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Pasaron lo peor del viento y la lluvia encerrados en un baño. Hoy llegaría a la isla otro huracán                                         
10/09/2017 - 12:41hs

Federico Roth y su esposa estaban de vacaciones en la isla de Saint Martin junto a sus dos hijos chiquitos cuando se enteraron de la llegada de Irma.

Intentaron volver a la Argentina pero no lo lograron: los vuelos disponibles estaban completos. Tuvieron que quedarse y enfrentar el huracán en uno de los lugares que más lo sufrieron.

Lo peor del viento y de la lluvia lo pasaron encerrados en el baño de la habitación del hotel donde se alojaban. Ahora esperan, en un entorno arrasado, con poca agua y casi sin electricidad, la llegada de otro huracán, sin saber cuándo podrán abandonar la isla.

Néstor Roth, padre de Federico, le contó a TN la odisea de su hijo. Federico, su esposa María Julia y los dos hijos de la pareja, de dos y cinco años, se refugiaron en el baño de su habitación de hotel para protegerse de los peor del huracán.

Afortunadamente los nenes estuvieron dormidos cuando el viento hizo temblar el edificio y el agua inundó la habitación a pesar de que todos los vidrios de las ventanas resistieron los embates de la tormenta.

Lo más intenso de Irma los castigó por tres largas horas, en la oscuridad de la noche. Y cuando llegó el día (miércoles) y salieron del baño, se encontraron con un escenario desolador. En la habitación había dos centímetros de agua, en el pasillo, en un tercer piso, encontraron un paragolpes de auto, una de las muchas muestras de la brutalidad del viento que sufrió hace tres días Saint Martin.

El enorme huracán Irma dejó al menos ocho muertos y 21 heridos tras su paso por la isla caribeña franco-holandesa. Y allí esperaba en estas horas el paso de otro huracán, el José.

Aunque Federico Roth y su familia no sufrieron heridas y están en general, bien, deben arreglárselas con un suministro racionado de agua, con solo un rato por día de energía eléctrica, sin saber cuándo y cómo volverán y sin poder alejarse mucho del hotel para conseguir víveres porque todo es destrucción. A eso deben sumarse los saqueos que se registraron en la isla tras el paso del huracán.

Contó Néstor que a su hijo y su familia les ofrecieron salir del lugar en un avión, pero solo con una mochila y sin indicarles ni siquiera el destino del vuelo. De todos modos, esa propuesta quedó en la nada. A los ciudadanos estadounidenses que estaban en su mismo hotel los vinieron a buscar y se los llevaron en una aeronave.

Ellos, junto a otros argentinos que están en la isla no han tenido contacto con ningún funcionario de Cancillería, que no tiene representación en la isla, señala TN.

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