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El cuñado de De Vido pagaba $1.500 por una habitación. Pese a que estaba prófugo hace 9 meses, no se escondía y hasta fue a bailar varias veces
07/08/2017 - 15:39hs

Claudio "El Mono" Minnicelli fue atrapado en Chapadmalal. La Policía bonaerense lo detectó cerca de su escondite tras la denuncia de un vecino seducido por la recompensa de 250.000 pesos

De acuerdo al relato de los testigos que convivieron los últimos tres meses con el cuñado del ex ministro Julio De Vido, nada de su comportamiento hacía creer que se trataba de uno de los prófugos más buscados de la Argentina.

Juan Castillo fue quizás una de las personas que más trato tuvo con "El Mono". A él le pagaba todas las semanas $1.500 por el alquiler de una habitación con baño privado y una pequeña cocina comedor. Y a su despensa iba todos los días a comprar alimentos.

"Estuvo tres meses acá. Nunca lo visitó nadie. Caminaba por las calles de Chapadmalal solo, como un vecino más. Nosotros tenemos televisión, tenemos todo, pero nunca lo habíamos visto. Nunca supimos que podía ser un prófugo de la Justicia", contó Castillo.

El contraste con sus días de bon vivant fue notorio. Durante sus años cercanos al poder, Minnicelli había forjado un perfil público rimbombante, que incluyó un casamiento en el Tattersall del Hipódromo de Palermo con la mediática Celina Rucci. La relación terminó mal desde lo afectivo y desde lo económico, con una quiebra de por medio.

El domingo a la tarde lo detuvieron lejos de los lujos de los que se ufanaba en las redes sociales antes de ser buscado por la Justicia. Estaba en la despensa. 

A 250 metros de la comisaría cuyos efectivos probablemente lo cruzaron en varias ocasiones. Es que frente al destacamento había una tienda en la que el ex de Rucci solía hacer compras.

Hubo una de sus costumbres que no pudo abandonar durante su cautiverio. Durante las pocas semanas que vivió en Chapadmalal, el cuñado de De Vido se las ingenió para integrarse a un grupo con el cual fue a bailar a Mar del Plata en un par de oportunidades.

"Nunca se cuidó. Charlaba con todo el mundo. Saludaba. Era una persona tranquila", dicen.

Probablemente uno de esos descuidos fue el que llevó a un vecino a posar la atención sobre este hombre que había llegado hace tres meses para -según repetía- trabajar en un vivero de Sierra de los Padres. Ahora esa mentira se terminó. De las otras se ocupará la Justicia.