La postura hacia afuera es negar por completo la orden, la participación, para eludir la condena del viajero. Pero, en lo concreto, todo lo que ocurre en los aeropuertos parte de directivas bien definidas.

Tras no llegar a un acuerdo con la dirigencia de Aerolíneas Argentinas y Austral en la negociación de paritarias, el frente sindical que integran APTA, APA, UPSA, APLA y UALA, inició una serie de acciones que obligaron a las compañías aéreas a redefinir todo su esquema de vuelos para este viernes.

En concreto, el bloque gremial empezó el día convocando de forma alternada al personal de mostradores de Ezeiza y Aeroparque por un lapso que sumó casi tres horas.

Consultados por iProfesional, voceros de las organizaciones definieron la acción como "reuniones informativas pautadas para dar a conocer la falta de acuerdo en la recomposición salarial".

En el ambiente aeronáutico, en cambio, nadie duda en tildar al movimiento como un paro encubierto.

Respecto de esto, una fuente cercana al gremio de los aeronavegantes –el único que se mantiene al margen del frente común– criticó la medida al tiempo que descartó de plano la aplicación de "cualquier medida de fuerza que pueda llegar a afectar a los vuelos y, por ende, también a los pasajeros".

"Sí bien estamos en estado de asamblea permanente, no vamos a usar a los pasajeros de rehenes para nuestras negociaciones. Estamos avanzando en nuestros reclamos en una mesa de diálogo que vamos a continuar manteniendo", expresó la fuente.

Ya en el bloque, lo que prevalece es la estrategia de negar cualquier incidencia. Así, y ante la consulta de este medio, Ricardo Cirielli, titular de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), negó la injerencia de los sindicatos en el parate que se consolidó mayormente en horas de la mañana.

"Las demoras de ayer fueron por problemas de meteorología y programación de las empresas. Después, de 6 a 8 de la mañana, los trabajadores pidieron información a los delegados. Fueron reuniones informativas. No creo que haya paros este fin de semana", dijo a iProfesional.

Los resultados de la acción matutina muestran lo contrario a la medida exenta de consecuencias que intentó fijar Cirielli.

Por la situación en los mostradores, Aerolíneas Argentinas se vio obligada a cancelar 115 vuelos, en una decisión que complicó el traslado de más de 12.000 pasajeros.

"Hoy se estimaba que la compañía iba a estar muy cerca de empatar el record de viajeros transportados, con 41.000 personas trasladadas. Toda la situación impide llegar a ese número por las complicaciones derivadas de reacomodar a los pasajeros. Teníamos 300 vuelos programados para todo el viernes. Tuvimos que cancelar casi la mitad por la medida", detalló una fuente vinculada a la estatal.

Aunque el bloque sindical continúa informando que no llevará a cabo medidas de fuerza, en Aeroparque y Ezeiza se impone la certeza de que, en las próximas horas, los gremios implementarán medidas "intermitentes" a fin de forzar a la dirigencia de Aerolíneas y Austral a cerrar un aumento salarial cercano al 27% que exigen las organizaciones.

Si bien el frente asegura que las estatales no cambiaron su postura de ofrecer una suba del 16% para el año próximo, desde aeronavegantes indicaron a este medio que existe predisposición de las empresas y el mismo Gobierno para cerrar trato por un porcentaje superior al 20%.