"Es Santiago". Sergio Maldonado despejó así el manto de dudas que durante toda la jornada rodeó el comienzo de la autopsia al cuerpo hallado el martes en el río Chubut, y volvió a sacudir el escenario político a casi un día de las elecciones del domingo.

La familia reconoció a partir de los tatuajes al joven desaparecido desde el 1 de agosto, cuando la Gendarmería reprimió a la comunidad mapuche Pu Lof bajo la orden del anterior juez Guido Otranto. "Pudimos ver el cuerpo, reconocimos los tatuajes", dijo el hermano mayor de Santiago.

Sergio Maldonado sorprendió de ese modo a la prensa en la puerta de la morgue forense de la Corte Suprema, en Junín al 700, durante la primera jornada de la autopsia ordenada por el juez Gustavo Lleral y que transcurrió en medio de un clima de expectativa y tensión.

Desde temprano, el antiguo edificio ubicado en el barrio porteño de Balvanera amaneció con velas en su entrada y decorado de mensajes de apoyo a la familia Maldonado. "Santiago, tu ser solidario te ha convertido en el hijo de todos", rezaba una pancarta con el rostro del joven desaparecido.

En una de las columnas de la puerta de ingreso, un cartel pedía "respeto, verdad y justicia" y advertía a los familiares de la víctima que "no están solos".

"Pensaron que lo enterraron el olvido sin saber que era semilla", se leía en otra hoja blanca A4, cerca de dos ramos de flores.

Cada tanto, la guardia de periodistas, movileros y cámaras distribuidas en forma de medialuna se desbandaba para cercar a los abogados y peritos que llegaban a la morgue. La ansiedad por la primicia generó una situación similar a la del jueves, cuando la familia cuestionó a la prensa.

"Mírense", se enojó Alejandro Inchaurregui, el perito de parte de los Maldonado, cuando notó que una maraña de micrófonos y celulares volaban como moscas alrededor de su rostro y un camarógrafo gritaba desaforado que se distanciaran para lograr su primer plano.

El desorden en exteriores contrastaba con el hermetismo y la prudencia que imperaba dentro del edificio forense, donde el juez Lleral prohibió el uso de teléfonos en la autopsia, incluido el suyo, y a pedido de la familia finalmente excluyó a los abogados del procedimiento.

Fue para evitar que se repitieran filtraciones, como las que circularon en los últimos días a través de Whatsapp hasta llegar a algunos medios, que difundieron imágenes de un cuerpo deteriorado y provocaron indignación en el círculo de los Maldonado.

Bajo esas condiciones, cerca de 20 médicos, antropológos, odóntologos y veedores iniciaron pasado el mediodía las pericias en la sala de autopsias, donde intervinieron peritos de las cinco partes querellantes y del único imputado en la causa, el gendarme Emmanuel Echazu.

Estuvieron las querellas de la familia, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH), la Comisión por la Memoria Provincial y la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEED).

También participaron peritos de la Corte Suprema y del Equipo de Especialistas Antrópologos Argentinos, solicitado por la querella y que desde el 2003 han colaborado en el esclarecimiento de causas por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.

El magistrado dispuso dos cámaras móviles y una fija en la autopsia, de modo de registrar video, audio y fotografías de todo el procedimiento, elementos que serán incluidos en el expediente y que apuntan a evitar cualquier tipo de manipulación del proceso.

La fiscal de Esquel Silvia Ávila, en tanto, pidió que se aplicara el Protocolo Minnesota, recomendado por la ONU en casos de ejecuciones extralegales, arbitrarias y sumarias para detectar si existieron torturas en el cuerpo que el jueves fue trasladado de Esquel a Buenos Aires.

Con todo, no faltaron cruces políticos durante jornada. "La causa fue llevada mal en lo técnico, pero también desde el Gobierno. La presencia de Patricia Bullrich al frente de la cartera de Seguridad es una prueba más de la impunidad", disparó Liliana Alaniz, de AEDD, en la puerta de la morgue.

La letrada reveló que solicitaron el entrecruzamiento de llamadas para determinar el rol de los gendarmes durante el operativo donde desapareció Maldonado y, según testimonios, estuvo en al menos tres ocasiones presente el jefe de Gabinete de Seguridad, Pablo Nocetti.

Sergio Maldonado insistió este viernes en que no descartaba la responsabilidad de Gendarmería y volvió a apuntar contra el Gobierno, luego de la conferencia de prensa en la que contempló la posibilidad de que el cuerpo de haya sido "plantado".

"Nos sigue resultando inexplicable la negativa del Gobierno Nacional ante el ofrecimiento de colaboración de expertos de la ONU, de comprobada experiencia internacional", afirmó la familia en un comunicado difundido este viernes por la noche.

En el sur del país, la municipalidad de El Bolsón fue el centro de pequeñas protestas durante todo el viernes, donde vecinos y activistas pintaron un mural con el rostro de Santiago para repudiar la represión del miércoles pasado por Gendarmería y pedir la renuncia del intendente Bruno Paglioni.

La confirmación de la identidad del cuerpo desató gestos de solidaridad con la familia. Por la noche hubo una nueva marcha en El Bolsón, mientras que en la Ciudad algunos grupos de personas concentraron de forma espontánea en Plaza de Mayo.

El Gobierno intentó mostrar sensibilidad después de que los funcionarios se llamaran al silencio, preocupados por el eventual efecto negativo en las urnas de las bromas de la candidata Elisa Carrió. "Es un deceso trágico", dijo el ministro de Justicia, Germán Garavano. El funcionario reveló que Mauricio Macri mantuvo una conversación con la madre de Maldonado y que Sergio se negó a hablar con Garavano.

El impacto de los últimos sucesos quedó estampado en las puertas de la morgue. Allí, por la noche, fue montado un santuario con nuevos mensajes de respaldo a la familia Maldonado, iluminados por la tenue luz de las velas que habían estado apagadas durante el día.