Tras la aprobación del compromiso de venta de Prisma por parte de los bancos dueños de la única emisora y comercializadora de las tarjetas Visa, desde el Gobierno aseguran que las comisiones que pagan los comercios y los consumidores comenzarán a bajar de manera visible.

También sostienen que no hará falta una nueva ley para obligar de manera compulsiva a reducir estos porcentajes ya que la mayor competencia que se abrirá con la venta de esta sociedad permitirá cambiar las condiciones del mercado.

De hecho, en los últimos tiempos hubo una modificación del 3% al 2,5% de las comisiones a pesar de que la iniciativa parlamentaria que disponía estas rebajas todavía no se transformó en ley. 

Actualmente, la propuesta se encuentra con dictamen favorable del Senado y busca poner un tope a las comisiones que cobran las tarjetas de crédito con una regulación que establece que los costos no pueden superar el 1,5% en el caso de las de crédito, y de 0,5% las de débito.

Si bien no fue sancionada, ya hubo reacomodamientos gracias a normativas del Banco Central que establecen ciertas limitaciones, y también debido al cambio que el mercado avecina ante la venta de Prisma.

Una operación impulsada a partir de una investigación iniciada en 2016 por orden de Miguel Braun, secretario de Comercio, por presuntas conductas anticompetitivas.

La investigación se basó en la posición dominante de mercado que esta sociedad tiene al ser propiedad de un grupo de 14 bancos entre los cuales están el Santader Río, el mayor accionista con el 17,5%, seguido por el Galicia, con el 16,9% y el Provincia de Buenos Aires, con el 9,1%.

Estas entidades también manejan negocios vinculados como la administración y procesamiento de los plásticos, el pago de servicios bancarios y terminales de cobro de servicios, entre otros.

A partir de la denuncia comenzó a intervenir la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), que preside Esteban Greco, que consideró fundamental analizar la situación vertical y horizontal que planteaba este escenario y determinar la concentración de mercado que generaba Prisma.

El organismo entendió que Prisma realiza el 58% de las transacciones con tarjetas de crédito del país, mientras que el resto del mercado está a cargo de First Data, sociedad controlante en el país de MasterCard.

Pero la diferencia con su competidora es que en el caso de Prisma, además controla a través de sus mismos accionistas, otros sistemas de pago y de operaciones financieras como Banelco, LaPos, PagoMisCuentas, TodoPago y Monedero.

Esto hace que la sociedad y sus dueños tengan una integración vertical del negocio al ser a la vez propietarios de los equipos POS para procesar, la red de cajeros y los pagos online. 

Semejante poder llevó a la CNDC a abrir una investigación por infracción por abuso de posición dominante y potencial carterización en tarjetas de crédito.

"Lo que encontramos fue que Prisma tenía posición dominante en el mercado por lo cual empezamos a acercarle a las autoridades del Banco Central algunas recomendaciones para romper ese predominio", explica Greco en diálogo con IProfesional. 

A partir de esos consejos, la autoridad monetaria tomó varias medidas como las de uso del botón de pago, el fomento de la billetera electrónica y la posibilidad de cancelar los pagos de las compras por Internet también con tarjetas de débito.

"Con el esquema que hemos propuesto para la desinversión nos aseguramos que los bancos tengan más incentivos para competir, para bajar los costos y los aranceles a los comercios y así favorecer a todos los usuarios", agregó el titular de la CNDC.

El funcionario calificó como "histórico" el caso de Prisma, al considerar que se trata de la primera vez que una investigación por presuntas prácticas anticompetitivas "termina con una desinversión".

Greco estimó que al haberse establecido una cláusula que permite a un solo banco poder ser dueño de las acciones de Prisma, y no a varios como ahora, "se incentiva una mayor pelea entre las entidades bancarias por el mercado y por los clientes".

En el acuerdo alcanzado con los actuales dueños de esta sociedad, la CNDC también estableció otras limitaciones al proceso de desinversión con el fin de abrir el mercado a otros players que podrán ofrecer la marca Visa u otras marcas de tarjetas de crédito a la vez.

Para generar este esquema, se tomó en cuenta el ejemplo de lo que ocurrió en Brasil, donde atravesaron por un problema similar de concentración de mercado, más que nada en manos de las marcas internacionales como Visa o MasterCard. 

Esto fue así hasta julio de 2010, cuando solamente dos empresas capturaban Visa y MasterCard. Ese año, el Banco Central del país vecino dio fin a la exclusividad con la intención de estimular la competencia y se crearon varias operadoras locales que fueron ganando mercado y expandiéndose de la mano de los bancos que son los principales emisores del dinero plástico.

"Aspiramos a que en Argentina se repita este esquema", sostuvo Greco, a quien no le quedan dudas sobre la mayor apertura que tendrá el mercado argentino una vez que Prisma tenga nuevos dueños.Tarjetas auditadasMientras tanto, la sociedad no podrá comercializar otra marca de tarjetas más que Visa. Además, la operación será monitoreada por una empresa auditora internacional que terminará siendo elegida por la CNDC.

El procedimiento establecido por el organismo en este sentido obliga a los dueños de Prisma a proponer varias opciones de auditoras. Y finalmente el Gobierno será el que tendrá la última palabra.

La auditora independiente que finalmente sea elegida tendrá como tarea monitorear el proceso de venta de las acciones de Prisma en un plazo que no fue informado por pedido de los bancos dueños de la sociedad para evitar especulaciones con el precio de la operación. En algunos sectores del mercado se especula de todos modos con que se trata de una transacción no menor a los u$s1500 millones.

Como parte del acuerdo, las entidades dueñas hoy de la socia de Visa Internacional deben desprenderse del 100% de las acciones con la condición además de que un solo banco de los actuales accionistas pueda permanecer en el capital. 

"Así queremos que haya más incentivo a competir y que bajen los costos y los aranceles a comercios", señala Greco, haciendo referencia a la resolución firmada estos días por el ministro de Producción, Francisco Cabrera.

"Nuestra aspiración es que, con la venta de Prisma ocurran modificaciones en los paquetes de servicios que los bancos ofrecen a los clientes y que se expandan las alternativas de financiamiento al consumo", agrega el titular de la CNDC.

Como parte de los cambios que el Poder Ejecutivo supone llegarán al mercado de tarjetas de crédito tras el traspaso de Prisma, la propia Visa Internacional hizo su propia jugada para su negocio en Argentina.

Si bien mantiene su acuerdo comercial con Prisma, la marca decidió desembarcar de manera directa en el país. De hecho, dio así por terminada la exclusividad que tenía Prisma para ofrecer localmente esta marca.

La emisora norteamericana designó en julio pasado un Gerente General para su operación local y abrió oficinas propias.

Sus voceros aclararon que la decisión tiene como objetivo acompañar a los diferentes participantes del sector de pagos electrónicos en el país, desde instituciones financieras emisoras y adquirientes hasta las fintechs.

Más que nada en el proceso de desarrollo y adopción de nuevas tecnologías e innovaciones en medios de pago. Básicamente servicios similares a los que ya ofrece su franquiciado, lo cual lleva a pensar que la propia Visa será la que abra el camino de la competencia a la sociedad que también tendrá a cargo la emisión de la misma marca de tarjetas.

Despejada la causa Prisma, en la CNDC avanzarán con otras investigaciones ya abiertas en varios sectores también por presuntas conductas anticompetitivas. De hecho, hace unos meses el organismo aplicó fuertes multas a un grupo de clínicas privadas de Salta por carterización de sus aranceles y amplió la causa a nivel nacional.

También tiene bajo estudio a las grandes cadenas de supermercados y está a punto de concluir una investigación sobre el mercado lácteo. De manera paralela, el organismo a cargo de Greco, analiza los sectores de los medicamentos, del aluminio y las cementeras. 

Por otro lado, sus miembros impulsan una serie de cambios en las normativas de la defensa de la competencia para incorporar el programa de clemencia que permitirá establecer la figura del arrepentido para las investigaciones contra empresas. 

En la actualidad, existe un proyecto de ley enviado al Congreso por los diputados Elisa Carrió y Mario Negri, y respaldado por el Gobierno como una forma de poder profundizar en las causas por carterización o posición dominante de mercado permitiendo a empresarios vinculados a alguno de estos ilícitos a colaborar con los entes oficiales y con la justicia. Una figura similar a la que en Brasil dio inicio al escándalo del Lava Jato, el mayor caso de corrupción que envuelve al país vecino.