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La mayor distribuidora de gas del pais ganó $718 millones gracias a un mecanismo contable de revalúo de sus activos y no por efecto de la suba de tarifas
09/08/2017 - 12:00hs

No fueron los aumentos de tarifas ni el mayor uso de las estufas durante el invierno lo que le permitió a Metrogas poder zafar de una eventual disolución de la sociedad que hasta estos días pesaba sobre el futuro de la mayor distribuidora de gas de la Argentina.

La empresa venía arrastrando fuertes pérdidas en todos sus balances, producto de más de una década de congelamientos tarifarios llevados a cabo por el anterior gobierno kirchnerista. Esta política, modificada tras el desembarco de Cambiemos en la Casa de Gobierno, le impidió a la sociedad adecuar sus ingresos al constante incremento de gastos y le generó un impacto negativo en la generación de fondos. El último balance con ganancias data de 1999, antes del congelamiento de tarifas y cuando registró una rentabilidad de $42 millones.

Incluso, al tener que sostener altos costos de operación y tarifas congeladas, la situación económico-financiera de la sociedad no le permitió generar fondos líquidos suficientes para afrontar vencimientos de su deuda financiera. Y en 2010 su directorio optó por la apertura del concurso preventivo de acreedores, el cual obligó a las autoridades de ese momento a nombrar un interventor. Esta situación se extendió hasta febrero de 2013, cuando pudo reestructurar su pasivo con la emisión de nuevas Obligaciones Negociables (ON) con vencimiento en 2018.

Sin embargo, a tal punto las constantes pérdidas fueron minando los recursos de Metrogras que en 2014 ingresó en los causales de disolución establecidos en el artículo 94 inciso 5) de la Ley General de Sociedades Nº 19.550. Es decir, en el impedimento de una continuidad societaria por la pérdida de capital social, situación que ni siquiera logró revertir con el impacto del nuevo marco tarifario.

De hecho, el año pasado registró un rojo de $604 millones contra $560 millones de 2015. Sin embargo, su directorio encontró una fórmula para terminar con esa “espada de Damocles” vinculada a la posibilidad de ser disuelta y su concesión relicitada.

La medida surge de la lectura del último balance enviado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y que corresponde al primer semestre de este año. Por primera vez en casi 10 años, los resultados son positivos en $718 millones gracias a una política de revaluación de sus activos. La estrategia derivó en un aumento de su patrimonio con un capital social que asciende a $569 millones, saliendo así de las causales de disolución.

En busca de capital

Fuentes de Metrogas explicaron a IProfesional que, en junio pasado el directorio de la distribuidora aprobó una nueva política contable de valuación de activos considerados esenciales por el método de una revaluación con fecha efectiva al 1º de abril. En este revalúo la empresa incluyó los ramales de alta presión, conductos y redes en media y baja presión, estaciones de regulación y de medición de presión, así como otras instalaciones de medición de consumos y redes de terceros, además de propiedades, planta y equipos propios.

Dejó de medir esta infraestructura como costos y optó por un nuevo modelo de revalúo “de modo de reflejar el valor razonable de esos bienes de conformidad con las normas internacionales de información financiera”, según consta en el acta que la sociedad envió a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

En el documento se agrega que “dicha cuenta de revalúo disminuye por el consumo, retiro y disposición de los activos esenciales, con contrapartida en la cuenta de resultados no asignados del patrimonio neto, sin afectar al estado de pérdidas y ganancias y al rubro de otro resultado integral del período.

El revalúo de activos fue encomendado por Metrogas a un grupo de peritos expertos independientes que actúan como asesores del directorio. Según los ejecutivos, el efecto en el patrimonio neto del cambio de política valuatoria de activos y el nuevo marco tarifario le permitirán ir recomponiendo de manera definitiva su ecuación.

Como paso adicional, la sociedad aprobó la creación de un programa de Obligaciones Negociables (ON) por hasta u$s600 millones que todavía no tiene fecha cierta de lanzamiento pero que le servirá para obtener fondos de los mercados de capitales con el objetivo de seguir readecuando su caja.

Mientras tanto, el futuro de YPF como principal accionista de Metrogas quedó postergado para el año próximo, mas allá de que el Gobierno, a través de una resolución del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), ya le pidió al directorio de la petrolera estatal que salga del capital de la distribuidora.

Lo hizo con una medida publicada en febrero pasado en la cual solicitió que la adecuación de la composición accionaria tenga consonancia con el plazo previsto por la Ley de Emergencia y en cumplimiento con el artículo 34 de la Ley 24.076. Es decir, que lleve a cabo una desinversión en la mayor distribuidora de gas del país, con 2,2 millones de clientes en Capital Federal y GBA.

En la actualidad, YPF posee 70% de las acciones de Gas Argentino (GASA), holding controlante de Metrogas. El 30% restante se lo reparten ANSeS (8,13%); el personal (10); y acciones que cotizan en las bolsas de valores de Buenos Aires y de Nueva York. 

Desde el Ministerio de Energía que conduce Juan José Aranguren impulsan la aplicación de parte del artículo 34 de la mencionada ley en el cual se advierte que “ningún productor o grupo de productores, ningún almacenador, ningún prestador habilitado como transportista o grupo de los mismos o empresa controlada por, o controlante de los mismos, podrán tener una participación controlante, de acuerdo a lo definido en el Artículo 33 de la Ley N° 19.550, en una sociedad habilitada como distribuidora”.

En este sentido, YPF cumple con esos requisitos y como Metrogas es una empresa distribuidora, debe reducir su tenencia o poner en venta sus acciones.

El pedido hace meses que fue remitido por Metrogas al directorio de YPF para que sea evaluado por su grupo controlante. Hasta ahora, no hubo pronunciamiento de parte de los ejecutivos de la petrolera, mas que nada porque no hay consenso interno en acatar esta orden. Un sector quiere desinvertir mientras que otros directores pretenden sostener la titularidad de YPF en Metrogas. Y los abogados de la petrolera, luego de haber tomado vista de la resolución, siguen analizando las acciones a aplicar aunque sin mayores avances. 

Mas que nada porque la resolución del Enargas no especifica plazos sino que da comienzo al proceso de adecuación del capital. También se iniciaron especulaciones sobre si YPF deberá vender todas sus tenencias o reducirlas a menos del 50%.

De todos modos, desde el Gobierno la decisión es reprivatizar Metrogas con la  venta, en lo posible a un grupo extranjero para sumar jugadores al mercado energético.

Mas aún, la orden del presidente Mauricio Macri al equipo encargado del mercado energético fue que Metrogas se encuadre en la Ley 24.075, sancionada en 1992, que prohíbe a una empresa productora y transportadora como es YPF asumir el control de una distribuidora como Metrogas. El capítulo 34, referido a las limitaciones, fue incluido “para evitar conductas anticompetitivas, monopólicas o discriminatorias”.

Fue el kirchnerismo el que en 2013 permitió lo contrario mediante la Resolución 1/2566 D firmada por el entonces interventor del Enargas, Antonio Pronsato, en la cual se argumentó que “no existen obstáculos que impidan aprobar la compra‘ de Metrogas por parte de YPF”.

El ex funcionario fue mas allá y sostuvo que los objetivos de la Ley del Gas no eran violados por YPF y que la operación “redundará en un sustancial beneficio para el usuario del servicio de distribución de gas natural ya que permitirá aplicar a Metrogas una gestión responsable, no solo en lo económico-financiero sino también asumiendo principios sociales de los que depende el bienestar de las generaciones actuales y futuras”. 

Al asumir Aranguren, designó a un ex titular de Metrogas y por ese momento a cargo del área de gas de YPF, al frente del Enargas. Desde ese puesto, David Tezanos reemplazó a Pronsato y trató de cumplir con la premisa de recuperar la institucionalidad del ente.