradas, que tienen hasta su personal en negro y no dan factura".