La fiebre de los argentinos por el turismo-shopping en Chile no para y ya gastan en el país trasandino el equivalente a un tercio de lo que venden los 37 los shoppings que hoy hay en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

Los argentinos desembolsaron u$s984 millones entre junio de 2016 y junio de 2017, explica la consultora de Federico Muñoz, mientras que en los centros comerciales locales compraron por unos u$s3.504 en ese período, según datos del INDEC.

"Hay que tener en cuenta que los reportados por Chile son todos los gastos con tarjeta (no sólo los de shopping) y que habría que sumar también los gastos pagados con 'cash' y débito. En cualquier caso, la cantidad de dólares que dejan los turistas argentinos en el país vecino es realmente significativa", indicó el especialista según TN.

Según distintas estimaciones, el gasto en efectivo y otros medios de pago significa entre 20% y 25% de lo que compran los argentinos en Chile.

Esos u$s984 representan casi la mitad de la facturación de los quince shoppings que IRSA, la empresa de Eduardo Elsztain, tiene en todo el país.

Según datos de la compañía, las ventas en sus establecimientos rozaron los u$s2.000 millones anuales al cierre del primer trimestre de 2017.

La Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), informó, por su parte, que el gasto de argentinos con tarjeta de crédito aumentó 38,2% interanual a junio último.

Significan el 35,3% de las compras registradas en ese país con tarjetas bancarias extranjeras.

El boom de compras de argentinos en Chile explotó en 2015, en tiempos de cepo cambiario y pasajes baratos y estadías comparativamente menos costosas que en país.

Según las estadísticas oficiales de ese país, cuatro de cada 10 turistas que visitaron Chile lo hicieron desde este lado de la Cordillera.

La diferencia de precios de electrodomésticos, artículos electrónicos e indumentaria explica el furor de los tours de compras de la clase media y media alta. Un iPhone o un Smart TV cuestan en Santiago la mitad que en Buenos Aires. Un par de zapatillas es aquí un 60% más caro que en el país vecino.