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Perdido en Wall Street: el plan de reformas macrista, con dificultades para despertar el entusiasmo entre inversores
07/08/2017 - 11:07hs

El jueves y viernes de la semana pasada, en Miami, el clima era el ideal para ir a la playa.

La temperatura superaba los 30 grados y, salvo el típico chaparrón de la media tarde, nada podía arruinar los planes de miles de turistas que en forma masiva se habían trasladado a la arena.

Un grupo de representantes de fondos de inversión y banqueros de Wall Street aprovechó las bondades climáticas del verano boreal para armar un encuentro cerca del mar.

La idea era pasar un par de jornadas juntos para intercambiar visiones, información de varios mercados y compartir un poco de recreación. Un buen plan aunque algo inusual en un negocio tan competitivo.

La Argentina fue una de las protagonistas de esos análisis. A pocos días de las PASO, los allí reunidos compartieron una primera conclusión: que la paciencia de los inversores para con el país tiene un límite.

Lo llamativo es que ese diagnóstico común va más allá del mero resultado electoral: en Wall Street empiezan a ver con preocupación las limitaciones de la administración Macri para encarar las profundas reformas pendientes.

Precisamente, ese tipo de cambios es el que inversores internacionales consideran imprescindibles para que la economía vuelva a ser competitiva, en un mundo que cada vez lo es más, y así pueda atraer inversiones de porte.

"A partir de 2018, la Argentina necesitará sí o sí de inversiones reales. Se va acabando el tiempo en el que todo se resuelve con más endeudamiento externo".

Este fue una de las opiniones más compartidas, brindada a iProfesional por uno de los 24 asistentes a la "Ronda de Miami", tal como los propios autoconvocados bautizaron al encuentro informal.

Entre los analistas, también hubo consenso en que la actual estrategia del Gobierno sólo sirve para el corto plazo. De cara al mediano y largo, la realidad impone que se tomen (desde ahora) iniciativas de otro tipo, más contundentes. Por ahora, sólo están en el terreno de las promesas.

En este contexto, para analistas e inversores que a diario siguen con atención los avatares domésticos, el peso específico de las próximas elecciones en esa agenda hasta resulta relativo.

"Es obvio que si gana Cristina Kirchner, Macri quedará debilitado políticamente y estaremos hablando de otro escenario mucho más complejo", fueron las palabras de uno de sus asistentes.

Además, de ese encuentro surgió una conclusión compartida por los ejecutivos de estos importantes fondos de inversión con presencia a nivel global: "Aun triunfando el oficialismo, se le hará muy difícil cumplir con una agenda difícil pero más que necesaria".Dudas más allá de las eleccionesExisten algunas claves para comprender el escepticismo con el que estos financistas observan la realidad argentina.

1.- La primera es fundacional: refiere al "error en el diagnóstico" inicial por parte del equipo económico respecto del comportamiento de los precios y la influencia del tipo de cambio.

Al asumir, una de las posturas fue que los empresarios en sus cálculos ya tenían incorporado un dólar de $15, que era la cotización del blue de aquel entonces, y no un oficial de $10.

El shock inflacionario del año posterior fue, a ojos de estos ejecutivos, una prueba de ese yerro.

Otro gafe fue la tan mentada "lluvia de inversiones". Este desliz, más que político, dejó en evidencia la gran falencia de la economía local: su escaso atractivo en términos de competitividad.

En este sentido, ya nadie discute internamente ni en el exterior que la Argentina es un país muy caro incluso medido en dólares.

2. - En los papeles, el Gobierno se hace cargo de este gran problema, que aleja proyectos productivos y desalienta desembolsos de magnitud.

De hecho, aun en medio de la campaña, el propio Macri es quien propone llevar adelante una reforma impositiva y una laboral para revertir esta situación.

El problema es que, tal como algunos banqueros de Wall Street sugieren, quedó fuera de timing.

Es decir, señalan que en la segunda parte de su mandato, ya no contará con la misma fortaleza política como para liderar esas modificaciones estructurales que deben encararse apenas asume un Presidente.A menos, claro, que en octubre gane en las urnas con una diferencia que, al menos al día de hoy, nadie pronostica.

3.- La debilidad política y el déficit fiscal dejaron su sello en el encuentro de banqueros internacionales.

En la "Cumbre de Miami", se convencieron de que aún no hay certezas ni muestras claras sobre la concreción de reformas clave pendientes para después de octubre.

En diálogo con iProfesional, así lo resumió uno de los banqueros que participó del convite: "El Gobierno quiere mostrarse seguro, liderando iniciativas en las que podrá avanzar independientemente del resultado electoral".

En su visión, esto tiene que ver con su manera de mostrar gobernabilidad. "Persisten las dudas. Macri mantiene el mismo razonamiento de inicios de la gestión, cuando se negó realizar un pacto social para no repartir el poder. Muchos creemos que esa estrategia estuvo equivocada", expresó.

De manera retrospectiva, en Wall Street sostienen que este tipo de errores -que consideran estratégicos- impidió alcanzar una meta más ambiciosa en el plano fiscal, que solamente se sostuvo por los cortes en los subsidios energéticos.

"Todo este combo, menores inversiones a las previstas inicialmente, alto déficit en las cuentas públicas, shock inflacionario y dificultades en lograr las metas del Banco Central fueron condicionando el segundo año de Cambiemos", sostuvo la fuente.Los wallstreeters y la agenda de MacriPara los agentes económicos, la presión alcista sobre el tipo de cambio de las últimas semanas no debe ser interpretada sólo como una reacción del mercado ante la supuesta fortaleza electoral de Cristina.

"La cuestión de fondo, la matriz, tiene que ver con las dificultades propias con las que se encuentra el Gobierno", aseguró otra de las fuentes.

Consideró que aún quedan cuestiones muy complejas por resolver y que para ello se requerirá de un gran poder político.

"Ese momento ya pasó, salvo que Macri triunfe por amplio margen", dijo.

El Ejecutivo no es ajeno a la preocupación que aflora en los grandes centros financieros. Es por ello que en las últimas jornadas emitió pronunciamientos que han sido interpretados como un claro guiño a los financistas.

Entre ellos, se destaca la promesa de una reforma del sistema tributario con especial énfasis en los impuestos que gravan al trabajo. A estos compromisos se les suma a una nueva quita de los subsidios a las tarifas de los servicios. Todo para después de las elecciones de octubre.

La agenda post electoral ya está instalada en algunos despachos oficiales. Sebastián Galiani, segundo de Nicolás Dujovne en el Palacio de Hacienda, tiene a su cargo la redacción de la reforma impositiva.

El borrador ya está en poder de Macri, pero el Presidente recién lo pondrá en consideración de los gobernadores después de los comicios. "Para dar a conocer la propuesta vamos a esperar. No queremos quemarla", asegura a iProfesional un hombre cercano al titular de Hacienda.

La fuente no habla exclusivamente de las peleas políticas. En los despachos oficiales también son celosos del denominado "mercado".

"Nos viven corriendo el arco. Recuerdo que todos los empresarios y analistas decían que si el blanqueo salía bien, el Gobierno iba que salir muy fortalecido, tanto en los números como en la confianza", afirma la fuente.

"Como quedó demostrado al poco tiempo, no alcanzó con que hayamos superado todas las expectativas que al rato ya nos criticaban por la cuestión fiscal", expresó.

El Gobierno juega una carrera contra las expectativas, a veces pesimista, que fluye desde los centros financieros internacionales. Es por eso que los datos sobre los "brotes verdes" en varios sectores generó tanta algarabía en los despachos oficiales.

Como contrapartida a ese entusiasmo, en Wall Street circula un informe que inquieta a los funcionarios. Y no porque desconozcan esos números, sino por el impacto que ese reporte pueda producir a corto o mediano plazo en la principal plaza financiera global.

Refiere a que la Argentina es el tercer país, entre los emergentes, con mayor cantidad de bonos de la deuda "flotando" en el mercado: un 6,5%, por encima de México (6,2%) y Brasil (4,2%).

La capacidad de gestión de la propia administración también es evaluada de cerca por los financistas.

El presidente de Mercedes Benz Argentina, Joachim Maier, puso en letras de molde lo que muchos piensan en el "círculo rojo": "El Gobierno no ha implementado ninguna reforma estructural. Lo que hizo es redistribuir subsidios e impuestos".

En los mercados financieros están oteando más allá del "efecto Cristina". La mira está enfocada en la productividad del propio Ejecutivo, bajo un escenario político que claramente será distinto al de los primeros dos años.