Si bien el futuro de SanCor sigue siendo incierto y siguen las especulaciones sobre los potenciales candidatos a quedarse con sus activos y su marca, desde el Gobierno dieron muestras claras de que están dispuestos a completar el envío de los fondos comprometidos para sostener el día a día de la mayor cooperativa láctea de la Argentina.

El ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, precisó que el Gobierno nacional lleva prestados a Sancor más de $700 millones, y que se agregarán otros $250 millones adicionales.

"El Gobierno nacional ha prestado solución a Sancor. Hay que recordar que es una empresa privada y como tal se comporta. El Gobierno le lleva prestados a Sancor más de $700 millones. Ahora se ha firmado un acuerdo con el sector gremial, vamos a darles $250 millonesn adicionales, que es lo que nos habíamos comprometido", detalló el funcionario. 

Sin embargo, Buryaile aseguró dejó entrever que la compañía también deberá poner su parte: "Sancor es una empresa privada que tiene una enorme importancia por eso trabajamos con ellos, por eso le hemos prestado $700 millones de pesos y por eso estamos tratando de colaborar, pero las soluciones pasan por el sector privado". 

"Si cada empresa que tiene problemas el Estado tiene que poner dinero no hay Estado que aguante", recaló el ministro. 

Más allá de estas advertencias, el funcionario sostuvo que la situación de la lechería “en absoluto es igual a la del año anterior” a raíz de la recuperación de sus precios relativos.

Según informó iProfesional, la situación entre ambas partes siempre fue tirante. Recientemente, las autoridades nacionales acusaron a los ejecutivos de SanCor del desmanejo financiero que la llevó a tener un rojo cercano a los $1.700 millones y a haber profundizado su complicada situación operativa y su futuro. 

Por eso, el ministro Buryaile pidió públicamente que la cooperativa inicie un proceso de reestructuración y encuentre una forma adecuada para volver a tener la confianza de los productores saldando las deudas.

Ese fue el motivo por el cual las partidas comprometidas estuvieron varios meses frenadas.