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"Tenemos que ir desdolarizando la economía, poco a poco los argentinos vamos a ir teniendo tranquilidad", completó el funcionario 
07/08/2017 - 13:11hs

El presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, manifestó su preocupación porque en la entidad "había 14.000 préstamos hipotecarios preaprobados que se demoraban en ejecutar y en muchos casos se debió a que la casa a comprar se le escapó de la posibilidad del crédito" con la escalada del dólar.

"Estamos preocupados por una burbuja inmobiliaria", detalló el economista."Tenemos que transitar esta burbuja, no estamos en condiciones de poner límites a los precios de los inmuebles, esto no es un cupo, hay que tener tranquilidad, ir juntando la plata, que en seis, 12 o 18 meses va a estar la disponibilidad", confió González Fraga en declaraciones radiales.

Y consideró que "las fondos no se van a agotar, no hay que desesperarse por el tema" a la vez que espera que "el juego de la oferta y la demanda sea razonable".

"Tenemos una historia de sobresaltos, tenemos que ir desdolarizando la economía, poco a poco los argentinos vamos a ir teniendo tranquilidad", completó el funcionario, para quien la batalla contra la inflación sigue siendo lo primordial de cara a conseguir un boom de inversiones.

En diálogo con iProfesional, González Fraga, dio respuesta a las siguientes inquietudes:

– ¿Cómo ve a la economía? ¿Coincide en que cuesta crecer, más de lo que se pensaba?– Le creo al ministro Nicolás Dujovne cuando nos dice que creceremos 3 puntos o incluso algo más. Ese es el promedio; al interior de los sectores existen realidades bien diferentes. Por un lado, el agro y la construcción, con una expansión más fuerte que el resto; la minería y, por otro lado, algunos rubros industriales. Está claro que a los textiles y a los calzados les está yendo mal.

– ¿Y por el lado del consumo? Tampoco hay buenos resultados…– Hay una recomposición del consumo. El poder adquisitivo vino mejorando en el último año, y hoy ya se encuentra en el mismo nivel que en 2015. Pero, ojo: se está dando una nueva ponderación del gasto. La gente gasta más dinero en comprar alimentos, ya que se encarecieron más que otros rubros. Y también se le va una porción mayor del presupuesto familiar en pagar las cuentas de energía. Ahora bien, hay un tercer aspecto muy interesante para tener en cuenta.

– ¿Cuál?– Debe haber unas 500.000 familias que quieren sacar un crédito hipotecario y que están ahorrando. En el Banco Nación tenemos 104.000 familias en espera de su crédito. Ese ahorro queda a la vista en la estadística del Banco Central: forma parte de la legión de personas que, mes a mes, compra dólares en los bancos. Lo hacen para calificar y conseguir el ansiado crédito para la vivienda. Muchos creen que esta tendencia es mala porque en la Argentina no está afincada la cultura del ahorro; está mal visto. Pero otros países lo tienen muy instalado.

– ¿Y no cree que esta incipiente recuperación pueda aplacarse cuando, el próximo año, el Gobierno ponga el foco en el achicamiento del déficit fiscal, tal como prometió?– De algo estoy seguro: las metas fiscales no se van a lograr promoviendo un ajuste en el consumo. Se puede lograr con una inversión privada más pujante, que el año que viene seguro vamos a tener, que se haga cargo de lo que este año fue pura inversión pública.

– Algunos economistas promueven un ajuste más fuerte. Argumentan que es imperioso ordenar las cuentas públicas. ¿Coincide con ellos?– No. Yo soy un ferviente gradualista, y de la primera hora.

– ¿El actual valor del dólar es óptimo? ¿O seguimos con retraso cambiario?– Hace 45 años que defiendo un tipo de cambio flotante. A mí no me vengan con retraso cambiario… El valor del dólar es el que debe ser porque el Banco Central definió que ese precio lo pone el mercado. Y así es: este es el dólar real.

– Algunos de sus colegas cree que, en las últimas semanas, la cotización subió demasiado rápido. Y que puede haber un traslado a los precios…– Tenemos que madurar. Algún día, el tipo de cambio fluctuará y esa volatilidad no se trasladará a los precios. Es lo que ocurre en países como Chile. Que quede clara una cosa: acá no hay otra alternativa primaria que no sea bajar la inflación.