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La autopsia determinó que el cuerpo de Maldonado no presenta heridas ni signos de haber recibido golpes                         
22/10/2017 - 12:48hs

El 2 de agosto a las 21:45, el Defensor Público Oficial de Esquel, Fernando Machado, presentó una denuncia en la Justicia reclamando datos sobre el paradero de Santiago Maldonado. Esas dos carillas fueron el inicio de la investigación.

En el pedido de hábeas corpus, incorporado como las páginas siete y ocho del expediente según informa Clarín, se advierte que “el presente petitorio se funda en los testimonios recolectados por los cuales se establecería que Santiago Maldonado desapareció al momento de intentar cruzar un cauce de río ubicado en las cercanías del Territorio de la comunidad, cuando es perseguido por miembros de Gendarmería Nacional”.

Esa escena había ocurrido cerca del mediodía del 1 de agosto, en algún punto del río Chubut ubicado en la Pu Lof Cushamen, un área tomada por activistas de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) a una estancia de Benetton sobre la Ruta 40.

Los gendarmes perseguían a Maldonado y a los miembros de la RAM desde la ruta en dirección al río luego de los choques ocurridos sobre la cinta de asfalto.

En la mañana del 1, igual que había ocurrido el día anterior, un grupo de gendarmes había llegado al corte de la ruta (en el kilómetro 1848) para quitar las ramas y piedras y sacar a la decena de manifestantes encapuchados que impedía el tránsito.

Según el relato de todos los gendarmes que figura en el expediente, la comitiva fue atacada a piedrazos por los manifestantes que cortaban la ruta.

No era la primera vez que la Gendarmería se enfrentaba a la RAM en ese lugar, pero esta vez ocurrió algo diferente. Los gendarmes decidieron perseguir a los mapuches encapuchados hasta dentro de la estancia sin esperar el permiso de Guido Otranto, el juez federal de Esquel.

La decisión estuvo basada en una orden que dio pocas horas antes el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Nocetti, en Bariloche.

Según funcionarios que participaron de las reuniones que encabezó Nocetti, allí se acordó que las fuerzas de seguridad comenzaran a actuar sin esperar órdenes de la Justicia en caso de que se cometieran delitos flagrantes.

Los jefes del operativo de la Gendarmería evaluaron que impedir el paso por una ruta y atacar a piedrazos a las fuerzas de seguridad que despejaron el bloqueo encuadraban a los manifestantes en esa situación.

En pocos minutos, según se puede ver en algunas de las filmaciones que hizo la Gendarmería, los encapuchados escaparon desde la ruta hacia el río perseguidos por los gendarmes.

El 17 de septiembre, luego de escuchar a decenas de testigos de Gendarmería y de la comunidad mapuche, el juez Otranto señaló que “la hipótesis de que (Santiago Maldonado) se podría haber ahogado es una de las opciones que me parecen más razonables, de acuerdo con la interpretación de las pruebas que estoy realizando”. Cinco días después, fue apartado por la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, que aceptó una recusación de la familia Maldonado.

Otranto fue reemplazado por el juez Gustavo Lleral, que se hizo cargo del expediente y siguió buscando testimonios en la comunidad mapuche, que hasta el momento había aportado relatos vagos y contradictorios.

Uno de esos nuevos testimonios que recogió Lleral el 2 de octubre, fue el de un mapuche vinculado a la RAM que declaró en reserva y fue denominado como “Testigo E”. Ese joven cambió el testimonio que había dado a la Justicia y declaró que él mismo intentó cruzar el río junto a Maldonado. Según su nuevo relato, Maldonado no logró cruzar.

El 17 a las 12.25, un grupo de prefectos encabezados por Lleral encontraron un cuerpo flotando en el río. En medio de ataques de los mapuches, los prefectos quitaron el cuerpo del agua y lo llevaron a Esquel, desde donde viajó a Buenos Aires. Todo ese proceso fue seguido por los peritos designados por la familia Maldonado.

El viernes 20, expertos del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, del Equipo Argentino de Antropología Forense y de la Prefectura, bajo la mirada de peritos de la familia y de todas las partes involucradas en la causa avalaron una autopsia que determinó que el cuerpo de Maldonado no presenta heridas ni signos de haber recibido golpes. Los resultados preliminares indican que murió ahogado y que llevaba al menos dos meses debajo del agua.