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La compañía petrolera rusa Rosnef anunció que suspende los pagos, en tanto se evalúa el efecto negativo de las sanciones del gobierno de Trump
09/08/2017 - 14:09hs

La tensa situación que se vive en Venezuela suma dos factores más de preocupación, esta vez provenientes del exterior. Por un lado, la decisión de la principal petrolera rusa de cortar los anticipos de efectivo por futuras ventas y por el otro, la declaración por parte de EE.UU. de aplicar un embargo que impediría la venta de petróleo liviano al país caribeño.

La productora de gas y petróleo Rosneft no planea realizar desembolsos anticipados a la petrolera venezolana, afirmó el vicepresidente de la firma rusa, Pavel Fyodorov, al confirmar que la firma ya ha entregado a la empresa estatal alrededor de u$s6.000 millones. Rosneft había entregado el dinero como parte del acuerdo de compra de crudo a la compañía, pese a las complicaciones que está viviendo el país.

PDVSA comenzó a liquidar los avances de Rosneft en el 2016, reembolsando hasta ahora u$s743 millones del principal y u$s489 millones de intereses, señaló Krastilevsky. Rosneft espera que la deuda sea totalmente pagada con crudo y productos petrolíferos para fines del 2019.

Venezuela se convirtió en la mayor fuente de crudo de Rosneft fuera de Rusia a través de acuerdos con el ex presidente Hugo Chávez y luego de adquirir acciones de productores venezolanos, liderados por PDVSA, como parte de su compra de TNK-BP en el 2013. El presidente ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, se comprometió la semana pasada a seguir con los planes de inversión en Venezuela.

El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está tratando de convertir a PDVSA en un bastión de apoyo para sobrevivir a los meses de protestas callejeras y a la economía, que se encuentra en recesión.

El creciente énfasis en la política en detrimento del desempeño está contribuyendo a un rápido deterioro de la industria petrolera de Venezuela y a la fuga de talentos en la empresa. Los gerentes hasta amenazaron a los trabajadores con despedirlos, a menos que fueran a votar a fines de julio en la polémica elección de la Asamblea Constituyente.

La producción de crudo venezolana está camino a cerrar el 2017 en mínimos desde hace 25 años, pero el gobierno aún depende en gran medida de PDVSA como su motor financiero.

Eso deja a la gerencia en un equilibrio precario y fuentes aseguran que las facciones políticas están cada vez más encerradas en las luchas de poder dentro de la empresa. Mientras tanto, la infraestructura de la compañía se está desmoronando, los taladros activos están en mínimos históricos y las refinerías están funcionando a una fracción de su capacidad.

"Tanto la creciente falta de experiencia gerencial, como la fragmentación de la jerarquía dentro de PDVSA en feudos, lo harían realmente difícil", sostuvo Francisco Monaldi, un experto petrolero del Baker Institute en Houston. La estatal venezolana PDVSA padece cada vez más en medio de la tormenta política que sufre el país

Un equipo de altos directivos nombrado en enero ha dejado al presidente de PDVSA, el ingeniero Eulogio Del Pino, muy impotente, según dos fuentes de alto nivel de PDVSA y el gobierno que hablaron bajo condición de anonimato.

Mientras tanto, la infraestructura de la compañía se está desmoronando, los taladros activos están en mínimos históricos y las refinerías están funcionando a una fracción de su capacidad. 

Para peor, la compañía energética estatal se enfrenta a alrededor de u$s4.000 millones en vencimientos de deuda externa en lo que resta de 2017. El gobierno no garantiza la deuda de PDVSA, y la deuda del gobierno no tiene cláusulas de incumplimiento cruzado con la deuda de la compañía petrolera nacional. Por lo tanto, las necesidades del servicio de deuda de PDVSA, presionarán las reservas internacionales de Venezuela y su liquidez externa.

Por esa razón, desde el año 2015, la probabilidad de default se encuentra por encima del 85% -actualmente en el 89,70%- y su bono se encuentra degradado a bono basura. De hecho, la agencia de calificación S&P degradó a "CCC-" desde "CCC" la nota de solvencia a largo plazo de la deuda soberana de Venezuela, a la que asigna una perspectiva negativa.

Crece el temor a un embargo de parte de EE.UU.

Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) Venezuela es el tercer país que más petróleo exporta a Estados Unidos (9%), por lo que las sanciones económicas directas contra el presidente Nicolás Maduro afectaría a un tercio del total de las exportaciones petroleras de Venezuela.

La medida fue anunciada por el Departamento del Tesoro y se produjo un día después de las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

La empresa produce y envía al año cerca de 2,6 millones de barriles de petróleo diarios, de los cuales vende a Estados Unidos alrededor de 780.000 barriles diarios. Además, entre los mayores importadores del crudo venezolano en Estados Unidos, está la compañía Citgo, filial en ese país de Pdvsa, que compró 72% de este producto al país latinoamericano en 2016.

Tras esta designación, quedarán congelados todos los activos que el presidente de la República Nicolás Maduro pueda tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohibirán las transacciones financieras con él por parte de ciudadanos de EEUU.

Otra opción que contempla el Gobierno estadounidense es la prohibición de la venta de crudo liviano a Pdvsa.

Según cifras de Reuters, la estatal ha importado en lo que va de año 87.000 barriles por día (bpd) de productos refinados estadounidenses para compensar su red de refinación, que ha operado a la mitad de su capacidad debido a la falta de crudos, recortes y carencia de repuestos.

Venezuela también ha importado combustibles acabados. Por eso, en los primeros cuatro meses del año compró 48.000 bpd a Estados Unidos de gasolina, destilados y componentes.

De acuerdo con las cifras oficiales, se espera que las importaciones continúen creciendo, puesto que Pdvsa adjudicó ofertas para comprar 88.000 bpd en el segundo semestre de este año.

En caso de aprobarse las sanciones, Venezuela no solo perdería 75% de todos los ingresos exportadores que salen solamente por las ventas de Estados Unidos, sino que también podría entrar en cesación de pagos este año.

La preocupación radica en el hecho que hay varios vencimientos en un futuro próximo y el país podría quedarse corto de divisas si la economía sigue en picada y Estados Unidos dispone sanciones importantes.

"Este modelo está roto y el default es inevitable", aseguró Siobhan Morden, experto en bonos latinoamericanos en Nomura Holdings, a CNN. Las sanciones al petróleo "probablemente llegarán pronto y causarán moras antes".

El gobierno estadounidense dice que las sanciones más duras podrían venir si la situación política continúa deteriorándose. La expulsión de la fiscal general Luisa Ortega, junto con la represión contra los manifestantes opositores, demostraron rápidamente que el nuevo gobierno iba en contra de las demandas de la comunidad internacional para restaurar la democracia.

La gran arma de Trump para tomar represalias son las sanciones al petróleo venezolano, única fuente de ingresos del país. La pila de efectivo del gobierno se secaría rápidamente si no pudiera vender a Estados Unidos, uno de sus principales clientes.

Pero las sanciones son una espada de doble filo. Podrían hacer que la escasez de alimentos y medicinas en Venezuela sea peor de lo que ya son. También podrían envalentonar a la base de Maduro.

Más allá de las sanciones, la economía de Venezuela continúa en espiral fuera de control. El tipo de cambio no oficial que la mayoría de los venezolanos usan se ha más que duplicado desde finales de julio. Se espera que la inflación se eleve 720% este año y más de 2.000% el próximo año, según el Fondo Monetario Internacional.

Venezuela debe alrededor de u$s5.000 millones a los tenedores de bonos para el resto de este año, y tiene sólo 10.000 millones en el banco. También debe miles de millones más a China, Rusia, compañías energéticas y aerolíneas estadounidenses.

En este contexto, los expertos dicen que más sanciones de la Casa Blanca le dejarían a Venezuela pocas opciones.

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